Krishna y Radha |
(834.6) 74:6.4Adán y Eva también absorbían «luz y energía» directamente de ciertas emanaciones espaciales conjuntamente con el ministerio del árbol de la vida.
(834.7) 74:6.5 Despedían los cuerpos de Adán y Eva una luz trémula, pero siempre vestían ropa en conformidad con la costumbre de sus asociados. Si bien usaban muy poca por el día, vestían una capa a partir del atardecer. Data de los días de Adán y Eva el origen de la aureola tradicional que rodea las cabezas de los supuestos hombres sagrados y dignos de alabanzas. Puesto que se opacaban en gran parte las emanaciones de luz de sus cuerpos debido a la ropa, no se distinguía sino el resplandor radiante en torno a su cabeza. Los descendientes de Adansón siempre retrataban de este modo su concepto de los individuos que se tenían por seres extraordinarios en cuanto al desarrollo espiritual.
Es interesante que no solo los santos católicos poseen la típica aureola, sino que la observamos en la cultura egipcia e incluso en la India. Sospechosamente Adán y Eva son similares a Krishna y su esposa Radha, quiénes eran pintados con una tonalidad violeta muy azulada muy parecida a la descripción de L.U sobre Adán y Eva. Además hay pinturas en que Krishna es despertado y baja a la tierra en un Vimana. Todo lo anterior parece ser una adaptación hindú de la llegada de Adán y Eva a nuestro mundo.
Sin duda la llegada de Adán y Eva tuvo que haber dado origen a mitologías que fueron transformadas en siglos siguientes. Debe haber sido un espectáculo sorprendente contemplar a semejantes ejemplares humanos:
"Esa noche, la que siguió al sexto día, mientras Adán y Eva dormían, acontecían cosas raras en las inmediaciones del templo del Padre, en el sector central de Edén. Allí, bañados por los rayos de una luna suave, cientos de hombres y mujeres entusiastas y emocionados escucharon durante horas los apasionados argumentos de sus dirigentes. Éstos tenían buenas intenciones, pero no alcanzaron a comprender la sencillez del comportamiento fraternal y democrático de los nuevos gobernantes. Mucho antes de despuntar el alba, los nuevos administradores interinos de los asuntos mundiales llegaron a una conclusión casi unánime de que Adán y su consorte eran modestos y recatados en demasía. Decidieron que la Divinidad había descendido a la tierra en forma corporal, que Adán y Eva eran en realidad dioses, o bien, tanto se aproximaban a tal estado que ameritaban una adoración reverente.
Los extraordinarios sucesos de los seis primeros días de Adán y Eva en la tierra resultaron excesivos para las mentes no preparadas incluso de los mejores hombres del mundo; estaban confundidos; se dejaron llevar por la propuesta de trasladar a la noble pareja al templo del Padre a mediodía a fin de que, ante ellos, todos se inclinaran en respetuosa adoración y se postraran en humilde sumisión. Y esto, lo proyectaron todo los moradores del Jardín, con toda sinceridad". - Página 832