Como iremos analizando los Serafines son los típicos ángeles guardianes. Ellos están cerca de nuestro Ajustador. Por eso se les describe cerca de la morada de Dios.
(1241.3) 113:1.1 La enseñanza sobre los ángeles guardianes no es un mito; ciertos grupos de seres humanos en realidad tienen ángeles personales. Fue en reconocimiento de esto por lo que Jesús, al hablar de los niños del reino de los cielos, dijo: «Cuidad que no despreciéis a ninguno de estos pequeños, pues yo os digo, que sus ángeles contemplan constantemente la presencia del espíritu de mi Padre».
Todos los seres humanos de alguna forma son custodiados. Pero hay tres grupos de la acción seráfica:
(1241.4) 113:1.2 Originalmente, los serafines se asignaron claramente a las distintas razas separadas de Urantia. Pero desde el autootorgamiento de Micael, se los ha asignado según la inteligencia, la espiritualidad y el destino humanos. Intelectualmente, la humanidad se divide en tres clases:
(1241.5) 113:1.3 1. Los de mente subnormal —los que no ejercen un poder de voluntad normal; los que no toman decisiones promedio. Esta clase comprende a los que no pueden en-tender a Dios; les falta la capacidad para la adoración inteligente de la Deidad. Los seres subnormales de Urantia son ministrados por un cuerpo de serafines, una compañía, con un batallón de querubines, encargados de vigilar que se les extienda justicia y misericordia en las luchas de la vida en la esfera.
(1241.6) 113:1.4 2. El tipo normal, promedio de mente humana. Desde el punto de vista del ministerio seráfico, la mayor parte de los hombres y mujeres se dividen en siete clases de acuerdo con su estado al ir alcanzando los círculos de progreso humano y desarrollo espiritual.
(1241.7) 113:1.5 3. Los que tienen mente supernormal —aquellos de gran poder de decisión e indudable potencial de logro espiritual; hombres y mujeres que disfrutan de mayor o menor contacto con sus Ajustadores residentes; miembros de los distintos cuerpos de reserva del destino. Sea cual fuere el círculo en el cual se encuentre un ser humano, si este individuo es convocado a las filas de cualquiera de los varios cuerpos de reserva del destino, en ese mismo momento se le asignan serafines personales, y desde ese momento hasta que termina su carrera terrestre, ese mortal disfrutará del ministerio continuo y el cuidado incesante de un ángel guardián. También, cuando un ser humano toma la decisión suprema, cuando hay un verdadero compromiso con el Ajustador, se asigna inmediatamente un guardián personal a esa alma.Los Serafines funcionan cuidando a tres grupos: Los de mente subnormal que son cuidados en grupos. Los de tipo normal también son cuidados en grupos (un Serafín cuida a varios seres humanos agrupados). Pero aquellos que tienen una mente supernormal (aquellos que han establecido contacto con su Ajustador) son encomendados a un Ángel Guardián personal (en realidad un par de Serafines).
El ministerio de los guardianes
(1245.4) 113:4.4 El impulso a la adoración se origina en gran parte en las estimulaciones espirituales de los ayudantes de la mente más elevados, reforzadas por la guía del Ajustador. Pero el impulso a la oración tan frecuentemente experimentado por los mortales conscientes de Dios surge muy frecuentemente como resultado de la influencia seráfica. El serafín guardián está manipulando constantemente el medio ambiente mortal para el propósito de aumentar el discernimiento cósmico del ascendente humano con el fin de que dicho candidato para la supervivencia pueda adquirir una realización enaltecida de la presencia del Ajustador residente y de esta manera pueda dar una mayor cooperación a la misión espiritual de la presencia divina.
(1245.5) 113:4.5 Aunque aparentemente no hay comunicación entre los Ajustadores residentes y los serafines que rodean al hombre, siempre parecen trabajar en perfecta armonía y exquisito acuerdo. Los guardianes son más activos en aquellos tiempos en que los Ajustadores están menos activos, pero su ministerio está en cierto modo extrañamente correlacionado. Tal extraordinaria cooperación difícilmente podría ser o accidental o incidental.
(1245.7) 113:5.1 Los ángeles no invaden la santidad de la mente humana; no manipulan la voluntad de los mortales; tampoco se ponen en contacto directo con los Ajustadores residentes. El guardián del destino te influye de toda manera posible que siempre esté de acuerdo con la dignidad de tu personalidad; bajo ninguna circunstancia interfieren estos ángeles con la libre acción del libre albedrío humano. Ni los ángeles ni ninguna otra orden de personalidad universal tienen poder ni autoridad para limitar o cercenar las prerrogativas de la elección humana.
(1246.1) 113:5.2 Los ángeles están tan cerca de vosotros y con tanto sentimiento os cuidan, que figurativamente «lloran por vuestra intolerancia y testarudez intencionadas». Los serafines no esparcen lágrimas físicas; no tienen cuerpos físicos; tampoco poseen alas. Pero sí tienen emociones espirituales, y experimentan sentimientos y sensaciones de naturaleza espiritual que son en ciertas maneras comparables a las emociones humanas.
(1246.2) 113:5.3 Los serafines actúan para vuestro bien independientemente de vuestras solicitudes directas; ejecutan los mandatos de sus superiores, y por lo tanto funcionan a pesar de vuestros antojos pasajeros o de vuestros estados cambiantes de ánimo. Esto no implica que vosotros no podáis hacer más fácil o más difícil sus tareas, sino más bien que a los ángeles no les concierne directamente vuestras solicitudes ni vuestras oraciones.
(1246.3) 113:5.4 En la vida de la carne la inteligencia de los ángeles no está directamente disponible para los hombres mortales. No son dueños ni directores; son simplemente guardianes. Los serafines os vigilan; no buscan directamente influiros; vosotros debéis trazar vuestro propio curso de acción, pero estos ángeles entonces actúan para hacer el mejor uso posible del curso que habéis elegido. No intervienen (generalmente) arbitrariamente en los asuntos rutinarios de la vida humana. Pero cuando reciben instrucciones de sus superiores para efectuar alguna obra poco común, podéis estar seguros de que estos guardianes encontrarán la manera de llevar a cabo estos mandatos. Por lo tanto, no se entremeten en el cuadro del drama humano excepto en urgencias, y entonces generalmente por orden directa de sus superiores. Son los seres que os seguirán por muchas edades, y por eso están recibiendo una introducción a su obra futura y asociación con la personalidad.
(1246.4) 113:5.5 Los serafines pueden funcionar como ministros materiales para los seres humanos bajo ciertas circunstancias, pero su acción en esta función es muy rara. Pueden, con la ayuda de los seres intermedios y de los controladores físicos, funcionar en una amplia gama de actividades para bien de los seres humanos, aun hacer contacto real con la humanidad, pero estos acontecimientos son muy poco frecuentes. En la mayor parte de los casos las circunstancias del reino material proceden sin alteraciones por la acción seráfica, aunque han surgido ocasiones en las que algún eslabón vital de la cadena de la evolución humana corría peligro, y entonces los guardianes seráficos han actuado, y adecuadamente, por su propia iniciativa.