miércoles, 31 de octubre de 2012

La peligrosidad del dualismo y la utilidad para las religiones

Durante siglos se ha enseñando a las mentes humanas la idea de fuerzas opuestas a Dios que pueden incluso colocarlo en jaque e pretender ponerlo en apuros en sus propósitos. El dualismo está incorporado firmemente en muchas religiones y provoca una visión sesgada de la vida. Cierto miembro de una Iglesia Protestante declaró:

"En mi vida como cristiano protestante, oía una y otra vez la palabra diablo o satanas, en todas las predicaciones que daban. Cosa que de niño me crei de lleno. Los cristianos, por lo general, le echan la culpa de todo al diablo. Que si me dio cáncer… fue el diablo. Que si tengo problemas económicos… es el diablo. Que si tengo problemas en la familia… es el diablo. etc. Para todo es el diablo.

El diablo o satanas es una presencia predominante en el cristianismo. es el culpable de todos los males, de todas nuestras tentaciones, de todos nuestros problemas. Es el malo remalo de la película. Asi se ve la presencia del diablo en el cristianismo. Un ente de maldad y de perversión, que solo nos quiere hacer daño. El culpable de toda la maldad de la humanidad.

Cuando el Imperio Romano estaba empezando, se estaba enfrentando al pueblo de Cartago, (creo que quedaba en España). Para los Romanos los Cartagineses, eran la escoria mas despreciable en el universo. Se inventaban cosas como que se sacrificaban a los bebes recién nacidos, que todo el pueblo hacia incesto, que se comían entre ellos. Que en definitiva, eran la escoria en su mayor estado. Y esa es la mentalidad que tendemos a tener frente a un enemigo. Hay millones de relatos que lo prueban. Los Estadounidenses tienden a diabolisar a los Arabes, los Arabes hacen lo mismo con los Estadounidenses, Los nazis odiaban a los Judios y los veían como seres despreciables, los japoneses mataron a millones de chinos porque los veían como enemigos repugnantes. En toda la historia de la humanidad, un componente esencial, es el odio y el desprecio hacia el enemigo en las guerras. Y no solo de poblaciones, también de ideales. La sangrienta guerra entre católicos y protestantes en irlanda. Las guerras del comunismo Vs capitalismo. Las guerras entre pandillas. Las guerras entre barras de equipos de fútbol. Todos esos son ejemplos de odio entre enemigos.

En fin. nuestro cerebro esta hecho, para tener en su mente la figura del enemigo, y una vez que lo tiene identificado, el odio y desprecio cae hacia el de una manera brutal. De eso no nos podemos escapar, esta en nuestro cerebro. Necesitamos la figura de un enemigo común en nuestro cerebro. Aunque trates de negar este hecho, la cruda y pura realidad, es que aunque no lo quieras, en tu mente, un grupo de personas ocupa la posición de enemigo. Odias a Bush?, odias a Binladen? Odias a las megacorporaciones del petroleo o del tabaco? Odias a Bill Gates? a quien odias? a los politicos? a los hinchas de tu equipo rival? no trates de negarlo, tienes que despreciar a un grupo de personas, así somos los humanos. Es algo de lo que no puedes escapar. El deporte entre equipos se basa, en satisfacer esa necesidad. Tenemos una necesidad innata de sentirnos parte de un grupo, y tener un enemigo común que odiar".

La idea del dualismo y el enemigo no procede realmente de Jesús de Nazaret. Es cierto que Lucifer y su pléyade de seguidores existen, pero su poder ha sido exagerado de forma desproporcionada hasta el grado de crear verdaderas fuerzas opuestas que pueden poner en aprietos a Dios. Y cómo hemos visto, diabolizar y satanizar todo no es el camino adecuado para que el Amor derrote el mal. De hecho, ha provocado mas dolor y separación en la humanidad.  Esta idea realmente es pagana y fué incorporándose gradualmente en la teología judía y luego en la Católica, en mayor o menor proporción, y de allí ha sido derivada a los protestantes y movimientos de restauración del siglo XIX.

El dualismo religioso aparece en muchos pueblos antiguos, como China y Egipto, pero especialmente en Persia. Su religión, impulsada y reformada por Zoroastro hacia el s. VI a. C., establece un principio divino del bien, Ormuz o Ahura Mazda, y otro del mal, Ahrimán. Formas de dualismo se encuentran después en el orfismo (hacia el s. VI a. C.), en el gnosticismo (s. II a. C.), en el maniqueísmo, en la doctrina gnóstico-maniquea de Prisciliano, y ya en la Edad Media, en los bogomilos, albigenses y cátaros. La más influyente de estas doctrinas, después del mazdeísmo de Zoroastro, fue el maniqueísmo.

Los judíos en un principio adoptaron ciertas ideas dualistas y en algunos pasajes bíblicos dan a entender que Yavé o Jehová provocaba las enfermedades e incluso enviaba espíritus malos (como en el caso de Saúl) y el suceso del Censo, narrado en libro como obra de Dios, y en otro como de Satanás.

El dualismo provoca un problema mental, una neurosis que mantiene esclavo al hombre en un círculo de pecado, castigo y culpabilidad. El miedo sirve para controlar a los esclavos, pero no libera realmente al hombre como Hijo de Dios.

Hace poco el Vaticano ha declarado que el Diablo está desatado, las posesiones diabólicas han aumentado, y por ello ha reclutado a numerosos sacerdotes para entrenarlos como un ejército de exorcistas. Ha invitado a médicos y periodistas a esos seminarios. Pero claramente esto le sirve a la debilitada Iglesia Católica, que se ha visto mermada por los abusos de menores. Es necesario reforzar la imagen del clérigo, y necesario justificar su existencia, por eso no sorprende que la Iglesia desee inflar el asunto de los sacerdotes exorcistas

Satanás realmente es útil para la existencia de los "policias" espirituales capacitados, éstos sean la Iglesia, una Entidad Editorial o el Pastor de la población. Es necesario que constantemente se hable del pecado, la pornografía, la maldad, la inmoralidad y se hable vez tras vez de Satanás  y de lo necesario que es estar en el seno de la respectiva religión, la cual es la protección. Esta repetición es tan grande que muchos durante toda su vida arrastran la cadena del temor, incluso al verse liberados de la religión organizada. Es como la figura de la sombra que aparecía en los cuartos de los niños. La mente prefiere ser controlada pasivamente y no esforzase por decidir y crear. Es más fácil culpar a un poder externo de tus problemas, en vez de intentar positivamente tomar las riendas de tu vida y utilizar la Fe para mover montañas. De esa forma, millones son controlados por el temor a una fuerza maligna desproporcionada. Y la mente prefiere esa comodidad.

Seguiremos tocando los alcances dramáticos de ésta cuestión en otras entradas.