lunes, 2 de diciembre de 2013

El propósito eterno para el hombre - parte 2

Abrahán y su ciudad
 
¿Qué esperanza tenían los hombres de tiempos precristianos?

 

"Por fe Abrahán, cuando fue llamado, obedeció, y salió a un lugar que estaba destinado a recibir como herencia; y salió, aunque no sabía adónde iba. Por fe residió como forastero en la tierra de la promesa como en tierra extranjera, y moró en tiendas con Isaac y Jacob, herederos con él de la mismísima promesa.  Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios" - Hebreos 11: 8-10.

Como notamos, se dice que Abrahán esperaba una "ciudad" y que "salió, aunque no sabía adónde iba". Notemos también que se dice que aunque Abrahán morara como forastero en la tierra de la promesa, para él era como una "tierra extranjera", puesto que Abrahán esperaba una "ciudad" superior. Abrahán tenía una esperanza particular. Veamos lo que nos muestra el escritor de Hebreos bajo este mismo contexto.

"En fe murieron todos estos, aunque no consiguieron [el cumplimiento de] las promesas, pero las vieron desde lejos y las acogieron, y declararon públicamente que eran extraños y residentes temporales en la tierra. Porque los que dicen tales cosas evidencian que buscan solícitamente un lugar suyo propio.  Y sin embargo, si verdaderamente hubieran seguido acordándose de aquel [lugar] de donde habían salido, habrían tenido la oportunidad de volver. Pero ahora procuran alcanzar un [lugar] mejor, es decir, uno que pertenece al cielo. Por lo tanto, Dios no se avergüenza de ellos, de ser invocado como su Dios, porque les tiene lista una ciudad" - Hebreos 11: 13-16.

Estos versículos son esclarecedores, porque nos muestran que Abrahán y algunos de sus contemporáneos tenían una esperanza celestial. Abrahán habría tenido la oportunidad de volver al lugar de donde salió, pero su Fe le hizo morar esperando una vida superior, más allá de la existencia en la tierra de la promesa. De esa forma, Abrahán deseaba tener una ciudadanía celestial.  Así también, los hombres y mujeres que imitan la Fe de Abrahán, también pueden optar a la ciudad que Dios les tiene lista.

 Veamos como el escritor de Hebreos nos confirma ésto con los profetas, en un punto de la narración de Hebreos capítulo 11:

"[Hubo] mujeres [que] recibieron a sus muertos por resurrección; pero otros [hombres] fueron atormentados porque rehusaron aceptar la liberación por algún rescate, con el fin de alcanzar una resurrección mejor" - Hebreos 11: 35

Notemos como en el mismo contexto, se usa la misma expresión en relación a estos hombres de tiempos pre-cristianos. Claramente indica que los profetas precristianos deseaban una resurrección superior a la que ellos realizaban. Note la semejanza y obviedad de que se está hablando de lo mismo:

"Pero ahora procuran alcanzar un [lugar] mejor, es decir, uno que pertenece al cielo" - Hebreo 11:16.

Parece que la Resurrección mejor y el Lugar mejor se refieren a lo mismo. La carta a los Hebreos sentencia así:



"Y, no obstante, todos estos, aunque recibieron testimonio por su fe, no obtuvieron [el cumplimiento de] la promesa, puesto que Dios previó algo mejor para nosotros, para que ellos no fueran perfeccionados aparte de nosotros". - Hebreos 11:39,40

¡Qué interesante versículo! Se dice que los hombres de fe serían perfeccionados junto a los santos del siglo I de la época apostólica. Cuando el escritor de Hebreos se refiere a que Dios previó "algo mejor" para los cristianos, se refiere a que éstos no tendrían que esperar en la muerte como los hombres pre-cristianos, sino que su "transformación" sería "instantánea"  (1 Tes. 4:17; 1 Cor. 15: 52). La idea está reforzada por la frase "para que ellos no fueran perfeccionados aparte de nosotros"

Notamos como la carta a los Hebreos continua y dice posteriormente:

"Mas ustedes se han acercado a un monte Sión y a una ciudad de[l] Dios vivo, a Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, en asamblea general, y a la congregación de los primogénitos que han sido matriculados en los cielos, y a Dios el Juez de todos, y a las vidas espirituales de justos que han sido perfeccionados" - Hebreos 12: 22,23

Notemos como magistralmente se explica que la ciudad celestial (Jerusalén Celestial) es el destino de los cristianos a quienes se dirige la carta a los Hebreos. ¿Y quiénes son los habitantes de dicha ciudad?

1- "Miriadas de ángeles"
2- "la congregación  de los primogénitos que han sido matriculados en los cielos"
3- "y a Dios el Juez de todos"
4- "y a las vidas espirituales de justos que han sido perfeccionados"

Note esa última expresión idéntica a "para que ellos (hombres pre-cristianos") no fueran perfeccionados aparte de nosotros".  En la lista de habitantes de la ciudad celestial aparecen los ángeles, los cristianos con vida celestial, y las vidas espirituales de justos que han sido perfeccionados. Éstos claramente son un grupo distinto a los anteriores y son una referencia explícita a los mismos hombres justos que esperaban una ciudad celestial, incluído el fiel Abrahán.

Esto armonizaría con los pasajes de Pablo en Corintios y en Tesalonicenses (1 Tes. 4:17; 1 Cor. 15: 52).

 Es posible que se intente oscurecer o apagar con explicaciones complejas la claridad y explicación de los versículos estudiados, pero notamos como la propia Biblia ofrece una claridad sorprendente que choca incluso con nuestras creencias y prejuicios pre-establecidos.

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"Porque esperaba (Abrahán) la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios" - Hebreos 11:10

"Y sin embargo, si verdaderamente hubieran seguido acordándose de aquel [lugar] de donde habían salido, habrían tenido la oportunidad de volver.  Pero ahora procuran alcanzar un [lugar] mejor, es decir, uno que pertenece al cielo. Por lo tanto, Dios no se avergüenza de ellos, de ser invocado como su Dios, porque les tiene lista una ciudad" - Hebreos 11: 15,16.

Aquí notamos como la "Ciudad Celestial" es una esperanza (destino) y precede o está lista antes de que los fieles vayan a ella. Asi que puesto que la Ciudad ya "está lista" es un lugar que antecede a los mismos fieles (ellos no serían entonces la Ciudad).

"Mas ustedes se han acercado a un monte Sión y a una ciudad de[l] Dios vivo, a Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, en asamblea general, y a la congregación de los primogénitos que han sido matriculados en los cielos, y a Dios el Juez de todos, y a las vidas espirituales de justos que han sido perfeccionados" - Hebreos 12:22,23

Aquí notamos que los que habitan la ciudad son varios seres: "Los ángeles, cristianos, y vidas de justos". No se dice que los ángeles sean en sí la Jerusalén Celestial, sino que ellos, junto a las otras criaturas son los habitantes de la Ciudad. Así que la Ciudad no simboliza a un grupo específico, sino que más bien parece ser una "morada" o "lugar de habitación eternos" ( Juan 14:1; Lucas 16:9)
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"Estas cosas quedan como un drama simbólico; porque estas [mujeres] significan dos pactos, el primero del monte Sinaí, que da a luz hijos para esclavitud, y el cual es Agar. Ahora bien, esta Agar significa Sinaí, una montaña de Arabia, y ella corresponde a la Jerusalén de hoy, porque está en esclavitud con sus hijos.  Pero la Jerusalén de arriba es libre, y ella es nuestra madre" - Gálatas 4:24-26.
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Los Pactos siempre tienen un emblema literal que los representa. El Pacto de la Ley que tuvo en esclavitud a los hijos de Israel tuvo a la ciudad literal de Jerusalén como el testimonio de ese pacto o promesa. De igual forma, Pablo muestra que hay una Ciudad Celestial llamada Jerusalén, la cual sería el testimonio de ese  nuevo pacto. De la misma forma como una ciudad terrestre dió testimonio, una ciudad celestial da testimonio de ese pacto.
 
"En cuanto a nosotros, nuestra ciudadanía existe en los cielos*, lugar de donde también aguardamos con intenso anhelo a un salvador, el Señor Jesucristo, que amoldará de nuevo nuestro cuerpo humillado para que se conforme a su cuerpo glorioso, según la operación del poder que él tiene, hasta para sujetar todas las cosas a sí mismo" - Filipenses 3:20,21.
 
* “nuestra vida en calidad de ciudadanos”
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"Ciertamente, por lo tanto, ustedes ya no son extraños y residentes forasteros, sino que son conciudadanos de los santos y son miembros de la casa de Dios" - Efesios 2:19

 "[Esto fue] a fin de que ahora a los gobiernos y a las autoridades en los lugares celestiales se diera a conocer mediante la congregación la grandemente diversificada sabiduría de Dios" - Efesios 3:10

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Así que en las cartas apostólicas Pablo nos habla de una Ciudad Celestial, la cual con toda claridad se refiere a un lugar y no a una condición. Ésta ciudad realmente sería algo que existe, de la misma forma como la Jerusalén terrestre existió como representación del gobierno de Dios en la Tierra.

"Por eso Jesús también, para santificar al pueblo con su propia sangre, sufrió fuera de la puerta. Salgamos, pues, a él fuera del campamento, soportando el vituperio que él soportó,  porque no tenemos aquí una ciudad que continúe, sino que buscamos solícitamente la que ha de venir" - Hebreos 13:12,13.

Aquí Pablo muestra como Jesús tuvo que fallecer fuera de la Jerusalén terrestre. De igual forma, anima a los cristianos hebreos a no estar atados a la Jerusalén terrestre (que iba a desaparecer), ya que indica que por contraste hay una ciudad superior que ellos esperan.

 "y si alguien quita algo de las palabras del rollo de esta profecía, Dios le quitará su porción de los árboles de la vida y de la santa ciudad, cosas de las cuales se ha escrito en este rollo" - Rev. 22:19
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Así que no hay razón para no visualizar como un destino la Ciudad Celestial. Ya que Filipenses 3:20,21 (citado arriba)  asocia la transformación de los cristianos resucitados con la Ciudad celestial, y se nos indica que los justos precristianos como Abrahán compartirán la existencia de los seguidores de Jesús .


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