Las primeras dos misiones celestiales aunque contribuyeron a la humanidad, realmente fracasaron, tal como se ha considerado en los post anteriores. La misión del Príncipe, y de Adán y Eva sucumbieron a las trampas de la rebelión. La primera estaba enfocada en generar una plataforma social humana mejorada. La segunda en el mejoramiento biológico de las razas. Ámbas tenían que preparar la venida para las misiones de enseñanza espiritual.
Solo Melquisedek y Jesús de Nazaret triunfaron en sus misiones. Pero el panorama al que se enfrentó Jesús era de gran atrasado. Un mundo confundido, sumido en la oscuridad y en el atrasaso biológico con repercusiones en la receptividad espiritual.
Nosotros
tenemos parte de los genes anditas y de las razas de color
preexistentes, y por ende, los conflictos internos del hombre moderno
en cuanto a la unificación de la personalidad son muy agudos y
complejos. La
testarudez, la falta de sinceridad, el apego por lo material, la
obsesión por lo sexual, la estupidez, la agresividad, la inseguridad, el
miedo, la indecisión, la inclinación por la superstición, y los muchos conflictos internos mentales además
de los anhelos por lo espiritual, la trascendencia, la inteligencia, la
apreciación del arte, el humor, la belleza y la bondad, son producto de
esta mezcla de lo imperfecto con lo superior.
La labor de Jesús era titánica y heroica. En los mundos normales, un Hijo del Paraìso no encuentra semejante confusión en las razas mortales. Aquí en la Tierra la única esperanza para la transformación final humana se encuentra en la adopción interna del mensaje de Jesús. Debemos despertar la filiación con el Ajustador del Pensamiento. Solo el propio Padre Celestial que mora en nosotros puede guiarnos en medio de la carne imperfecta. Jesús dijo:
(1609.5) 143:2.4 «Por el viejo método buscáis suprimir, obedecer y conformar a las reglas del vivir; por el nuevo camino, primero seréis transformados
por el Espíritu de la Verdad y así vuestra alma se verá fortalecida por
la constante renovación espiritual de vuestra mente; de este modo
estaréis dotados de la fuerza para hacer con seguridad y júbilo la
voluntad misericordiosa, aceptable y perfecta de Dios. No olvidéis: es
vuestra fe personal en las extraordinariamente grandes y preciosas
promesas de Dios, la que os asegura que participaréis de la naturaleza
divina. Así pues, mediante vuestra fe y la transformación del espíritu,
llegaréis a ser en realidad, templos de Dios, y su espíritu vive
verdaderamente dentro de vosotros. Si el espíritu vive dentro de
vosotros, ya no seréis esclavos encadenados por la carne, sino hijos del
espíritu libres y liberados. La nueva ley del espíritu os dota de la
libertad del autodominio, reemplazando la vieja ley del temor.
(1737.5) 156:5.1
Este miércoles por la tarde, durante su discurso, Jesús primero relató a
sus seguidores la historia del lirio blanco que levanta su pura cabeza
nevada hacia el sol mientras que sus raíces están metidas en el lodo y
el barro del suelo tenebroso. «Del mismo modo», dijo él, «el
hombre mortal, aunque tenga las raíces de su origen y ser en el suelo
animal de la naturaleza humana, puede, por la fe, elevar su naturaleza
espiritual al sol de la verdad celestial y dar realmente los nobles
frutos del espíritu».
Las misiones celestiales nos privaron de una mayor receptividad para lo espiritual. Pero cuando casi todo estaba perdido, vino nuestro salvador. La labor heroica de Jesús en su mensaje contiene el secreto salvador de la especie entera. Su mensaje no es un mero concepto filosófico. Puede literalmente transformarnos en todo nuestro ser. Los documentos nos dicen:
(740.1) 65:8.5
En los laboratorios evolucionarios cósmicos, la mente siempre domina la
materia, y el espíritu siempre está correlacionado con la mente. Si
estas diversas dotaciones no logran sincronizarse y coordinarse, puede
ocasionar retrasos en el tiempo; pero, si un determinado individuo en
verdad conoce a Dios y desea encontrarle y llegar a ser como él, la
supervivencia está garantizada a pesar de los obstáculos del tiempo. La
condición física puede entorpecer la mente, y la perversidad mental
puede retrasar la obtención espiritual; sin embargo, ninguno de estos
obstáculos puede vencer la elección hecha con toda la voluntad del alma.
(740.2) 65:8.6 Cuando las condiciones físicas son idóneas, pueden producirse evoluciones mentales repentinas, cuando la condición de la mente es propicia, pueden ocurrir transformaciones espirituales repentinas;
cuando los valores espirituales reciben el reconocimiento debido,
entonces los significados cósmicos se tornan discernibles, y la
personalidad, en creciente escala, se libera de los obstáculos del
tiempo y se redime de las limitaciones del espacio.