domingo, 29 de junio de 2014

Una reflexión sobre la evolución social y los juegos deportivos

Hace dos mil años los juegos “deportivos” consistían en violentas batallas en los estadios romanos en dónde realmente los gladiadores se mataban en vivo y en directo, y una multitud en las tribunas del estadio clamaba por el derramamiento de sangre mientras las autoridades decidían finalmente entre la vida y la muerte.
Actualmente muchos de los que cuestionan a la FIFA por la supuesta exageración de la sanción al jugador Luis Suárez debido a su mordisco en el campo deportivo, no meditan en la trascendencia de lo que esto significa. Lamentablemente no se valora el “salto” que hemos dado como humanidad desde aquellos espectáculos tan bárbaros y terribles hasta una época de más sensibilidad y cultura humana en relación a condenar aquello que se sale de ciertas normas establecidas. Este terreno de humanización de la sociedad no debe perderse. Hoy disfrutamos de juegos mucho más evolucionados, lo cual es un reflejo que ratifica que efectivamente hemos avanzado como humanidad.
Debido a esto, estoy plenamente de acuerdo con el espíritu que se quiere transmitir con la apropiada disciplina al jugador de Uruguay. De hecho la declaración de la FIFA comenta:
"No se puede tolerar este tipo de comportamiento en un terreno de juego, especialmente durante la Copa Mundial de la FIFA™, cuando millones de personas tienen la vista puesta en los jugadores. La Comisión Disciplinaria ha tenido en cuenta todos los elementos del caso y el grado de culpabilidad de Luis Suárez de acuerdo con lo estipulado en el Código Disciplinario. La decisión ha entrado en vigor en el momento en el que se ha comunicado"
Me parece correcta la decisión, lo cual es una lección a los millones de seres humanos que refleja el espíritu de una época y nueva sociedad humana que formalmente no debe tolerar ningún tipo de violencia individual.
No faltan los críticos que pueden hablar del doble rasero de la FIFA al ser moralista y no obstante realizar campeonatos del mundo en países con problemas de abusos a los derechos humanos. Pero esas críticas no son válidas y son infantiles. La FIFA solo hace valer las normas de comportamiento en el mismo juego, en el contexto de las líneas internas de un partido. No tiene porqué extender su esfera de influencia hacia los gobiernos políticos, de hecho cuando lo ha hecho no está bien. La Federación se concentra en humanizar el deporte en su contexto, así como la religión organizada debe actuar en su esfera de acción, y así como los gobiernos políticos igualmente deben hacer valer sus leyes de derechos humanos solo en las áreas de acción que les corresponde, y de la misma forma las familias e individuos. Cada área humana debe preocuparse que en sus zonas internas de trabajo, las acciones sean más humanas y evolutivas.
Hoy no apreciamos la época más humana y avanzada en la cual se vive. Es cierto que persisten muchos problemas. Pero es sumamente importante que oficialmente las autoridades de todas las áreas hagan valer las normas más humanas de conducta, a diferencia de las oscuras épocas pasadas en donde dichas autoridades eran ejemplos claros de actos abiertos de maldad y crueldad, como el Príncipe Vlad de Rumania el cual empalaba públicamente a los enemigos como una forma estatal de superioridad desprovista de toda humanidad.
En el futuro, los deportes seguirán evolucionando. Serán ejemplos de ternura y belleza artística. Coincidiendo con el cambio de la mentalidad basada desde la competitividad hacia la colaboración, los deportes dejarán de ser competitivos en el sentido de derrotar a los rivales. Se volverán ejemplos de colaboración, una nueva forma de pensamiento aún no desarrollada por los hombres. Aquello coincidirá con el umbral de una nueva era más espiritual.
Pero seamos honestos. Hemos ganado mucho terreno. Si los gladiadores de roma hubiesen visto el fútbol tal como se juega en los estadios hoy en día, pensarían que todos somos unos bobos y snif, sobre todo cuando vemos a los jugadores llorar como niños.