jueves, 4 de octubre de 2012

"Los publicanos y las rameras van delante de vosotros al Reino de Dios."

La religión actual ha provocado la existencia de personas valiosas, pero también ha provocado la germinación de vástagos con luchas internas en un extremo exagerado de la verdadera santidad y de lo que es el pecado. La maldad del mundo es combatida con rechazo, con una actitud de evitar un contagio con leprosos. Asi los homosexuales, inmorales y equivocados en sus conductas son segregados en getos en dónde perpetúan sus prácticas. La religión ha sido poco práctica en ayudar a éstas personas y solo provoca un resentimiento negativo hacia la misma religión.  ¡Qué diferente y limpia la actitud de aquel Jesús de Nazaret que fué capaz de ayudarles con amor!

"Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y dejándolo todo, se levantó y le siguió. Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos. Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento".- Lucas 5:27-32
 
Esta frase es capital. Jesús manifiesta un optimismo trascendental sobre el género humano. El ejemplifica de forma sublime la misión de rescatar al ser humano que necesita elevación. La visión positiva sobre la humanidad es la que tiene el Padre Celestial hacia los hombres.
 
A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido. - Lucas 18:9-14
 
Ciertamente bien se aplican las palabras de Jesús cuando dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. Lo que Jesús quiso decir fue lo siguiente: Ok, te sientes muy sano, muy justo ¿verdad? pues no he venido por los que se creen justos o se creen estar sanos, he venido para los que saben que están mal, en pecado delante de Dios, ¡por ellos he venido! para que se arrepientan y hallen perdón.
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Y, ¿ahora que dirás estimado lector? ¿Qué la Biblia presenta un evangelio barato que fomenta la inmoralidad? ¿Qué dirás ahora? ¿Qué el Libro de Urantia infectó a los escritores de la Biblia? ¿Qué el Jesús bíblico era permisivo? Yo diría que no has entendido el mensaje y misión de Jesús y de Dios entre los hombres. No hay motivo para pensar que Cristo y el Padre son distintos a cómo Jesús tan magníficamente lo demostró en Palestina hace 2000 años.
 
¿Ahora quienes son los más aborrecidos, despreciados, mal vistos de nuestra sociedad? ¿Quiénes son? ¿No son los borrachos? ¿No son aquellos hombres que se encuentran tirados en las calles? ¿No son las prostitutas? ¿No son los narcos? ¿No son la gente que esta en las cárceles? ¿No son aun nuestras propias autoridades? ¿No son los drogadictos? ¿No son los homosexuales? ¿No son ellos? ¿No estarás tu entre ellos? ¿No te ha tocado recibir una mirada de desprecio por lo que eres o por lo que has sido?. Sí estas entre ellos, déjame decirte una cosa: Dios tiene compasión de ti, no importa lo que hayas hecho, ni cuan grave haya sido, Dios tiene compasión de ti; solo tienes que reconocer que necesitas de Dios, no seas como el religioso que cree no tener necesidad de Dios. Cuando Jesucristo dijo: sino por pecadores al arrepentimiento. Es para sacarte de la condición de pecado en el que estás. Dios te ama, ¿Y sabes de que forma? Envió a su propio Hijo para liberarte a la condición de un Hijo de Dios, liberado por la fe.
 
 
De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. - Mateo 21:31