viernes, 23 de noviembre de 2012

El desafío de la transición - parte III

5. Los Aspectos Sociales de la Religión

(1090.10) 99:5.1 Aunque la religión sea exclusivamente una experiencia espiritual personal —conocer a Dios como Padre— el corolario de esta experiencia —conocer al hombre como hermano— comprende la adaptación del yo a otros yos, y eso involucra el aspecto social o de grupo de la vida religiosa. La religión es primero una adaptación interior o personal, y luego se vuelve un asunto de servicio social o de adaptación de grupo. El hecho de la tendencia gregaria del hombre forzosamente determina que surgirán grupos religiosos. Lo que sucede con esos grupos religiosos depende en gran parte de un liderazgo inteligente. En la sociedad primitiva el grupo religioso no es en general muy distinto de los grupos económicos o políticos. La religión siempre ha sido un conservador de la moral y un estabilizador de la sociedad. Y esto sigue siendo verdad, a pesar de las enseñanzas contrarias de muchos socialistas y humanistas modernos.

(1091.1) 99:5.2 Recuerda siempre: la verdadera religión consiste en conocer a Dios como a tu Padre y al hombre como a tu hermano. La religión no es la creencia esclavizadora en las amenazas de castigo ni las promesas mágicas de premios místicos futuros.

(1091.2) 99:5.3 La religión de Jesús es la influencia más dinámica que haya activado jamás a la raza humana. Jesús destruyó la tradición, derrumbó el dogma e invitó a la humanidad al logro de sus ideales más elevados en el tiempo y en la eternidad —ser perfectos, así como el Padre en los cielos es perfecto.

(1091.3) 99:5.4 La religión tiene pocas posibilidades de funcionamiento hasta que el grupo religioso se separe de todos los demás grupos —la asociación social de la hermandad espiritual del reino de los cielos.

(1091.4) 99:5.5 La doctrina de la maldad total del hombre destruyó gran parte del potencial de la religión para efectuar repercusiones sociales de naturaleza elevadora y de valor inspiracional. Jesús trató de restablecer la dignidad del hombre al declarar que todos los hombres son hijos de Dios.

(1091.5) 99:5.6 Toda creencia religiosa que sea eficaz en la espiritualización del creyente ha de tener con toda seguridad repercusiones poderosas en la vida social de tal religionista. La experiencia religiosa infaliblemente produce los «frutos del espíritu» en la vida diaria del mortal guiado por el espíritu.

(1091.6) 99:5.7 Tan ciertamente como los hombres comparten sus creencias religiosas, crean también un grupo religioso de algún tipo que eventualmente crea objetivos comunes. Algún día los religionistas se unirán y efectuarán una verdadera cooperación sobre la base de una unidad de ideales y objetivos en vez de intentar hacerlo sobre la base de opiniones psicológicas y creencias teológicas. Los objetivos, más bien que los credos, deberían unificar a los religiosos. Puesto que la verdadera religión es asunto de experiencia personal espiritual, es inevitable que cada religionista individual tenga su propia interpretación personal de la realización de la experiencia espiritual. Haced que el término «fe» sirva para definir la relación del individuo con Dios, más bien que la formulación credal sobre lo que un grupo de mortales ha conseguido ponerse de acuerdo en una actitud religiosa común. «¿Tienes fe? Entonces tenla contigo».

(1091.7) 99:5.8 El hecho de que la fe se refiere tan sólo al abrazo de los valores ideales queda demostrado en la definición del Nuevo Testamento que declara que la fe es la sustancia de lo que se espera y la prueba de lo que no se ve.

(1091.8) 99:5.9 El hombre primitivo hizo poco esfuerzo por transformar su convicción religiosa en palabras. Su religión era bailada más que pensada. El hombre moderno ha pensado muchos credos y creado muchas pruebas de la fe religiosa. Los religionistas futuros deben vivir su religión, dedicarse al servicio sincero de la hermandad del hombre. Ya es hora de que el hombre tenga una experiencia religiosa tan personal y tan sublime que tan sólo se pueda realizar y expresar en «sentimientos demasiado profundos para las palabras».

(1091.9) 99:5.10 Jesús no requirió que sus seguidores se reunieran periódicamente y recitaran un conjunto de palabras indicativas de sus creencias comunes. Él tan sólo ordenó que se reunieran para hacer algo — compartir en una cena comunitaria para recordar su vida de autootorgamiento en Urantia.

(1091.10) 99:5.11 ¡Qué error cometen los cristianos cuando, al presentar a Cristo como ideal supremo del liderazgo espiritual, se atreven a exigir que los hombres y las mujeres conscientes de Dios rechacen el liderazgo histórico de los hombres que conocen a Dios y que han contribuido a su iluminación particular nacional o racial durante las edades pasadas!
(1092.1) 99:6.1 El sectarismo es una enfermedad de la religión institucional, el dogmatismo es el avasallamiento de la naturaleza espiritual. Es mucho mejor tener una religión sin iglesia que una iglesia sin religión. La agitación religiosa del siglo veinte no habla por sí misma de una decadencia espiritual. La confusión precede tanto al crecimiento como a la destrucción.

(1092.2) 99:6.2 Existe un propósito auténtico en la socialización de la religión. El propósito de las actividades religiosas de grupo consiste en dramatizar las lealtades de la religión; magnificar el atractivo de la verdad, la belleza y la bondad; fomentar la atracción de los valores supremos; enaltecer el servicio de comunidad altruista; glorificar el potencial de la vida de familia; promover la educación religiosa; proveer asesoría sabia y guía espiritual; y alentar a la adoración comunitaria. Y todas las religiones vivas estimulan la amistad humana, conservan la moralidad, promueven el bienestar del vecindario y facilitan la difusión del evangelio esencial de sus respectivos mensajes de salvación eterna.

(1092.3) 99:6.3 Pero cuando la religión se vuelve institucionalizada, se limita su poder para el bien, mientras que las posibilidades del mal se multiplican grandemente. Los peligros de una religión formalizada son: La fijación de las creencias y la cristalización de los sentimientos; la acumulación de los intereses establecidos con un aumento de la secularización; la tendencia a estandardizar y fosilizar la verdad; la desviación de la religión, del servicio a Dios al servicio a la iglesia; la tendencia de los líderes a volverse administradores en vez de ministros; la tendencia a formar sectas y divisiones competitivas; el establecimiento de una autoridad eclesiástica opresiva; la creación de una actitud aristocrática de «pueblo elegido»; el fomentar ideas falsas y exageradas de lo sagrado; la rutinización de la religión y la petrificación de la adoración; la tendencia a venerar el pasado, ignorando al mismo tiempo las demandas del presente; la incapacidad de hacer interpretaciones contemporáneas de la religión; el enredo con las funciones de las instituciones seculares; la creación de una discriminación maligna en forma de castas religiosas; el volverse juez intolerante de la ortodoxia; la incapacidad de mantener el interés de la juventud aventurosa y la pérdida gradual del mensaje salvador del evangelio de la salvación eterna.

(1092.4) 99:6.4 La religión formal frena a los hombres en sus actividades espirituales personales en vez de liberarlos para un servicio enaltecido de constructores del reino.
(1092.5) 99:7.1 Aunque las iglesias y otros grupos religiosos deberían mantenerse separados de toda actividad secular, al mismo tiempo la religión no debe hacer nada que obstaculice o retarde la coordinación social de las instituciones humanas. El significado de vida debe crecer siempre; el hombre ha de seguir en su reforma de la filosofía y en su clarificación de la religión.

(1092.6) 99:7.2 La ciencia política debe efectuar la reconstrucción de la economía y de la industria mediante las técnicas que aprende de las ciencias sociales y mediante las visiones y motivaciones proporcionadas por la vida religiosa. En toda reconstrucción social la religión provee una lealtad estabilizadora a un objetivo trascendente, una meta equilibradora más allá de los fines inmediatos y temporales. En el medio de las confusiones de un medio ambiente en rápido cambio, el hombre mortal necesita del apoyo de una amplia perspectiva cósmica.

(1093.1) 99:7.3 La religión inspira al hombre a vivir valerosa y alegremente sobre la tierra; combina la paciencia con la pasión, la compenetración con la dedicación, la simpatía con el poder y los ideales con la energía.

(1093.2) 99:7.4 El hombre no puede jamás decidir sabiamente sobre los asuntos temporales ni trascender el egoísmo de los intereses personales a menos que medite en presencia de la soberanía de Dios y tome en cuenta las realidades de los significados divinos y de los valores espirituales.

(1093.3) 99:7.5 La interdependencia económica y la fraternidad social en último término conducirán a la hermandad. El hombre es por naturaleza un soñador, pero la ciencia lo está calmando de manera que la religión pueda finalmente activarlo con mucho menos peligro de precipitar reacciones fanáticas. Las necesidades económicas atan al hombre a la realidad, y la experiencia religiosa personal lleva a ese mismo hombre a enfrentarse con las realidades eternas de una ciudadanía cósmica en constante expansión y progreso.

(1093.4) 99:7.6 [Presentado por un Melquisedek de Nebadon.]