lunes, 12 de marzo de 2012

¿Necesita la Tierra un Gobierno Mundial?

El Lago Urmia, dónde el Maestro habló una vez.
¡ES PARA nosotros los que estamos en la Tierra! Está perfectamente ajustado a nuestras apremiantes necesidades... este gobierno mundial del cual hablamos. Está a punto de hacerse cargo de todos nuestros asuntos. Por eso lo llamamos “nuestro gobierno mundial entrante.” - La Atalaya de 1978 1 de Agosto

Cierto Anónimo no identificado que pregunta al estilo de los fariseos y escribas, me consulta si acaso la aseveración de Urantia Book sobre un Gobierno Mundial significa que éste este apoyando el Nuevo Orden Mundial político propuesto por una elite poderosa (Illuminatis)que usa a las Naciones Unidas como vehículo.
 
A veces no se si pierdo el tiempo al responderle a personas que vienen con ideas fijas y predeterminadas y están resueltos a hacer pilladas y tirar lodo como los escribas y fariseos. Para ellos les recomiendo leer la entrada sobre el polluelo y que se auto-analicen para ver si es necesario que sigan leyendo este blog.

Hasta ahora hemos explicado y demostrado que Urantia no promueve la Nueva Era, no promueve la Eugenesia, etc. Pero aún hay quienes los mueve la  ceguera,  y la forma de razonar de ellos es similar a la de los críticos de la Biblia que creen que Jesús es un personaje inventado y que la Biblia es una repetición de mitos solares, el cual Jesús sería un dios solar. La misma estructura pre-establecida de pensamiento les imposibilita encontrar la verdad. No saben distinguir el tocino de la velocidad. Se les puso en la cabeza que L.U es satánico y no hay quién se los saque: “demonio tiene”, le decían también al carpintero de Nazaret.

Un Gobierno Mundial
El CONCEPTO de un Gobierno Mundial ha sido frecuentemente utilizado por la Sociedad Watchtower para referirse al Reino de Dios que reemplazará a todos los reinos en la Tierra. Pero todo testigo instruído sabe que todas esas declaraciones no significan que la Watchtower haya apoyado a la Liga de Naciones o la ONU (por lo menos hasta 1990). Cómo observamos en la cita de la Atalaya de 1978 cuando se habla del Gobierno Mundial ciertamente se refiere al Reino de Dios y no podemos descontextualizar sus frases. La honestidad está ante todo.
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Esa misma honestidad nos lleva a analizar la misteriosa conferencia de Urmia narradas en Urantia Book. Sin embargo, antes de estudiar en su contexto correcto es bueno meditar en éste pasaje del Salmos:

9 Las quebrarás con cetro de hierro,
como si fueran vaso de alfarero las harás añicos”.
10 Y ahora, oh reyes, ejerzan perspicacia;
déjense corregir, oh jueces de la tierra.
11 Sirvan a Jehová con temor
y estén gozosos con temblor.
12 Besen al hijo, para que Él no se enoje
y ustedes no perezcan [del] camino,
porque su cólera se enciende fácilmente.
Felices son todos los que se refugian en él. – Salmo 2

Cómo notamos en este Salmo, se muestran 2 destinos posibles para los reyes de la Tierra. El libre Albedrío siempre ha estado presente en las Profecías. Claramente en la parte final del Salmo se llama a que los gobiernos entren en razón y se salven de la destrucción. Se les anima incluso a “servir a Jehová”. Así, al igual que los Ninivitas, los Gobernantes de la Tierra tienen la posibilidad de cambiar y reconocer una soberanía superior. Efectivamente Dios no desea que nadie sea destruido como muestra Pedro.

La carta a los Romanos arroja interesante luz de cómo estos gobernantes pueden servir a los planes de Dios:

13 Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores, porque no hay autoridad a no ser por Dios; las autoridades que existen están colocadas por Dios en sus posiciones relativas. 2 Por lo tanto, el que se opone a la autoridad se ha puesto en contra del arreglo de Dios; los que se han puesto en contra de este recibirán juicio para sí. 3 Porque los que gobiernan no son objeto de temor para el hecho bueno, sino para el malo. ¿Quieres, pues, no temer a la autoridad? Sigue haciendo el bien, y tendrás alabanza de ella; 4 porque es ministro de Dios para ti para bien tuyo. Pero si estás haciendo lo que es malo, teme: porque no es sin propósito que lleva la espada; porque es ministro de Dios, vengador para expresar ira sobre el que practica lo que es malo.
5 Hay, por lo tanto, razón apremiante para que ustedes estén en sujeción, no solo por causa de esa ira, sino también por causa de [su] conciencia. 6 Pues por eso ustedes también pagan impuestos; porque ellos son siervos públicos de Dios que sirven constantemente con este mismo propósito. 7 Den a todos lo que les es debido: al que [pide] impuesto, el impuesto; al que [pide] tributo, el tributo; al que [pide] temor, dicho temor; al que [pide] honra, dicha honra. – Romanos 13

¿Estaba el apóstol haciendo una apología a favor de la política?

Pablo dice que:
1-     no hay autoridad a no ser por Dios; las autoridades que existen están colocadas por Dios en sus posiciones relativas.
2-     el que se opone a la autoridad se ha puesto en contra del arreglo de Dios; los que se han puesto en contra de este recibirán juicio para sí.
3-     porque es ministro de Dios para ti para bien tuyo. Pero si estás haciendo lo que es malo, teme: porque no es sin propósito que lleva la espada; porque es ministro de Dios.
4-     porque ellos son siervos públicos de Dios que sirven constantemente con este mismo propósito

Cómo notamos, la Biblia no demoniza a los gobiernos humanos. Efectivamente la Tierra está bajo una administración sobre humana rebelde, pero finalmente Dios controla la historia desde un ángulo más grande.  Dios pone y quita reyes.  Los reinos mundanos son limitados tal como lo ejemplifica Daniel. El Altísimo gobierna en medio de los Hombres y ellos son sus siervos públicos como dice Pablo. Sin los gobiernos humanos no podría existir la cohesión social y la civilización colapsaría trayendo más caos y penurias.
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Las Conferencias de Urmia

El Libro de Urantia narra un episodio antes del inicio de la vida pública de Jesús. Un pasaje que sería ocultado por casi 2000 años.


(1485.3) 134:3.1 Camino del Mar Caspio, Jesús se había detenido varios días en la vieja ciudad persa de Urmia, sobre la costa occidental del Lago Urmia, para descansar y recuperarse. En la isla más grande, de un grupo situado a corta distancia de la costa cerca de Urmia, se levantaba un gran edificio, un anfiteatro para conferencias, dedicado al «espíritu de la religión». En realidad esta estructura era un templo dedicado a la filosofía de las religiones.

(1485.7) 134:3.5 Conforme a este acuerdo, Jesús se detuvo en Urmia en su viaje de regreso y dictó las conferencias. Fue ésta la más formal y sistemática de las enseñanzas del Maestro en Urantia. Nunca antes ni después dijo tantas cosas sobre el mismo tema como en estas conferencias y discusiones sobre la fraternidad de los hombres. En realidad, tales conferencias fueron sobre el «Reino de Dios» y los «Reinos de los hombres».

Jesús de Nazaret siempre fué neutral en la política temporal de los asuntos humanos, y nunca apoyó ningún gobierno humano tal como lo narra la Biblia y lo reitera el Libro de Urantia en muchas ocasiones. Sin embargo, al igual que nosotros, Jesús si era un hombre de opinión y tenía una opinión política personal que se reservó de forma exclusiva durante su etapa de predicación (no la comentó con sus apóstoles). Él sabía que las Conferencias de Urmia eran una especie de debates sin mayor trascendencia y lejos de Palestina, así que decidió dar de forma única y exclusiva su opinión de lo que los hombres (gobiernos humanos) tienen que hacer si desean sobrevivir. El planteó en esta oportunidad la otra alternativa, la de la no destrucción, sino la de la rendición voluntaria de los hombres a una Sobernia superior. Una sumisión por la buena voluntad y no por la fuerza.

Estos comentarios personales de Jesús de Nazaret podrían haber sido tomados de forma errónea por muchos humanos en el futuro (tal como ocurre ahora con unos pocos), y podrían haber sido considerados de forma distorsionada para fomentar alguna causa. Esto llevó a que incluso los seres reveladores tuvieran una discusión interna sobre si era necesario revelar esta conferencia y correr el riesgo de la distorsión y los malos entendidos. Ellos declaran:

(1486.3) 134:3.8 [Cuando nosotros, los seres intermedios, preparamos por primera vez el resumen de las enseñanzas de Jesús en Urmia, surgió un desacuerdo entre los serafines de las iglesias y los serafines del progreso sobre si sería o no prudente incluir estas enseñanzas en la Revelación de Urantia. Las condiciones imperantes en el siglo veinte, tanto en el campo religioso como en el de los gobiernos humanos, son tan diferentes de las que predominaban en los tiempos de Jesús que ciertamente era muy difícil adaptar las enseñanzas del Maestro en Urmia a los problemas del reino de Dios y de los reinos de los hombres, tal como estas funciones mundiales existen en el siglo veinte. Nunca conseguimos esbozar una exposición de las enseñanzas del Maestro que fuera aceptable para ambos grupos de estos serafines del gobierno planetario. Finalmente, el Melquisedek presidente de la comisión reveladora, nombró una comisión de tres de nosotros para que preparáramos nuestro punto de vista sobre las enseñanzas del Maestro en Urmia, adaptadas a las condiciones religiosas y políticas del siglo veinte en Urantia. Por consiguiente, nosotros tres, seres intermedios secundarios, completamos dicha adaptación de las enseñanzas de Jesús, expresando de nuevo sus pronunciamientos de una forma aplicable a las condiciones mundiales contemporáneas, y ahora presentamos esta exposición tal como quedó después de haber sido revisada por el presidente Melquisedek de la comisión reveladora.]
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4. La Soberanía — Divina y Humana


(1486.4) 134:4.1 La fraternidad de los hombres está basada en la paternidad de Dios. La familia de Dios se deriva del amor de Dios —Dios es amor. Dios el Padre ama a sus hijos con un amor divino, a todos ellos.

(1486.5) 134:4.2 El reino del cielo, el gobierno divino, se basa en el hecho de la soberanía divina: Dios es espíritu. Puesto que Dios es espíritu, este reino es espiritual. El reino del cielo no es material ni meramente intelectual; es un enlace espiritual entre Dios y el hombre.

(1486.6) 134:4.3 Si las diferentes religiones reconocen la soberanía espiritual de Dios el Padre, todas estas religiones permanecerán en paz. Sólo cuando una religión supone que es, de alguna manera, superior a todas las otras y que posee autoridad exclusiva sobre las otras, dicha religión resulta ser intolerante con las otras religiones o se atreve a perseguir otros creyentes religiosos.

(1487.1) 134:4.4 La paz religiosa —la fraternidad— no puede existir a menos que todas las religiones estén dispuestas a despojarse completamente de toda autoridad eclesiástica, y a renunciar plenamente a todo concepto de soberanía espiritual. Sólo Dios es el soberano espiritual.

Cómo notamos, la plataforma para una Sociedad justa es reconocer la Paternidad de Dios y su gobierno amoroso. Incluso Jesús recomienda que las religiones deberían despojarse de su autoridad eclesiástica para lograr la paz. Pero sabemos que esa recomendación de Jesús es muy difícil en la Tierra, y la aniquilación de las religiones se vislumbra cada día más cerca. Ahora Jesús da una opinión personal y recomendación sobre la soberanía política. 
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5. La Soberanía Política


(1487.8) 134:5.1 [Aunque la enseñanza del Maestro sobre la soberanía de Dios es una verdad — complicada solo por la subsiguiente aparición entre las religiones del mundo de la religión formada alrededor de su persona—, sus exposiciones sobre la soberanía política se vieron complicadas en gran manera por la evolución política de las divisiones nacionales durante los últimos mil novecientos y tantos años. En la época de Jesús había solamente dos grandes potencias mundiales: el Imperio Romano en el occidente, y el Imperio Han en el oriente, y estaban ampliamente separados por el reino de la Partia y otras tierras intermedias de las regiones caspiana y turquestaní. Por lo tanto, en la siguiente presentación nos hemos apartado aun más de la substancia de las enseñanzas del Maestro en Urmia relativas a la soberanía política, intentando al mismo tiempo describir la esencia de dichas enseñanzas en la medida en que sean aplicables a la etapa especialmente crítica de la evolución de la soberanía política en el siglo veinte después de Cristo.]

(1487.9) 134:5.2 Las guerras en Urantia no han de acabar nunca mientras las naciones se afierren a las nociones ilusorias de ilimitada soberanía nacional. Tan sólo hay dos niveles de soberanía relativa en un mundo habitado: el libre albedrío espiritual del mortal como individuo y la soberanía colectiva de toda la humanidad. Entre el nivel del ser humano individual y el nivel de la humanidad total, todas las agrupaciones y asociaciones son relativas, transitorias y de valor, únicamente si mejoran el bienestar y el progreso del individuo y de la humanidad en conjunto —el hombre y la humanidad.

(1488.1) 134:5.3 Los maestros religiosos deben recordar siempre que la soberanía espiritual de Dios está por encima de todas las lealtades espirituales interpuestas e intermedias. Algún día aprenderán los gobernantes civiles que los Altísimos son quienes gobiernan en los reinos de los hombres.

Claramente Jesús enfatiza que   la soberanía espiritual de Dios está por encima de todas las lealtades espirituales interpuestas e intermedias. Un gobierno humano no puede pedir adoración espiritual, tal como Jesús más adelante se lo confirmaría a los apóstoles. Eso pertenece a la acción de la Bestia Salvaje, la cual pretende obtener adoración religiosa como entidad política.

(1488.2) 134:5.4 El reinado de los Altísimos en los reinos de los hombres, no es para el beneficio exclusivo de un grupo especialmente favorecido de mortales. No existe tal cosa como un «pueblo elegido». El reinado de los Altísimos, los supercontroladores de la evolución política, es un régimen formado con el objeto de fomentar el máximo bien, para el máximo número de hombres, y durante un tiempo de la máxima longitud.

Jesús es claro y dice que este gobierno no es para el beneficio exclusivo de un grupo especialmente favorecido de mortales. Asi que claramente la idea de una Elite gobernante (como los Illuminatis) no cuadra con estas declaraciones de Jesús.

(1488.5) 134:5.7 A medida que la soberanía pasa de grupos más pequeños a grupos más grandes, las guerras disminuyen. Es decir que disminuyen las guerras menores entre naciones más pequeñas, mientras que aumenta el potencial de guerras más grandes en la medida en que las naciones que ejercen la soberanía se hacen más y más extensas. Finalmente, cuando todo el mundo haya sido explorado y ocupado, cuando los países sean pocos, fuertes y poderosos, cuando estas naciones grandes y supuestamente soberanas lleguen a tocarse en las fronteras, cuando sólo los océanos las separen, se habrá preparado el escenario para grandes guerras, conflictos mundiales. Las así llamadas naciones soberanas, no pueden rozarse sin generar conflictos y provocar guerras.

Jesús declara que al aumentar el tamaño y poder de las superpotencias, se prepara el escenario para los conflictos mundiales. Él declara una gran verdad que ya hemos experimentado y quizás volvamos a vivir.

(1489.1) 134:5.10 Urantia no disfrutará de una paz duradera hasta que las llamadas naciones soberanas no cedan inteligente y plenamente sus poderes soberanos en las manos de la fraternidad de los hombres —el gobierno de la humanidad. El internacionalismo — las ligas de las naciones— no puede asegurar la paz permanente a la humanidad. Las confederaciones mundiales de las naciones podrán prevenir eficazmente las guerras menores, y podrán controlar de forma aceptable a las naciones más pequeñas, pero no pueden prevenir las guerras mundiales, ni controlar a los tres, cuatro o cinco gobiernos más poderosos. En presencia de un conflicto real, una de estas potencias mundiales se retirará de la Liga y declarará guerra. Es imposible evitar que las naciones entren en guerra mientras éstas estén infectadas con el virus engañoso de la soberanía nacional. El internacionalismo es un paso en la dirección adecuada. Una policía internacional podrá prevenir muchas guerras menores, pero no hará ningún efecto en la prevención de las guerras mayores, los conflictos entre los grandes gobiernos militares de la tierra.

En este párrafo Cristo declara que la fraternidad entre los hombres es el gobierno de la humanidad y la solución para los conflictos. — las ligas de las naciones— no puede asegurar la paz permanente a la humanidad. Y vuelve a declarar que las Ligas de las Naciones fracasan al evitar los conflictos mundiales. Por lo tanto, notáis como Jesús en Urantia Book dice que el Gobierno de las Ligas de Naciones (Sociedad de Naciones y ONU) NO SON la realización del Gobierno Mundial SEGÚN SU VISIÓN. Esto choca con las ideas de los promotores del N.O.M (Nuevo Orden) que ven a la ONU como un vehículo para sus planes.

Incluso me estremezco con sus palabras casi proféticas al declarar que:  Las confederaciones mundiales de las naciones podrán prevenir eficazmente las guerras menores, y podrán controlar de forma aceptable a las naciones más pequeñas, pero no pueden prevenir las guerras mundiales, ni controlar a los tres, cuatro o cinco gobiernos más poderosos.

Y eso precisamente observamos hoy con una Tercera Guerra Mundial en el horizonte.
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Jesús entonces al estar hablando de un Gobierno Mundial se refiere a algo más maravilloso y fuera de las Alianza Humanas de las potencias actuales.

(1489.2) 134:5.11 A medida que disminuye el número de las naciones verdaderamente soberanas (grandes potencias), aumenta tanto la posibilidad como la necesidad del gobierno de la humanidad. Cuando existan tan sólo unas pocas (grandes) potencias realmente soberanas, éstas tendrán que embarcarse en una lucha a muerte por la supremacía nacional (imperial) o, mediante la renuncia voluntaria a ciertas prerrogativas de la soberanía, crearán el núcleo esencial de la potencia supernacional que marcará el comienzo de la verdadera soberanía de toda la humanidad.

(1489.3) 134:5.12 No habrá paz en Urantia hasta que todas las naciones llamadas soberanas entreguen el poder de declarar la guerra en las manos de un gobierno representativo de toda la humanidad. La soberanía política es innata en los pueblos del mundo. Cuando todos los pueblos de Urantia creen un gobierno mundial, tendrán el derecho y el poder de hacer que dicho gobierno sea SOBERANO; y cuando esa potencia mundial representativa o democrática, controle las fuerzas terrestres, aéreas, y navales del mundo, la paz en la tierra y la buena voluntad entre los hombres podrán prevalecer, pero no hasta entonces.

(1489.5) 134:5.14Así comenzarán a disfrutar de la paz las naciones de Urantia, cuando renuncien libremente a su soberanía para confiársela a un gobierno mundial —la soberanía de la fraternidad de los hombres. En este estado mundial las naciones más pequeñas serán tan poderosas como las más grandes, así como el pequeño estado de Rhode Island tiene sus dos senadores en el Congreso norteamericano, al igual que el estado de Nueva York con su gran población, o que el estado de Texas con su gran territorio.

 Parece verdaderamente una utopía casi imposible lo que declara Jesús. Él entrega su visión de lo que deberían hacer las naciones si no quieren evitar la aniquilación. Luego los reveladores comparan su ejemplo al caso de Norteamerica en dónde cada estado tiene los mismos derechos sobre los otros. Pero para que esto resulte a escala global, las superpotencias como China, Rusia y Estados Unidos deberían entregar el poder de declarar la guerra y dejar de existir como potencias controladoras en beneficio de gobiernos que tengan la misma igualdad en la Tierra.

Pero sabemos que esta recomendación de Jesús difícilmente será llevada a cabo por las buenas. La misma Bestia Salvaje de Revelación nos muestra que solo siete potencias controlan y dominan opresivamente a la humanidad en el tiempo final. No habrá una repartición de poder en todas las naciones.

(1490.2) 134:5.16 Los ciudadanos no nacen para el beneficio de los gobiernos; los gobiernos son organizaciones creadas y concebidas para el beneficio de los hombres. La evolución de la soberanía política no puede sino terminar en la aparición del gobierno soberano de todos los hombres. Todas las demás soberanías son de valor relativo, de significado intermedio y de carácter subordinado.

(1490.3) 134:5.17 Con el progreso científico, las guerras serán cada vez más devastadoras, hasta volverse prácticamente un suicidio racial. ¿Cuántas guerras mundiales habrán de librarse, cuántas ligas de naciones habrán de fracasar, para que el hombre esté dispuesto a establecer el gobierno de la humanidad, y empiece a disfrutar de las bendiciones de la paz permanente, y a recoger los frutos de la tranquilidad de la buena voluntad entre sí mismos —la buena voluntad mundial—?

Jesús lanza estas preguntas y reflexiones para el futuro. En realidad, él ofrece la solución a través de otro camino, pero también sabe que deberá actuar si las naciones no logran besar al Hijo y renunciar a sus espadas transformándolas por las buenas en rejas de arado.

(1490.9) 134:6.6 No se trata de armamento o de desarme. Tampoco influyen sobre el problema del mantenimiento de la paz mundial, los factores correspondientes al servicio militar obligatorio o voluntario. Si le quitáis a las naciones poderosas todas las armas mecánicas modernas y todos los tipos de explosivos, pelearán con los puños, piedras y palos, mientras que persistan en la ilusión de su derecho divino a la soberanía nacional.

(1491.1) 134:6.7 La guerra no es la gran y terrible enfermedad del hombre; la guerra es un síntoma, un resultado. La verdadera enfermedad es el virus de la soberanía nacional.

(1491.2) 134:6.8 Las naciones de Urantia no han poseído una soberanía verdadera; no han tenido nunca una soberanía que las protegiera de los estragos y devastaciones de las guerras mundiales. Al crear un gobierno mundial de la humanidad, las distintas naciones no dejan su soberanía como tal, sino que crean en realidad una soberanía mundial verdadera y permanente, que de ahí en adelante podrá protegerlas de todas las guerras. Los asuntos locales serán manejados por los gobiernos locales; los asuntos nacionales, por los gobiernos nacionales; los asuntos internacionales serán administrados por el gobierno mundial.

A diferencia de los que proponen y hablan de un N.O.M Jesús no está diciendo que las soberanías nacionales desaparezcan, sino que la visión humana debe ampliarse para integrar estos elementos. El nacionalismo o adoración a cada estado es el que debe ser modificado.

(1491.3) 134:6.9 No se puede mantener la paz mundial mediante tratados, diplomacia, política exterior, alianzas, equilibrio de poderes, ni por otras medidas paliativas basadas en las soberanías del nacionalismo. Una ley mundial debe ser creada y puesta en vigencia por un gobierno mundial —la soberanía de toda la humanidad.

Jesús recalca mucho en esta presentación la expresión  "la soberanía de toda la humanidad", no un poder centrado en unos pocos elitistas, tal como analizamos antes.

(1491.4) 134:6.10 Con el gobierno mundial, el individuo gozará de una libertad mucho mayor. Hoy en día, los ciudadanos de las grandes potencias están gravados, regulados y controlados casi opresivamente, y gran parte de esta interferencia corriente con la libertad individual se desvanecerá cuando los gobiernos nacionales estén dispuestos a depositar su soberanía, en lo que se refiera a los asuntos internacionales, en las manos del gobierno mundial.

(1491.5) 134:6.11 Bajo un gobierno mundial, los distintos grupos nacionales tendrán una oportunidad auténtica de realizar y disfrutar la libertad personal inherente a una verdadera democracia. Habrá terminado la noción falaz de la autodeterminación. Con un control a nivel mundial del dinero y del comercio, llegará la nueva era de la paz mundial. Poco después surgirá posiblemente un idioma mundial, y existirá por lo menos la esperanza de que haya en algún momento una religión mundial —o bien religiones con un punto de vista mundial.

(1491.6) 134:6.12 La seguridad colectiva nunca podrá garantizar la paz, hasta que la colectividad incluya a toda la humanidad.

Cómo notamos, el propósito de Dios puede incluir que sus siervos (los poderes políticos o autoridades superiores) tomen ese rumbo de acción. Pero sabemos que Satanás desea lograr un sistema similar de Gobierno Mundial, una forma mímica a la comentada por Jesús, con la diferencia que su sistema comercial y político verdaderamente sería opresivo.

(1487.6) 134:4.9 Los seres que gozan de libre albedrío y que se consideran iguales, a menos que se reconozcan mutuamente como súbditos de una soberanía superior, de una autoridad que está por encima de todos ellos, tarde o temprano caen en la tentación de probar su capacidad para imponer su poder y autoridad sobre otras personas y grupos. El concepto de igualdad no conduce nunca a la paz, a menos que exista un reconocimiento mutuo de una influencia controladora de soberanía superior.

Jesús magnificamente declara que aunque el hombre grite que igualdad y fraternidad, a menos que reconozca una soberanía superior (el Reino de Dios), no logrará nunca la Paz.

(1486.5) 134:4.2 El reino del cielo, el gobierno divino, se basa en el hecho de la soberanía divina: Dios es espíritu. Puesto que Dios es espíritu, este reino es espiritual. El reino del cielo no es material ni meramente intelectual; es un enlace espiritual entre Dios y el hombre.

Y finalmente, años más tarde, Jesús recalcó ese hecho:

(1881.4) 172:3.6 Durante mucho tiempo y mediante una enseñanza directa, Jesús trató de convencer a sus apóstoles y a sus discípulos que su reino no era de este mundo, que era un asunto puramente espiritual; pero no había tenido éxito en este esfuerzo. Ahora, lo que no había conseguido hacer mediante una enseñanza clara y personal, lo intentaría realizar con un gesto simbólico.