lunes, 17 de diciembre de 2012

Advertencias para no sacar falsas conclusiones


Carl Olof Jonsson en su libro La señal de los últimos días, ¿cuándo? comenta de los motivos por los cuales Jesús nos habló de guerras, pestes, terremotos, etc:


Pocos días antes de su muerte, Jesús predijo la futura destrucción del templo de Jerusalén (Mateo 24:1,2). Debido a esa predicción, algunos de sus discípulos le hicieron un par de preguntas:


Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y cuál será la señal de tu venida, y del fin de la edad?—Mateo 24:3, NASB.

Antes de responder directamente a esas preguntas, Jesús dio algunas advertencias a sus discípulos:


‘Tened cuidado de que nadie os engañe’, respondió Jesús, ‘pues muchos hombres vendrán en mi nombre diciendo “Yo soy el Cristo”, y engañarán a muchos. Ciertamente oiréis de guerras y rumores de guerras, pero no os alarméis. Estas cosas realmente tienen que suceder, pero eso no es el fin. Porque se alzará en armas una nación contra otra, y un reino contra otro, y habrá hambres y terremotos en diferentes partes del mundo. Pero todo eso es sólo el principio de los dolores de parto’. — Mateo 24:4–8, The New Testament in Modern English, por J.B.Phillips, Edición Revisada.

Además de guerras, hambres y terremotos, Jesús, en los versículos siguientes, menciona persecuciones, falsos profetas y aumento de la maldad.

 ¿Debían entenderse todos estos acontecimientos como señales claras que identificarían su regreso y el fin de la edad? ¿O, por el contrario, estaba en realidad Jesús advirtiendo a sus discípulos que no se dejasen confundir por esos acontecimientos?


Con frecuencia, varios comentaristas cuidadosos y discernidores de la Biblia han señalado que Jesús en ninguna parte identifica estos acontecimientos como la “señal” de su venida, sino que más bien parece advertir a sus discípulos que no sacasen esa conclusión cuando ocurriesen los desastres o catástrofes que él mencionó.

Desde el mismo comienzo de su respuesta, su advertencia fue: “No os equivoquéis. No os aterroricéis. Estas cosas tienen que suceder, pero todavía no es el fin”. También señalan al hecho de que la palabra griega que en Mateo 24:3 se traduce “señal”, tosemeíon, está en singular, lo cual difícilmente permite la posibilidad de que se refiera a varios acontecimientos distintos.


También señalan que Jesús no describe realmente su regreso hasta los versículos 27 al 31, después de predecir la destrucción de Jerusalén. Sólo entonces comienza a hablar de la señal de su venida, de “la señal del Hijo del Hombre” (versículo 30), y nuevamente en singular, como en el versículo 3.


Esta “señal”, según las palabras de Jesús, debía “aparecer en el cielo”, no en la tierra. Esto es algo que la Sociedad Watch Tower admite. Por lo tanto, ellos se ven obligados a hacer una distinción entre “la señal del Hijo del Hombre … en el cielo”, que aparece cuando él viene para el Juicio Final, y la “señal” de su venida (parousía), que según ellos son las guerras, hambres, pestes, terremotos y demás, que han ocurrido desde 1914. De esa manera, resulta que ellos no sólo tienen dos tipos diferentes de “señales” de la venida de Cristo, sino también dos venidas diferentes: una en 1914 y otra en la “gran tribulación”.


Sin embargo, las palabras introductorias de Jesús deberían entenderse evidentemente como advertencias en contra de sacar falsas conclusiones. “Vigilad que nadie os engañe … no os alarméis”. Habría guerras, hambres, pestes, terremotos y otras aflicciones. Sus seguidores se enfrentarían a odio y persecución en el futuro, y no solamente una vez, sino muchas veces. Ellos tendrían que soportar estas cosas hasta el mismo momento del fin. Antes de eso el evangelio del Reino sería predicado en todas las naciones de la tierra. Sólo entonces vendría el fin (Mateo 24:4–14). Después de dar esa vista general del futuro, Jesús comienza a responder las preguntas de sus discípulos: la pregunta acerca de la destrucción del templo (versículos 15 al 22), y la pregunta acerca de su regreso y del fin de la edad (versículos 27 en adelante).


Los proclamadores del fin de los tiempos en general no aceptan esta forma natural de entender la respuesta de Jesús. Muchos comentaristas actuales de las profecías insisten en interpretar las palabras iniciales de Jesús acerca de futuras aflicciones, no como una introducción preliminar, sino como la respuesta a la pregunta acerca de la señal de su venida y del fin.


Contra esta interpretación se podría objetar lo siguiente: ¿No han visto todas las generaciones esta “señal compuesta”?

¿No ha habido siempre guerras? Algunos historiadores señalan que en los pasados 5.600 años ha habido sólo un total de 292 años sin guerras. ¡Otros incluso opinan que es posible que tales años ni siquiera hayan existido!


¿No han sido afligidas todas las generaciones con hambres y pestes? Como demuestra la historia, las guerras se han caracterizado por ir acompañadas de hambres y pestes. Los tres azotes han sido siempre prácticamente inseparables, y en general se puede decir que han muerto más personas debido a hambres y pestes, que asesinadas en guerras.


¿No han experimentado todas las generaciones grandes terremotos “en un lugar tras otro”? La lista de terremotos que han preparado actuales expertos y que cubre los pasados dos mil años suministra abundante prueba de ello.


La historia pasada de la humanidad ha estado también marcada por periodos fluctuantes de aumento de la violencia y la maldad, así como también de persecuciones de diferentes grupos de cristianos que predicaron el evangelio del Reino.


Por lo tanto, preguntamos: ¿Cómo es posible que estos acontecimientos
–guerras, hambres, pestes, terremotos y demás– distingan a este siglo veinte (o a cualquier periodo del mismo), cuando la historia demuestra que todas las generaciones que han existido desde el tiempo de Jesús han experimentado esa supuesta “señal compuesta”?. - Carl Olof Jonsson


Le encuentro toda la razón a Carl Olof Jonsson. Todas las organizaciones religiosas han provocado una confusión con respecto a los acontecimientos mundiales observables. Jesús claramente en la narrativa advierte de que los grandes sucesos son distractores y recuerda vez tras vez que su venida no tiene nada que ver con algún suceso externo que avise de su venida o presencia. No tendría sentido insistir en eso y luego decir que él vendría como ladrón sin previo aviso. No tendría sentido sus admoniciones a estar alertas y declarar que su venida sería sorpresiva. No tendría sentido decir que nadie sabe el día y la hora.

No creo que Carl Olof Jonsson haya leído el libro de Urantia pero sus deducciones al leer los Evangelios concuerdan con la misma información que entrega Urantia Book sobre los acontecimientos que siempre nos impactan. Jesús dijo realmente:

(1912.3) 176:1.1 Al responder a la pregunta de Natanael, Jesús dijo: «Sí, os diré de los tiempos en que este pueblo habrá llenado la copa de su iniquidad; cuando la justicia caerá súbitamente sobre esta ciudad y sobre nuestros padres. Estoy a punto de dejaros; iré adonde el Padre. Después que os deje, prestad atención que ningún hombre os engañe, porque muchos vendrán como liberadores y conducirán a muchos por el camino equivocado. Cuando escuchéis de guerras y rumores de guerras, no os preocupéis, porque aunque estas cosas sucederán, el fin de Jerusalén aún no habrá llegado. No os perturbéis por la escasez y los terremotos; tampoco debéis preocuparos cuando se os entregue a las autoridades civiles y seáis perseguidos a causa del evangelio. Seréis expulsados de la sinagoga e iréis a la prisión por mí, y algunos de vosotros seréis matados». - L.U

Notamos como Jesús precisamente quiso advertirnos que los acontecimientos mundiales no nos deben distraer, perturbar y hacernos sacar falsas conclusiones.

Conclusiones

¿Qué hemos de pensar al ver las terribles guerras que han ocurrido y que puedan venir? ¿Cómo entender los terremotos, hambrunas y pestes?

 "Estas cosas realmente tienen que suceder, pero eso no es el fin"- Mateo 24.

No tendría sentido que éstos sucesos fueran una especie de señal para alertarnos de la inminente venida del Maestro, puesto que el mismo compara su aparición a un ladrón repentino. Ningún ladrón puede actuar como elemento sorpresa si deja señales para que algunos capten la inminencia su ataque. De la misma forma es contradictorio pensar que Jesús nos dé señales y luego nos diga que su Presencia es repentina como ladrón y no está fijada a fecha alguna. Entonces, ¿cómo entender las catástrofes que ocurren y que podrían ocurrir?

1- Jesús nos dice que no nos preocupemos de los sucesos mundiales como guerras, pestes y terremotos. Estas cosas  siempre han ocurrido y ciertamente ocurrirán de alguna forma en el futuro. No debemos dejarnos distraer por estos fenómenos externos y relacionarlos con su venida y el fin.

2- Jesús nos alerta de que muchos en base a estas cosas se apresurarán a decir que el fin está cerca.

3- Su venida puede ser en cualquier momento y no la debemos asociar a eventos dramáticos de índole material. Incluso podríamos presenciar una nueva guerra mundial muy pronto o quizás no. Puede que su venida coincida con ese evento, o puede que no. O quizás sea antes.

(1919.3) 176:4.6 Por lo tanto haríais bien en desasociar el retorno personal del Maestro a la tierra de todo evento establecido o época fijada. Estamos seguros solamente de una cosa: Prometió que volvería. No tenemos idea alguna de cuándo cumplirá con su promesa ni en relación con qué. Por lo que sabemos, puede aparecer en la tierra en cualquier momento, y puede no aparecer hasta que no hayan pasado eras tras eras y todas hayan sido debidamente adjudicadas por sus Hijos asociados del cuerpo del Paraíso. - L.U