martes, 11 de febrero de 2014

Lagunas canónicas

1) Sobre el paradero de la mayoría de los apóstoles.

    El libro de Hechos se centra finalmente en el apóstol Pablo, y no se declara que ocurre con el resto de los apóstoles de Jesús (salvo algunas pequeñas excepciones en relación a Pedro, Santiago y Juan). Es como si hubiesen sido borrados del mapa. Los Documentos de Urantia nos explican la separación de un grupo de apóstoles que tenía fuertes divergencias con la forma de predicar el Evangelio. Divergencias que nunca fueron reconciliadas. Por esa razón, el paradero del resto de los íntimos fué omitido. Una facción dominante que quería hablar sobre la figura de Jesús como Cristo Glorioso, versus otra que se centró en su mensaje. Esta última la componían apóstoles que decidieron separarse para evangelizar en tierras lejanas, y en sintonia con el mismo Maestro, tampoco dejaron escritos (Jesús no dejó ningún escrito). Estas circunstancias hicieron que el grupo de Jerusalén y Antioquía que predicaban al Jesús glorioso, quedaran en la historia como el "cristianismo primitivo".

Para más información:
Una inevitable y triste diáspora
http://estudiosdelasescrituras.blogspot.com/2014/01/una-inevitable-y-triste-diaspora.html

2) La relación de Jesús con su madre y hermanos.

Los primeros capítulos de Mateo y Lucas dan a entender que María y José sabían de la misión de Jesús en la Tierra (Mateo 1:20; Lucas 1:30-38). María incluso se llama a sí misma "la esclava de Jehová" (Lucas 1:38) al aceptar la misión. Más adelante se nos dice que ella "guardaba cuidadosamente todos estos dichos en su corazón" (Lucas 2:51). Esto nos transmite la idea de una mujer sumisa, obediente y que aceptó inmediatamente la misión de su hijo en la Tierra.

  No obstante, los mismos Evangelios nos presentan una disonancia difícil de resolver para los teólogos modernos. 

  "Y entró en una casa.  Una vez más se juntó la muchedumbre, de modo que ellos no podían siquiera tomar una comida.  Pero cuando sus parientes oyeron esto, salieron para apoderarse de él, porque decían: “Ha perdido el juicio” - Marcos 3:19-21. 

 ¿Cómo es posible que los hermanos de Jesús que habían sido criados bajo José y María ahora fueran de los más escépticos? El relato de Mateo agrega:

 "Mientras él todavía hablaba a las muchedumbres, ¡mire!, su madre y sus hermanos se situaron fuera, y procuraban hablarle.  De modo que alguien le dijo: “¡Mira! Tu madre y tus hermanos están parados fuera, y procuran hablarte”.  Como contestación, dijo al que se lo decía: “¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?”.  Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: “¡Mira! ¡Mi madre y mis hermanos! Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano y hermana y madre”. - Mateo 12:46-50

¿Por qué Jesús expresa semejante trato casi áspero a su familia (la madre y hermanos)? ¿Acaso María no era un ferviente creyente tal como se analizó antes?

"Sus hermanos, de hecho, no ejercían fe en él" - Juan 7:5.

¿Cómo es posible semejante cambio en la familia de Jesús?

Notemos ahora otro incidente:

"Cuando faltó el vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”.  Pero Jesús le dijo: “¿Qué tengo que ver contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora”. - Juan 2:3,4

¿Por qué Jesús tiene semejante expresión distante para referirse a su madre? Le da a entender que ella no debe entrometerse en su actividades espirituales.

Siempre me pregunté sobre esa reacción de Jesús a la Señora, (hasta que leí los Documentos de Urantia que nos permiten armar las piezas). 

Y más adelante, Jesús también marcó distancia otra vez con María:

 "Ahora bien, mientras él decía estas cosas cierta mujer de entre la muchedumbre levantó la voz y le dijo: “¡Feliz es la matriz que te llevó y los pechos que mamaste!”.  Pero él dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. - Lucas 11:27,28

¿Por que el Maestro tiene durante su ministerio dicha actitud hacia María? ¿Es que acaso el ángel no le había llamado "altamente favorecida" y Elizabet "bendita entre todas las mujeres" (Lucas 1:28, 42)?

¿Es que nunca se dijeron las palabras de la anunciación o son realmente un asunto posteriormente insertado en la narrativa para provocar una especie de halo celestial sobre María?

Incluso en el incidente del Templo notamos a unos padres de Jesús muy despistados en torno a quién realmente era Jesús, algo muy diferente a la idílica anunciación de Mateo y Lucas en sus primeros párrafos:
¿Comprendían la misión de su hijo?

"Pues bien, después de tres días lo hallaron en el templo, sentado en medio de los maestros, y escuchándoles e interrogándolos.  Pero todos los que le escuchaban quedaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas.  Pues, cuando ellos lo vieron quedaron atónitos, y su madre le dijo: “Hijo, ¿por qué nos trataste de este modo? Mira que tu padre y yo te hemos estado buscando con la mente angustiada”.  Pero él les dijo: “¿Por qué tuvieron que andar buscándome? ¿No sabían que tengo que estar en la [casa] de mi Padre?”.  Sin embargo, no comprendieron el dicho que les habló". - Lucas 2:46-50

¿Cómo es posible que no comprendieran lo que Jesús les dijo? ¿Acaso el ángel no le había dicho a María que Jesús claramente era el "Hijo del Altísimo" (Lucas 1:32)?

También  notamos en el citado pasaje del Jesús en el Templo que su madre es la que toma la palabra al disciplinarlo. ¿Por qué José no lo reprende? ¿Es que María era más impulsiva? 

Tenemos por lo tanto, varios elementos salpicados en todos los Evangelios que nos transmiten que los hermanos de Jesús creían que estaba loco, no creían en él, y además a unos padres de Jesús un poco desconectados de su misión, y una relación muy tirante con María. Finalmente todos estos elementos realistas compiten con la bella narrativa de la anunciación que solo sale en los primeros párrafos de Lucas, y en algo de Mateo. Los otros Evangelios como Juan y Marcos no hacen comentarios.

¿Por que estas diferencias? ¿Que es lo que falta en los Evangelios y que no fue incluido con claridad? Supuestamente todos los hermanos fueron criados en el mensaje que recibió María. ¿O acaso ese mensaje fue alterado? ¿Acaso María creía otra cosa en relación a su hijo? ¿Querían los evangelistas no ahondar en el espinoso asunto del conflicto familiar de Jesús?

Los Documentos de Urantia nos explican que las palabras dadas por Gabriel a María fueron éstas:

(1346.4) 122:3.1 Cierta tarde al ponerse el sol, antes de que José hubiera regresado al hogar, Gabriel apareció ante María junto a una mesa baja de piedra y, una vez que ella recobró su compostura, díjole: «Vengo a instancias de mi Maestro, a quien tu amarás y nutrirás. A ti María, te traigo gratas nuevas al anunciarte que la concepción dentro de ti es mandato del cielo, y en el momento propicio serás la madre de un hijo; lo llamarás Josué, y él inaugurará el reino del cielo en la tierra y entre los hombres. No menciones esto a nadie excepto a José y a Elizabeth, tu parienta, ante quien también he aparecido, y quien pronto dará a luz un hijo cuyo nombre será Juan, y quien preparará el camino para el mensaje de liberación que tu hijo sabrá proclamar con gran fuerza y profunda convicción a todos los hombres. Y no dudéis de mi palabra María, pues éste es el hogar que se escogió como morada mortal del hijo de destino. Mi bendición te acompaña, el poder de los Altísimos te fortalecerá y el Señor de toda la tierra te cobijará.

Según narran los documentos, posteriormente María se confundió al creer que "el reino del cielo en la tierra y entre los hombres" significaba que Jesús sería el ansiado Mesías político libertador dada la frase "el mensaje de liberación que tu hijo sabrá proclamar con gran fuerza y profunda convicción a todos los hombres".  No había nada sobre una cuestión virginal, aunque María si tuvo claro que Jesús sería "especial", una "concepción como mandato del cielo" como los antiguos profetas o héroes bíblicos, pero ella siempre consideró a Jesús su hijo (y el hijo de José) y nunca que fuese un ser de origen celestial, ni menos el Hijo de Dios. María de lo que estaba segura era que Jesús sería el Mesías político libertador. Los judíos nunca creyeron que el Mesías tendría una preexistencia en los cielos. Claramente él vendría del linaje judío, como un humano destinado a restaurar la gloria de Israel, pero ciertamente de naturaleza humana.

Cuando Jesús cerca de los trece años en el Templo manifiesta la frase célebre de estar en la "Casa del Padre" y los padres no entienden dicha expresión queda patente que ellos tenían otro punto de vista al cual generalmente se cree. Ellos nunca supieron que Jesús tenía origen prehumano celestial y que era realmente el Hijo Creador, el Hijo del Padre Universal.  Para ellos (especialmente para la impulsiva María) Jesús era el ansiado Mesías libertador.

Tras la muerte de José a los catorce años de Jesús,  y al sostener a su madre y hermanos, el conflicto entre María y Jesús se agudiza, ya que ella desea que se involucre en el movimiento Zelota. Jesús rechaza firmemente esta participación en la política revolucionaria para liberar a Israel. Además, Jesús no hace nada extraordinario durante largos años. María les mete en la cabeza al resto de los niños que el hermano mayor será el Mesías Libertador. Jesús en cambio, da algunos destellos de que su misión será puramente espiritual y de ninguna manera seglar. Comienza la decepción de María. Recomiendo leer la parte IV de los Documentos de Urantia donde se narra de forma muy humana, realista y bella estos desafíos sin iguales que tuvo que enfrentar Jesús en sus años de adolescencia al vestirse de una repentina madurez. Dicha lectura la considero muy necesaria para los que amamos a Jesús. Obtendrán una visión sin igual del amado Maestro. 

Cuando Jesús está a punto de iniciar su vida pública (al regreso de unos fascinantes viajes por el Mediterráneo), María y sus otros hijos están expectantes de que el primogénito nombre como apóstoles a sus hermanos. En las bodas de Caná, María intenta persuadir a Jesús para que inicie su carrera política en medio del festín, y la respuesta contundente de Jesús (recogida parcialmente en Juan) le marca que ella tiene una visión equivocada de la misión de él en la Tierra.

Pero Jesús tampoco quería que su mensaje se asociara con su familia de sangre. Deseaba evitar establecer alguna dinastía religiosa o algo que hubiese empeorado las cosas. Los hermanos se decepcionan al no ser considerados como apóstoles, y ésto provoca un grave quiebre con María y el resto de la familia.

El Libro de Urantia narra una conmovedora escena en que las familias de los apóstoles los despiden cuando ellos parten en su primera gira de predicación e inauguración de la obra pública acompañando al Maestro, pero ningún miembro de la familia de Jesús va a despedirse. El lado humano de Jesús se llena de tristeza y cede a las lágrimas:

(1587.2) 141:0.2 Poco antes de partir, los apóstoles no podían encontrar al Maestro, y Andrés fue a buscarlo. Después de una breve búsqueda, encontró a Jesús sentado en una barca junto a la playa, y estaba llorando. Los doce habían visto a su Maestro apenado muchas veces, y habían contemplado sus breves temporadas de seria preocupación mental, pero ninguno de ellos lo había visto nunca llorar. Andrés estaba un tanto sorprendido al ver al Maestro así afectado en vísperas de su partida hacia Jerusalén y se atrevió a acercarse a Jesús y preguntarle: «Maestro, en este día auspicioso en que estamos a punto de partir hacia Jerusalén para proclamar el reino del Padre, ¿por qué lloras? ¿Quién entre nosotros te ha ofendido?» Y Jesús, volviendo en compañía de Andrés para reunirse con los doce, le respondió: «Nadie entre vosotros me ha causado pena. Estoy triste tan sólo porque nadie de la familia de mi padre José, ha pensado en venir a despedirse.» En esta época, Ruth estaba de visita en la casa de su hermano José en Nazaret. Los demás miembros de su familia se mantenían alejados por orgullo, desilusión, falta de comprensión y pequeños resentimientos, emociones que surgían de sus sentimientos heridos.

Los Documentos de Urantia nos presentan las pistas que faltaban. Por esa razón, sus hermanos "no ejercían fe en él" como declara el Evangelio de Juany llegaron al extremo de creer que estaba loco tal como dice Marcos, sobre todo al ver que Jesús no cumplió sus expectativas.

Solo cuando Jesús resucitó y se aparece a algunos de sus hermanos (como Santiago), su familia comprendió en parte su misión. María logró entender que tuvo en su vientre a un ser celestial, pero nunca pudo despojarse completamente de sus esperanzas patrióticas.

Por esa razón, cuando Lucas dice entrevistar a algunos "testigos" (Lucas 1:2) recoge la visión un tanto cambiada de María o alguna de sus hijas que le narra lo que escucharon de su madre, la cual tras la resurrección incorpora la creencia en que Jesús era el Hijo de Dios, pero a la vez mantiene la creencia en el reinado terrestre de Jesús como la alusión al "trono de David". Comparemos lo que dice L.U y el Evangelio de Lucas:

(1346.4) 122:3.1  «Vengo a instancias de mi Maestro, a quien tu amarás y nutrirás. A ti María, te traigo gratas nuevas al anunciarte que la concepción dentro de ti es mandato del cielo, y en el momento propicio serás la madre de un hijo; lo llamarás Josué, y él inaugurará el reino del cielo en la tierra y entre los hombres. No menciones esto a nadie excepto a José y a Elizabeth, tu parienta, ante quien también he aparecido, y quien pronto dará a luz un hijo cuyo nombre será Juan, y quien preparará el camino para el mensaje de liberación que tu hijo sabrá proclamar con gran fuerza y profunda convicción a todos los hombres. Y no dudéis de mi palabra María, pues éste es el hogar que se escogió como morada mortal del hijo de destino. Mi bendición te acompaña, el poder de los Altísimos te fortalecerá y el Señor de toda la tierra te cobijará". - Libro de Urantia

He destacado en rojo las frases similares que posiblemente significaron una leve distorsión dada las creencias personales del testigo.

“Buenos días, altamente favorecida, Jehová está contigo”.  Pero ella se turbó profundamente por el dicho, y razonaba sobre qué suerte de saludo sería este.  De modo que el ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado favor con Dios;  y, ¡mira!, concebirás en tu matriz y darás a luz un hijo, y has de ponerle por nombre Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y Jehová Dios le dará el trono de David su padre,  y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin”. - Lucas 1:28-33

Es interesante que el Libro de Urantia señala que al final se declara que María iba a estar "protegida" mientras concebía a Jesús. Y luego de esta "anunciación" se nos dice:

(1346.5) 122:3.2 Durante muchas semanas María guardó el secreto en su corazón, reflexionando a solas sobre esta visitación; hasta que estuvo segura de que estaba encinta. - L.U

En cambio Lucas da a entender que es al principio que María se turba y razona por la visitación. Esto claramente muestra que es una apreciación del testigo que invierte un poco la secuencia, ya que es lógico que la reflexión por los dichos del ángel sean después de la aparición.

También notamos como se incorpora el asunto del "trono de David" a la cuestión original del "reino de Dios en la Tierra y entre los hombres", lo cual refleja la creencia del entrevistado. 

Estos elementos entregados por los Documentos de la Revelación de Urantia nos proporcionan la información para completar las lagunas canónicas de los Evangelios. 

El arte religioso, especialmente católico, ha imaginado a María como una mujer que siempre apoyó a su Hijo, tal como se observa en la primera ilustración de esta entrada, dando a entender que siempre supieron de la Divinidad de Jesús. Craso error. 

Sin embargo, no por eso se dignifica menos a María. La Señora fue una mujer muy inteligente, aunque patriota hasta las últimas, y que lamentablemente nunca pudo entender la misión de su Hijo. Esa visión de una mujer dócil y dulce es el producto de querer crear una imagen casi mítica e irreal de la muy humana María.