viernes, 9 de noviembre de 2012

Afirmaciones y Respuestas - Parte I

Aunque no soy dueño de la verdad ni mucho menos, quisiera aportar con algunas observaciones personales en base a largos años de reflexión e investigación de algunos temas expuestos. Lo hago con humildad, no para convencer, sino para estimular a la reflexión.

Afirmación: EL L.U me desconcierta. Jesús usaba términos sencillos y familiares para que el máximo del pueblo se beneficiara, entonces éste libro está dirigido a un grupo selecto de intelectuales y esotéricos, buscando ir más allá de lo escrito en la Biblia.

Respuesta: El Libro de Urantia no tiene como objeto reemplazar o imitar a Jesús en cuanto a información. El mismo libro reinvindica en una gran sección la Vida y las Enseñanzas de Jesús, y lo hace como nunca lo ha hecho ninguna obra teológica sobre la Tierra. Esto no debe confundirse con la Revelación en torno a Ciencia, Cosmología e Historia que presenta L.U en las otras partes. Esos datos no son un Evangelio ni son necesarios para la Salvación, tal como lo enfatiza el mismo libro. Simplemente la información cosmológica es un telón de fondo para la parte IV sobre la vida de Jesús. Nos sirve como marco cósmico para comprender en anchura y profundidad la aventura humana del Hijo de Dios y el mensaje que él trae para nosotros sobre nuestra propia vida eterna. Y claramente esa información cosmológica de la parte I,II y III, difícil de digerir en ocasiones, no solo está pensada para esta generación. Es un regalo para las generaciones venideras, una Revelación con duración de mil años.

También no es cierta la afirmación que el libro aparentemente está dirigido a intelectuales y esotéricos. El libro critica abiertamente los extremos nefastos de esos grupos selectos. El que una obra esté escrita con lenguaje pesado es más bien una invitación a leerla con paciencia, tras meditar en el significado de cada frase. La impaciencia no es saludable en el camino de la perfección. El libro es un desafío que involucra cultivar paciencia y reflexión. El problema no es del libro, sino de los lectores. Uno puede emprender el paciente desafío de leerlo y verá que no es tan complejo como aparentemente se observa.

¿Más allá de lo escrito en la Biblia? Esa afirmación es muy prejuiciada. En amplias entradas que nunca han sido rebatidas, he demostrado que la Biblia es una colección de muchos libros agrupados y sacados durante largos siglos por concilios humanos. Los escritores bíblicos no tenían la más remota idea de que sus escritos irían a formar parte de catálogos sagrados para las generaciones venideras. No seamos víctimas de las anteojeras modernas para leer el pasado. Eso genera visiones infantiles, utópicas y finalmente irreales sobre el pasado y no es un criterio aceptable para buscar la verdad. Aceptar la autoridad de un libro solo por la tradición establecida de los siglos no es un buen fundamento. Yo creo que el contenido, mensaje y frutos espirituales es la clave, y no la paternidad literaria o tradición social y cultural en base a grupos colegiados. Esto debe ser la máxima para evaluar literatura religiosa o que afirma ser revelatoria.