Parece ser que el mismo fenómeno de degradación que sufrió el cristianismo siglos después de Jesús ocurrió con el budismo.
(1036.4) 94:8.2 El budismo se originó en una persona histórica, no en un mito. Los seguidores de Gautama le llamaron Sasta, que significaba amo o maestro. Aunque no pretendió nada sobrehumano ni para sí mismo ni para sus enseñanzas, muy pronto sus discípulos comenzaron a llamarle el esclarecido, el Buda; más adelante, Sakyamuni Buda.
De la misma forma como el cristianismo llegó al extremo de deificar a Jesús como si fuera un Cristo solar, el budismo también entró en una fase de cuasi adoración idolátrica del maestro Siddharta Gautama. Esto hoy queda patente en los cientos de monasterios budistas que tienen imponentes estatuas o imágenes de Buda como una auténtica deidad, de la misma forma como a Cristo se le retrata así en múltiples catedrales.
La historia de Siddharta
(1035.1) 94:7.1 Contemporáneamente con Lao-tse y Confucio en la China, otro gran maestro de la verdad surgió en India. Gautama Siddharta nació en el siglo sexto a. de J. C. en la provincia septentrional de Nepal en la India. Sus seguidores más adelante quisieron hacer aparecer que había sido el hijo de un gobernante fabulosamente rico, pero en realidad, era el heredero aparente del trono de un cacique poco importante a quien toleraban que gobernara un pequeño valle montañoso aislado en el sur de las Himalayas.
Parece ser común que los seguidores posteriores alteren las biografías de sus ídolos. Incluso a Buda se le atribuyó con los siglos un nacimiento virginal y una serie de poderes sobrenaturales como si fuera un ser trascendente, de la misma forma como los gnósticos se imaginaron a Jesús a finales del siglo I.
Ahora bien, fué en esta zona donde Siddharta conoció las enseñanzas de los discípulos de Melquisedek que habían llegado a la India. Tanto el hermita Godad como un discípulo llamado Baután le enseñaron sobre Maquiventa Melquisedek.
(1035.5) 94:7.5 En Benares Gautama fundó su escuela, y fue durante su segundo año cuando un discípulo, Baután, impartió a su maestro las tradiciones de los misioneros de Salem sobre el pacto de Melquisedek con Abraham; y aunque Siddharta no tenía un concepto muy claro del Padre Universal, tomó una posición avanzada en lo que concierne a la salvación mediante la fe —la simple creencia. Así lo declaró ante sus seguidores y comenzó a enviar a sus discípulos en grupos de sesenta para proclamar al pueblo de la India «la buena nueva de la salvación gratis; de que todos los hombres, encumbrados o miserables, pueden llegar a obtener la bienaventuranza por la fe en justicia y rectitud».
(1035.4) 94:7.4 Gautama fue un verdadero profeta, y si hubiese seguido las instrucciones del hermita Godad, tal vez habría podido inspirar a la India entera con el renacimiento del evangelio salemita de la salvación por la fe. Godad descendía de una familia que jamás había perdido las tradiciones de los misioneros de Melquisedek.
(1035.6) 94:7.6 La esposa de Gautama creía en el evangelio de su marido y fue la fundadora de una orden de monjas. Su hijo fue su sucesor y difundió grandemente el culto; captó la nueva idea de la salvación mediante la fe pero en sus últimos años se desvió en cuanto al evangelio salemita del favor divino mediante la sola fe, y en su vejez sus últimas palabras antes de morir fueron: «Elaborad vuestra propia salvación».
Notamos que el hijo de Buda acrecentó la desviación en última instancia del evangelio de su padre. Y las generaciones siguientes atribuyeron a Gautama dicha filosofía.
(1036.1) 94:7.7 Proclamado en sus mejores términos, el evangelio de Gautama de la salvación universal sin sacrificios, torturas, ritos ni sacerdotes, fue una doctrina revolucionaria y pasmosa para sus tiempos. Estuvo sorprendentemente cerca de representar el renacimiento del evangelio de Salem. Trajo socorro a millones de almas desesperadas, y a pesar de su perversión grotesca durante los siglos posteriores, aun persiste como la esperanza de millones de seres humanos.
El Budismo moderno representa una "perversión grotesca" llena de ritos externos, monasterios y una clase clerical muy similar a la que tiene la Iglesia Católica. Sin embargo, contiene ciertos elementos verdaderos que provienen realmente del mensaje de Melquisedek.
Buda estuvo a punto de lograr una restauración de la fe Salemita en Oriente, pero él mismo también contribuyó de alguna forma a ese fracaso. Y posteriormente sus seguidores se alejaron mucho más de sus enseñanzas originales.
No obstante, el Buda hizo enormes progresos a diferencia de otras religiones más primitivas de la India:
No obstante, el Buda hizo enormes progresos a diferencia de otras religiones más primitivas de la India:
(1035.2) 94:7.2 Gautama formuló las teorías que evolucionaron la filosofía del budismo después de seis años de práctica fútil de yoga. Siddharta libró una lucha decidida pero sin éxito contra el creciente sistema de castas. Había gran sinceridad y enorme altruismo en este joven príncipe profeta, cosa que grandemente atraía a los hombres de aquellos días. Él disminuyó la práctica de buscar salvación individual mediante la aflicción física y el dolor personal y exhortó a sus seguidores a que llevaran su evangelio por todo el mundo.
Pero el fracaso a nivel personal de Buda fué que no pudo aclarar la idea de un Padre Celestial como personalidad viviente y real.
(1035.3) 94:7.3 Entre la confusión y las prácticas extremadas del culto de la India, las enseñanzas más cuerdas y más moderadas de Gautama llegaron como un bálsamo refrescante. Denunció a los dioses, los sacerdotes y sus sacrificios, pero también fue incapaz de percibir la personalidad del Universal Único. Puesto que no creía en la existencia de las almas humanas individuales, Gautama por supuesto libró una lucha valiente contra la creencia antigua de la transmigración de las almas. Hizo un noble esfuerzo por redimir a los hombres del temor, por hacer que se sintieran cómodos y resguardados en el gran universo, pero no supo mostrarles el camino al verdadero y excelso hogar de los mortales ascendentes —el Paraíso— y al servicio en expansión de la existencia eterna.
(1036.18) 94:8.16 No podemos decir que Siddharta creyera en la inmortalidad de la personalidad humana; su filosofía tan sólo proveía cierta continuidad funcional. Nunca definió claramente qué pensaba incluir en la doctrina de nirvana. El hecho de que se lo pudiera experimentar teóricamente durante la existencia mortal indicaría que no se lo consideraba un estado de aniquilación completa. Implicaba una condición de esclarecimiento supremo y bienaventuranza excelsa en el que todas las pequeñeces que vinculaban al hombre al mundo material se habían violado; había libertad de los deseos de la vida mortal y redención de todo peligro de experimentar otra vez la encarnación.
Aún hoy en día, la idea del nirvana ha sido distorsionada en relación a lo que Buda creía personalmente.
La difusión del Budismo
De la misma forma como Constantino hizo de la versión modificada del cristianismo la religión estatal, el Rey Asoka hizo igualmente con el budismo ya alterado.
(1037.4) 94:9.1 El budismo prosperó porque ofrecía salvación mediante la creencia en el Buda, el esclarecido. Fue más representativo de las verdades de Melquisedek que cualquier otro sistema religioso que se encontrara en Asia oriental. Pero el budismo no se difundió sobremanera como religión hasta no ser adoptado como autoprotección por el monarca de baja casta Asoka quien, después de Ikhnaton en Egipto, fue uno de los gobernantes civiles más notables entre Melquisedek y Micael. Asoka construyó un gran imperio indio mediante la propaganda de sus misioneros budistas. Durante un período de veinticinco años adiestró y envió a más de diecisiete mil misioneros a las fronteras más alejadas de todo el mundo conocido. En una generación hizo del budismo la religión dominante de la mitad del mundo. Ésta muy pronto quedó establecida en Tíbet, Cachemira, Ceilán, Birmania, Java, Siam, Corea, la China y el Japón. Y en términos generales, fue una religión vastamente superior a las que suplantó o mejoró.
(1037.5) 94:9.2 La difusión del budismo desde su lugar de origen en la India a toda Asia es una de las historias más emocionantes de devoción espiritual y persistencia misionera de religionistas sinceros. Los maestros del evangelio de Gautama no sólo se enfrentaron a los peligros de las rutas de caravanas por toda la tierra sino que también hicieron frente a los peligros de los Mares Chinos al cumplir con su misión en el continente asiático, llevando a todos los pueblos el mensaje de su fe. Pero este budismo ya no era la simple doctrina de Gautama; era un evangelio plagado de creencias en los milagros, que tornaba a Gautama un dios. Y cuanto más se alejó el budismo de su hogar en las tierras elevadas de la India, tanto más distintas de las enseñanzas de Gautama llegaron a ser sus enseñanzas, y tanto más parecida creció esta religión a las religiones que suplantaba.
Notamos como el Budismo tiene la misma suerte que tendrá el cristianismo y casi todos los pueblos que reciben Maestros: Les terminan adorando.
Lo negativo y positivo
(1037.1) 94:8.17 Gautama, en su intento de minimizar las supersticiones de la India, trató de desviar a los hombres de las declaraciones fragrantes de salvación mágica. Al hacer este esfuerzo, dejó la puerta abierta para que sus sucesores interpretaran erróneamente sus enseñanzas y proclamaran que todo esfuerzo humano por obtener algo es de mal gusto y doloroso. Sus seguidores fueron incapaces de percibir el hecho de que la mayor felicidad está vinculada con la búsqueda inteligente y entusiasta de objetivos valiosos, y que esos logros constituyen el verdadero progreso en la autorrealización cósmica.
(1037.3) 94:8.19 La gran debilidad del evangelio original del budismo fue de que no produjo una religión de servicio social altruista. La fraternidad budista fue, por mucho tiempo, no una fraternidad de creyentes, sino una comunidad de maestros estudiosos.
(1037.2) 94:8.18 La gran verdad de las enseñanzas de Siddharta fue su proclamación de un universo de absoluta justicia. Enseñó la mejor filosofía sin dios que haya sido inventada jamás por el hombre mortal; el humanismo ideal, que arrancó de la manera más eficaz toda base para supersticiones, ritos mágicos y temores a los fantasmas o demonios.
Lo positivo es que originalmente el budismo logró salir del ritualismo mágico de la superstición de las religiones primitivas. (Pero como iremos viendo, algunas ramas del budismo retrocedieron a ritos similares pero canalizados en Buda). No obstante, destacamos el gran autocontrol y serenidad que promueve el budismo:
(1038.4) 94:9.6 El budismo es una religión viviente y creciente hoy porque mantiene muchos de los valores morales más elevados de sus adherentes. Promueve la calma y el autocontrol, aumenta la serenidad y la felicidad, y hace mucho por prevenir la pena y la aflicción. Aquellos que creen en esta filosofía viven vidas mejores que muchos que no creen.
Los tibetanos
Los Budistas Tibetanos lamentablemente son el grupo más engorroso del budismo mundial, y muchas veces asociamos al Budista con un Monje Tibetano. Pero hoy, con justicia eso es una equivocación. De la misma forma como el Catolicismo no es el cristianismo.
(1038.5) 94:10.1 En Tíbet se puede encontrar la asociación más extraña de las enseñanzas de Melquisedek combinadas con el budismo, el hinduismo, el taoísmo y el cristianismo. Cuando los misioneros budistas penetraron en Tíbet, encontraron un estado de salvajismo primitivo muy similar al que encontraron los misioneros cristianos primitivos entre las tribus norteñas de Europa.
(1038.6) 94:10.2 Estos tibetanos de mentes sencillas no querían abandonar completamente sus antiguas magias y amuletos. El examen de las ceremonias religiosas de los ritos tibetanos de hoy en día revela una fraternidad pululante de sacerdotes con la cabeza afeitada que practican un rito elaborado que comprende campanas, cantos, incienso, procesiones, rosarios, imágenes, amuletos, pinturas, agua bendita, vestimentas magníficas y coros elaborados. Cuentan con dogmas rígidos y credos cristalizados, ritos místicos y ayunos especiales. Su jerarquía abraza a monjes, monjas, abades y el Gran Lama. Rezan a los ángeles, a los santos, a la Madre Sagrada y a los dioses. Practican confesiones y creen en el purgatorio. Sus monasterios son extensos y sus catedrales magníficas. Mantienen una repetición sin fin de ritos sagrados y creen que tales ceremonias otorgan la salvación. Atan sus oraciones a una rueda, y cuando ésta gira, creen que sus peticiones se tornan eficaces. No se puede encontrar entre ningún otro pueblo de los tiempos modernos la observancia de tantas cosas provenientes de tantas religiones. Y es inevitable que tal liturgia cumulativa se vuelva extraordinariamente pesada e intolerablemente engorrosa.
(1038.7) 94:10.3 Los tibetanos tienen algo de todas las religiones principales del mundo, excepto las simples enseñanzas del evangelio jesuístico: la filiación con Dios, la hermandad con el hombre y la ciudadanía en constante ascenso en el universo eterno.
El futuro
La religión evolutiva del Budismo también está mutando. Ha pasado por algunas fases de Reforma, y algunos grupos están muy cerca de la idea de una Deidad Suprema Creadora. Fuera del dogmatismo tibetano, hay varios grupos budistas que buscan la verdad.
(1040.6) 94:12.2 Gradualmente el concepto de Dios, en contraste con el del Absoluto, comenzó a aparecer en el budismo. Sus fuentes se encuentran en los primeros días de la diferenciación entre los seguidores del camino menor y los del camino mayor. Fue en esta última subdivisión del budismo donde el concepto dual de Dios y el Absoluto finalmente maduró. Paso a paso, de siglo en siglo, el concepto de Dios ha evolucionado hasta que, con las enseñanzas de Ryonin, Honen Shonin y Shinran en el Japón, este concepto finalmente dio fruto en la creencia en Amida Buda.
(1041.1) 94:12.3 Entre estos creyentes se enseña que el alma, al sufrir la muerte, puede elegir disfrutar de una estadía en el Paraíso antes de entrar al nirvana, el nivel último de existencia. Se proclama que esta nueva salvación se obtiene por la fe en las misericordias divinas y por el cuidado amante de Amida, Dios del Paraíso en el oeste. En su filosofía, los amidistas creen en una Realidad Infinita que está más allá de toda comprensión mortal finita; en su religión, se aferran a la fe en un Amida todomisericordioso, que tanto ama al mundo que no puede soportar que un solo mortal que llame su nombre en fe auténtica y con corazón puro deje de obtener la felicidad excelsa del Paraíso.
(1041.2) 94:12.4 La gran fuerza del budismo consiste en que sus adherentes están libres de elegir la verdad en todas las religiones; dicha libertad de elección pocas veces ha caracterizado a una fe urantiana. En este aspecto la secta shin del Japón se ha vuelto uno de los grupos religiosos más progresivos del mundo; ha revivido el antiguo espíritu misionero de los seguidores de Gautama y ha comenzado a enviar maestros a otros pueblos. Esta capacidad para apropiarse de la verdad proveniente de cualquier y toda fuente es indudablemente una tendencia admirable que aparece entre los creyentes religiosos durante la primera mitad del siglo veinte d. de J. C..
Aun queda lo más importante
El Budismo necesita escuchar el mensaje de Jesús sobre la Paternidad de Dios y la hermandad del hombre. A ellos nunca se les ha enseñado el sencillo pero trascendental mensaje de Jesús.
No nos referimos a predicar sobre la figura de Cristo, sino sobre su gran mensaje. Y cuando eso ocurra millones de almas hambrientas dejarán por sí solas las tradiciones externas que se han amontando en las espaldas del Budismo.
Entonces el Evangelio huérfano de Siddharta Gautama encontrará al Padre viviente que solo nos trajo Jesús. Entonces el deseo de Melquisedek de preparar el camino en Asia para encontrar al Dios que traería Jesús se completará.
Entonces la búsqueda sincera de Buda, de Siddharta Gautama no habrá sido vana.
(1041.3) 94:12.5 El budismo mismo está experimentando un renacimiento en el siglo veinte. Mediante el contacto con el cristianismo los aspectos sociales del budismo se han enaltecido grandemente. El deseo de aprender ha vuelto a surgir en el corazón de los monje-sacerdotes de la fraternidad, y la difusión de la educación a lo largo y a lo ancho de esta fe indudablemente provocará nuevos avances en la evolución religiosa.
Incluso el ala tibetana del budismo está más abierta a la receptividad en los tiempos modernos.
(1041.4) 94:12.6 En el momento de este escrito, buena parte de Asia coloca su esperanza en el budismo. Esta noble fe, que ha pasado tan valerosamente por las edades oscuras del pasado, ¿sabrá nuevamente recibir la verdad de las realidades cósmicas ampliadas, como los discípulos del gran maestro de la India cierta vez escucharon su proclamación de la nueva verdad? ¿Responderá esta antigua fe nuevamente al estímulo vigorizante de la presentación de los nuevos conceptos de Dios y del Absoluto que por tanto tiempo ha buscado?
(1041.5) 94:12.7 Urantia entera está esperando la proclamación del mensaje ennoblecedor de Micael, libre de las doctrinas y dogmas acumulados en diez y nueve siglos de contacto con las religiones de origen evolucionario. Está llegando la hora de presentar al budismo, al cristianismo, al hinduismo, aun a los pueblos de todas las fes, no el evangelio sobre Jesús, sino la realidad viviente, espiritual, del evangelio de Jesús.