domingo, 7 de octubre de 2012

El poder de los Hijos de Dios

Mateo 17:20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.

¿Qué somos realmente? En este peregrinaje he confirmado una gran intuición: Somos mucho más de lo que aparentemente somos. Somos una semilla en la tierra, somos la larva de una futura mariposa, un diamante en bruto que espera manifestar su gloria.

Hemos sido constantamente aleccionados de forma negativa. Demasiadas veces se da énfasis en nuestras imperfecciones y debilidades. ¿Por qué no se destacan nuestran potencialidades? Porque se tiene miedo a que nos transformemos en algo tan sublime, que ellos piensan que perderían el control sobre las masas de fieles. Es necesario mantenerlos en estado infantil. Eso es lamentable. Colocar una grasa sobre la imagen de Dios que solo desea brillar.

Una de las enseñanzas más importantes que trae Jesús de Nazaret es que somos Hijos de Dios. Pero eso es más que una frase bonita, en realidad representa una realidad viviente. Somos literalmente herederos, vástagos del mismo Dios, traemos en nosotros sus "genes" divinos, somos dioses en miniautura, semillas llenas de poder, sembrados en la materia, la cual es nuestra tierra de partida, para que en las edades eternas y en los mundos venideros, nos elevemos como un árbol en poderoso crecimiento.

Jesús les contestó: “¿No está escrito en su Ley: ‘Yo dije: “Ustedes son dioses”’? - Juan 10:34

La Fe como de un grano de mostaza demuestra el potencial de la semilla que se transforma en un árbol en unión de que con Dios todo es posible. El propósito de la fe como un grano de mostaza es para mover y desarraigar cosas imposibles y difíciles.  Jesús dice que si tuviésemos fe como un grano de mostaza removerías cosas en tu vida y en la vida de otros que son difíciles y nada será para ti imposible.

"Y respondiendo, Jesús les dijo: “Tengan fe en Dios. En verdad les digo que cualquiera que diga a esta montaña: ‘Sé alzada y echada al mar’, y no duda en su corazón, sino que tiene fe en que va a ocurrir lo que dice, así lo tendrá. Por eso les digo: Todas las cosas que oran y piden, tengan fe en que pueden darse por recibidas, y las tendrán" - Marcos 11:22-24.

Jesús aquí nos recuerda el poder de creación que podemos activar por la fe. Somos imagen de Dios y siempre estamos creando, la mayoría de las veces cosas negativas y de forma inconsciente. Aquí Jesús nos anima a tomar de forma activa las riendas de nuestra vida, a ser co-creadores con Dios, mediante un pensamiento elevado y alto, mediante un pensamiento-emoción lleno de convicción y confianza, sostenido como una nota musical, esa certeza como si ya hubiese sido dado, incluyendo dicha sensación de gratitud como si la obra ya fué concedida. Eso es realmente la FE.

"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera" - Hebreos 11:1

"En todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios" - Filipenses 4:6

La fe involucra mantener esa convicción sin dudar en el corazón como decía Jesús, ya que la duda es bloquear el pensamiento original de la fe, de la certidumbre, con otro pensamiento, lleno de incertidumbre.

"Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.
El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos". - Santiago 1:6-8


Para ejemplificar el poder de la fe, Santiago compara a nuestra inestabilidad psiquica con una ola u onda en el mar echada de una parte a otra. La fe sin dudar deber ser un pensamiento primordial, como una gota en un estanque tranquilo de agua. El estanque son nuestros pensamientos que deben estar en quietud y no en turbulencia. Cuando logramos tranquilizar (mediante la oración y meditación) nuestra mente, ahora podemos pedir con fe y enfocar ese pensamiento sostenido con gratitud. Esto sería como la gota que suavemente cae en el estanque y genera ondas a su alrededor. Esas ondas provocarán que recibamos lo que hemos creado.

En cambio, si luego de enviar esos pensamientos llenos de fe enfocados en ese mismo punto, comenzamos a pensar en otras cosas, incluso contradictorias, nos llenamos de descontrol mental,  de miedo y dudas, seríamos semejantes arrojar diferentes gotas al estanque, volviéndolo turbulento, observando como las múltiples ondas comienzan a aparecer y bloquear la onda original.

Santiago lo decribe como un "hombre de doble ánimo e inconstante" que difícilmente recibirá lo que puede pedir y crear.

La mayoría de las veces nos ocurre eso, pensamos en cosas que no deseamos, pensamos en cosas que nos llenan de temor, y dudamos incluso del poder que tenemos cuando conectamos con la Fuente de Dios.

Los ángeles nos conocen, pero a la vez se sorprenden que criaturas con semejante potencial y poder creador, en la mayoría de los casos no logramos unificar nuestra mente y corazón y liberarlo del miedo.

"Los ángeles verdaderamente encuentran difícil comprender por qué vosotros permitís tan persistentemente que vuestros poderes intelectuales más elevados, aun vuestra fe religiosa, estén tan dominados por el temor, tan profundamente desmoralizados por el pánico irracional del miedo y de la ansiedad".- L.U