martes, 3 de julio de 2012

La Revolución de la Conciencia

Uno de los capítulos más importantes de L.U para quiénes están preocupados por el destino de nuestro mundo es "Después del Pentecostés". Intentaré analizar la parte final de ese fascinante documento, que en sus primeros párrafos narra el principio del Cristianismo hasta la Edad Media.  Pero en los siguientes párrafos los Reveladores (que han visto el pasar de todas las eras humanas) intentan darnos el mensaje más aterrizado, maduro y con sentido común de lo que  será nuestro destino planetario. Se analiza con objetividad  y madurez tanto los desafíos, los problemas así como la esperanza para la humanidad. Son expuestas con la elegante redacción de éstos escritos:
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5. El Problema Moderno


(2075.4) 195:5.1 El siglo veinte ha traído nuevos problemas para que resuelvan el cristianismo y todas las otras religiones. Cuanto más elevada se torna una civilización, más es necesario el deber de «buscar primero las realidades del cielo» en todos los esfuerzos del hombre por estabilizar la sociedad y facilitar la solución de sus problemas materiales.

(2075.5) 195:5.2 La verdad se vuelve muchas veces confusa y aun engañosa cuando se la fragmenta, segrega, aísla y analiza demasiado. La verdad viva enseña el camino recto al buscador de la verdad sólo cuando es abrazada en su totalidad y como una realidad espiritual viva, no como un hecho de la ciencia material ni como una inspiración del arte interpuesto.

(2075.6) 195:5.3 La religión es la revelación al hombre de su destino divino y eterno. La religión es una experiencia puramente personal y espiritual y debe por siempre ser distinta de las demás formas elevadas del pensamiento del hombre, tales como:
(2075.7) 195:5.4 1. La actitud lógica del hombre hacia las cosas de la realidad material.
(2075.8)
195:5.5 2. La apreciación estética del hombre de la belleza en contraste con la fealdad.
(2075.9)
195:5.6 3. El reconocimiento ético del hombre de las obligaciones sociales y del deber político.
(2075.10)
195:5.7 4. Incluso el sentido de la moral humana de cada hombre no es, en sí y por sí mismo, religioso.
Nota de A.J: Aquí Urantia dice que tanto la lógica, la belleza y los deberes políticos no deben ser confundidos como parte de la experiencia religiosa verdadera. Incluso la moral humana no es la base para la religión del espíritu. Si un religioso no nace del Espíritu, no estará auténticamente protegido contra la inmoralidad y la maldad. Ciertamente los hombres religiosos que poseen conocimiento moral a menudo son más víctimas de la inmoralidad que otros. La razón está en que no han nacido interiormente desde el espíritu con una religión interior en comunión con el Padre. Su piedad moral es externa y débil. Depende de los hábitos externos de ciertas rutinas formales. Por eso la verdadera religión va más allá de las doctrinas morales. Busca la regeneración del corazón, lo cual inmuniza al hombre contra los motivos impuros.

(2075.11) 195:5.8 La religión funciona para encontrar en el universo aquellos valores que estimulan la fe, la confianza y la certeza; la religión culmina en la adoración. La religión descubre para el alma aquellos valores supremos que contrastan con los valores relativos descubiertos por la mente. Tal visión sobrehumana tan sólo se puede obtener mediante una genuina experiencia religiosa.

(2075.12) 195:5.9 Un sistema social duradero sin una moral predicada sobre las realidades espirituales no puede perdurar puesto que equivaldría pensar en el sistema solar sin gravedad.

Comentario de A.J: Para la tranquilidad de algunos lectores aquí Urantia destaca que la civilización actual no puede decaer en la moralidad. Aunque la religión verdadera trasciende a la moralidad, la moralidad es necesaria para la estabilidad de la civilización y la familia, pero la moralidad actúa como un tutor necesario para las masas. La moralidad es buena como soporte inicial para un posterior caminar.  No obstante, a nivel individual el hombre debe conseguir valores eternos producto de haber nacido del espíritu y que son superiores a la moralidad humana.

(2076.1) 195:5.10 No tratéis de satisfacer la curiosidad ni de gratificar los anhelos latentes de aventura que surgen del alma en una corta vida en la carne. ¡Sed pacientes! No caigáis en la tentación de zambulliros en una aventura barata y sórdida, sin ley. Controlad vuestras energías y frenad vuestras pasiones; tranquilízaos mientras aguardáis el despliegue majestuoso de una carrera sin fin de aventura progresiva y descubrimiento emocionante.

Comentario de A.J: Aquí Urantia lanza una advertencia contra caer en el extremo opuesto de desechar la moralidad humana, y sin ley.  Urantia condena la inmoralidad y una vida sórdida. El hombre necesita como especie el autocontrol, la disciplina inicial de la moral, que genera un soporte propicio para que ingrese en una fase superior de valores.

(2076.2) 195:5.11 En la confusión sobre los orígenes del hombre, no perdáis de vista su destino eterno. No olvidéis que Jesús amó aun a los pequeños, y que por siempre aclaró el gran valor de la personalidad humana.

(2076.3) 195:5.12 Al observar al mundo, recordad que las manchas negras del mal que veis se muestran contra un fondo blanco de bondad final. No veréis simples manchas blancas de bondad que se destacan contra un fondo negro de maldad.

Comentario de A.J: ¡Qué visión mas madura y equilibrada! Como hemos visto Urantia exalta la buena moralidad, pero también nos previene de evitar la dislocación de nuestra mente. Evita que nos volvamos fanáticos que solo veamos maldad e iniquidad por todos lados.

A veces nuestra visión se desenfoca tanto que las manchas negras del mal captan nuestra mayor atención y perdemos de vista la posibilidad de bondad para los hombres, incluso de su bondad latente que quizás solo gime por brotar, y el justo derecho a la rehabilitación de los hombres que Jesús amó.

Aunque parezca difícil de aceptar, si limpiamos nuestro lente, veremos el fondo blanco. Descubriremos que en el mundo hay más bondad que maldad. Pero la bondad, los actos buenos y sencillos que ocurren por millones cada día, pasan inadvertidos en su blancura. No generan ruido como los actos malos que son más sonados, aunque comparativamente son menores que los actos buenos.

Si los actos malos fueran mayores como ocurre con la primera impresión, si solo hubiese mayor iniquidad y solamente impulsos malos, la vida en la Tierra sería imposible. No podríamos vivir ni un solo día, ya que nos habríamos aniquilado. La bondad humana está latente y ciertamente es el inmenso fondo blanco que es salpicado por las manchas negras.

(2076.4) 195:5.13 Si hay tanta buena verdad para publicar y proclamar, ¿por qué deben los hombres ocuparse tanto del mal en el mundo, sólo porque parece ser un hecho? La belleza de los valores espirituales de la verdad es más placentera e inspiradora que este fenómeno del mal.

Comentario de A.J: Mientras más enfoque y atención dirigamos hacia el mal, estaremos dándole poder en nuestra mente. El mal y el pecado se derrota con las brasas ardientes del bien. Esto es un llamado para que contribuyamos a arrojar luz sobre la oscuridad, para disolverla con el bien y el amor. El mal desaparece contra la fuerza todopoderosa del amor y el bien. La oscuridad nunca podrá derrotar al rayo de luz que se arroja sobre ella.  Los noticiarios algún día deberán transformar sus pautas de noticias. Ese día, la humanidad recobrará la salud mental y se liberará de la neurosis que le afecta.

(2076.5) 195:5.14 En la religión, Jesús abogó por el método de la experiencia, y lo aplicó, así como la ciencia moderna utiliza la técnica de la experimentación. Encontramos a Dios mediante la guía de la visión espiritual, pero nos acercamos a esta visión del alma mediante el amor por la belleza, la búsqueda de la verdad, la lealtad al deber, y la adoración de la bondad divina. Pero de todos estos valores, el amor es la guía auténtica de la verdadera visión espiritual.


Continúa...