sábado, 15 de diciembre de 2012

Harmagedón


Según infinidad de predicadores, maestros, evangelistas, pastores y comentaristas, Armagedón será una feroz batalla entre, por un lado, Satanás y las naciones engañadas, y por el otro, “el Verbo de Dios”, con sus “ejércitos celestiales”, contrincantes identificados en Apocalipsis 19:11-21.

Algunas religiones hablan de una situación real y física en la Meguido literal como punto de reunión de las naciones políticas para combatir contra Dios.

En realidad las dos interpretaciones pueden ser inexactas.  

Yo al igual que otros pocos, estoy convencido por las mismas escrituras que el uso de la palabra "Armagedón" es puramente simbolico, no identificandose ningún lugar geografico particular, y tampoco como proyectandose una batalla carnal entre las naciones engañadas de aquel tiempo y "los ejercitos celestiales" y la iglesia de Cristo (o campamento de los santos).

Recuerden que:
2Co 10:3-4 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas...

Efe 6:10-12 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.


Aunque estos versículos son para los cristianos, es interesante que nos muestran que la lucha contra el mal es algo mucho más profundo que una simple batalla física de índole primitiva.

Al respecto, podemos plantear las siguientes preguntas. De ser Armagedón una guerra terrenal-material-celestial, ¿cuánto tiempo durará la batalla? ¿Cuáles armas carnales serán efectivas contra el jinete del “caballo blanco”, sus ángeles y los santos glorificados? ¿Llegarán a ser tan inteligentes, técnicamente sofisticadas y poderosas las naciones engañadas como para sentirse capaces de entrar en conflicto carnal-material con el “Rey de reyes” y sus “ejércitos celestiales”? Estas preguntas, con sus respuestas de rigor, resaltan lo extraño de proyectar una batalla carnal entre las naciones engañadas y los"ejércitos celestiales".

Además el relato de Apocalipsis 16 da a entender que la Ciudad de Babilonia la Grande aún está en pie, ya que el "terremoto" la afecta. Luego, tras las piedras de granizo los hombres siguen vivos y blasfeman. Es importante observar en los otros capítulos a los "caballos celestiales, las aves, el dragón, la bestia", todos los cuales son descripciones simbólicas. Por lo tanto, las acciones y consecuencias narradas de los personajes son también simbólicas.
 
Por ejemplo, si vemos que el hombre rico es enviado a un lugar de tormento y el pobre Lázaro llevado al Seno de Abrahán notamos que son simbólicos. La  "muerte" de éstos personajes en el relato también es simbólica. La muerte o destrucción es un símbolo de cambio de circunstancias. Los estudiantes de la Parábola del hombre rico y Lázaro lo saben bien. La muerte de ambos representa un cambio de circunstancias en dos clases religiosas.
 
Por ejemplo, en la visión de las bestias, Daniel observa que "la bestia fue muerta y su cuerpo fue destruido y fue dado al fuego ardiente" (Daniel 7:11). Luego el ángel explica a Daniel el significado y dice: ”’Y el reino y la gobernación y la grandeza de los reinos bajo todos los cielos fueron dados al pueblo que son los santos del Supremo. Su reino es un reino de duración indefinida, y todas las gobernaciones servirán y obedecerán aun a ellos’ (Daniel 7:27). ¿Notamos como en realidad esto es una transferencia de poder? ¿Notamos como las gobernaciones siguen existiendo y sirven ahora a los Hijos revelados de Dios?
 
No olvidemos que la Biblia es una colección de libros de distintos géneros literarios. No debe confundirse de forma precipitada ni hacer mezclas de los libros históricos, poéticos, proféticos y de la apocalíptica judía y neotestamentaria. Lamentablemente dicha mezcla indiscriminada ha sido realizada por mucho tiempo e interpretando el Apocalipsis como un libro profético o de historia futura, cuando su narrativa es principalmente alegórica.
 
El apóstol Pedro intentó con poco exito explicar que el llamado Día de Jehová bien puede ser una situación que es medida por Dios bajo otros parámetros de tiempo.
 
 "Pero por la misma palabra los cielos y la tierra que existen ahora están guardados para fuego  y están en reserva para el día del juicio y de la destrucción de los hombres impíos. Sin embargo, no vayan a dejar que este hecho en particular se les escape, amados, que un día es para con Jehová como mil años, y mil años como un día. Jehová no es lento respecto a su promesa, como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento" - 2 Pedro 3:7-9
 
Es interesante que Pedro intenta decir que un "día" para Dios son "mil años" y lo asocia directamente con el "día" de juicio y la "destrucción" de los hombres impíos. ¿Es el Armagedón entonces un día de mil años, un proceso de disolución de los malvados que dura mil años?
 
La expresión "destrucción" no significa necesariamente que tenga que ser desde la perspectiva humana un suceso instantáneo. Notemos como Pablo usa dicha expresión en cuanto al proceso gradual del término de una cultura religiosa:
 
“No toques, ni gustes, ni palpes”,respecto a cosas que están destinadas, todas, a la destrucción por el uso, de acuerdo con los mandatos y enseñanzas de los hombres? - Colosenses 2: 21,22
 
Pablo habla de que muchos decretos serán destruídos por el paso del tiempo. Notamos también algo parecido en otro pasaje:
 
 “Entreguen a tal hombre a Satanás para la destrucción de la carne”. (1Co 5:5.)  Es interesante la explicación de la Obra Perspicacia: "Este era un mandato de expulsar al hombre de la congregación y cortar todo compañerismo con él. (1Co 5:13.) El que se le entregara a Satanás significaba que estaría fuera de la congregación, en el mundo del que Satanás es dios y gobernante. Este hombre era como un “poco de levadura” en “toda la masa”, es decir, “la carne” o elemento carnal dentro de la congregación; al expulsar a este hombre incestuoso, la congregación, que es de inclinación espiritual, destruiría “la carne” que había en ella. (1Co 5:6, 7.)"- Perspicacia. Cómo notamos, "destruir" no siempre es algo literal repentino en el sentido estricto de matar directamente, más bien significa una anulación o disminución de la influencia corruptora de la persona.
 
En muchos diferentes Salmos se explica que los inicuos son como la hierba verde que desde la perspectiva eterna son disueltos mediante el paso del tiempo. Ahora el mismo Salmo del que nos habla Pedro nos recuerda:
 
 Porque mil años son a tus ojos solo como el día de ayer cuando ha pasado,
y como una vigilia durante la noche.
  Los has llevado arrollando; ellos llegan a ser un simple sueño;
a la mañana [son] justamente como la hierba verde que cambia.
  Por la mañana produce flores y tiene que cambiar;
al atardecer se marchita y ciertamente se seca.
 Porque nos hemos acabado en tu cólera,
y por tu furia hemos sido perturbados.
 Has colocado nuestros errores precisamente enfrente de ti;
nuestras cosas escondidas, delante de tu rostro brillante.
 Porque todos nuestros días han llegado a su declinación en tu furor;
hemos terminado nuestros años lo mismo que un susurro. - Salmo 90
 
Esta es una forma sumamente profunda de comenzar a volver a estudiar muchos pasajes bíblicos que han sido forzados para darnos una imagen de un gran castigo celestial con una mortandad terrible simultánea de muchos seres humanos.
 
En el futuro cercano, las organizaciones religiosas se verán forzadas por el paso del tiempo a reinterpretar estos pasajes, a comenzar un trabajo para volver a entender los asuntos desde una óptica celestial, y los esfuerzos deberán ser centrados en la proclamación de un Evangelio transformador de buenas noticias y no catastrofista que involucra un condicionamiento basado en el temor.