sábado, 26 de julio de 2014

Lo que la Biblia enseña: ¿Hay alguna religión verdadera?

La respuesta es SI. Jesús señaló a esa religión cuando enseñó a la mujer de Sicar:

“Jesús le dijo: “Créeme, mujer: La hora viene cuando ni en esta montaña ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre.

La hora viene, y ahora es, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre con espíritu y con verdad, porque, en realidad, el Padre busca a los de esa clase para que lo adoren.  Dios es un Espíritu, y los que lo adoran tienen que adorarlo con espíritu y con verdad”. – Juan 4:21, 23-24

Los samaritanos y los judíos tenían una religión formal. Creían que necesitaban ir a determinado lugar de reunión para adorar al Padre. El Monte Guerizim y el Templo de Jerusalén eran lugares para los cónclaves y asambleas. Pero Jesús aclara que no es un lugar en común, una marca o logotipo, un nombre nominal o distintivo que provoque una agrupación virtual la clave. Más bien enseña que la religión verdadera es una experiencia personal viviente en dónde se experimenta al Padre en espíritu y en verdad.

Jesús enseñó que conocer al Padre a nivel individual representa esa adoración (Juan 17:3). Y también "nacer otra vez" en sentido espiritual (Juan 3:5-7). Sin embargo, esa "religión del espíritu" provoca frutos espirituales en la persona que posee el Espíritu de Dios operando en él:

 "El fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe,  apacibilidad, autodominio. Contra tales cosas no hay ley". - Gálatas 

Estas cualidades son expresadas hacia las demás personas, hacia el entorno. Jesús dijo sobre el amor, la cual es la principal cualidad como fruto del espíritu:

"En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí" - Juan 13:35

El amor y no una marca, nombre distintivo o cierta actividad rutinaria religiosa externa nos hace adoradores verdaderos. La nación de Israel de los labios para afuera afirmaba tener una condición sacra o especial. Pero Jesús enseñó los principios rectores:

“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí.  En vano siguen adorándome, porque enseñan mandatos de hombres como doctrinas” – Mateo 15:8,9

No se puede representar a Dios meramente por símbolos externos, túnicas especiales, logotipos o nombres distintivos, o frases y palabras que aparenten nombrar a Dios como un grupo especial, y a la vez tener el corazón alejado del amor a Dios y al semejante.

Por lo tanto, como individuos demostramos tener una religión personal verdadera en nuestro trato hacia el prójimo. De forma evidente, el amor y el resto de los frutos espirituales rinden un servicio al semejante, y posiblemente algunas personas compartan el interés común por nuestras metas de servicio, lo que nos transforma en parte de un organismo o cuerpo espiritual más amplio (1 Corintios 12:12). Este provoca que pueda existir un grupo de creyentes que crea un colectivo social tal como ocurría en las congregaciones e iglesias cristianas del siglo I (Apocalipsis 1:4). 

Sin embargo, la religión verdadera siempre mantendrá una experiencia individual de progreso y frutos personales a pesar de compartir una relación comunitaria o colectiva. Pablo lo explica:

 "Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él" - 1 Corintios 12:27.

Pero que cada uno pruebe lo que su propia obra es, y entonces tendrá causa para alborozarse respecto de sí mismo solo, y no en comparación con la otra persona.  Porque cada uno llevará su propia carga de responsabilidad” – Gálatas 6:4,5.

Notamos, por lo tanto, que la religión verdadera es una aventura personal de crecimiento y exploración espiritual que nos acerca al Padre Celestial en una relación viva mediante su Hijo. Y por otra parte, los creyentes individuales pueden agruparse con miembros afines a esa búsqueda para que “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mat. 18:20).

El término "religión verdadera" no puede aplicarse a un colectivo grupal masivo de millones de personas, ya que posiblemente exista un crecimiento espiritual desigual en los miembros, y muchos realmente no practiquen y vivan esa religión a la que alegan estar afiliados. La religión verdadera no puede reducirse a una marca, un categoría nominal, o un logotipo de Internet.

Si a un hombre le parece que es adorador formal # , y con todo no refrena su lengua, sino que sigue engañando su propio corazón, la forma de adoración de este hombre es vana.  La forma de adoración que es limpia e incontaminada desde el punto de vista de nuestro Dios y Padre es esta: cuidar de los huérfanos y de las viudas en su tribulación, y mantenerse sin mancha del mundo”. – Santiago 1:26, 27

# “adorador formal” significa “religioso”.

Cómo notamos una persona puede autodenominarse un religioso formal, y no obstante, aún en su iglesia, no estar practicando la religión verdadera al desatender aspectos relacionados con la transformación interior y el amor al prójimo. Jesús mismo dijo que no el que le dice "Señor, Señor" realmente hace la voluntad amorosa del Padre (Mateo 7:21). No importa la formalidad exterior, o el uso de emblemas, nombres y símbolos.

Entonces observamos que la religión verdadera actúa de ésta forma:

-Produce una transformación en el creyente individual en su personalidad interior, y lo une al Creador y a su Hijo, manifestando al prójimo una experiencia de amor.

-De forma secundaria, logra que éstas personas renacidas decidan tener una agrupación común donde haya dos o tres (Mateo 18:20). Incluso las personas pueden formar parte de un cuerpo espiritual aunque estén físicamente separados o esparcidos (Santiago 1:1; Filipenses 1:27; 1 Corintios 5:3). Puede observarse como un individuo que no estaba físicamente con Jesús y los apóstoles, y no obstante,  hacia la obra de Dios (Lucas 9:49,50). 

- Estas agrupaciones ya sean físicamente reunidas, o esparcidas y separadas físicamente, forman una congregación o iglesia, pero no una religión verdadera, ya que una verdadera religión actúa en la experiencia del individuo que la practica. 

- Una iglesia o congregación entonces contiene a personas (individuos) que practican la religión verdadera en sus vidas, otros no la practican, otros a medias, otros lo intentan, etc.

- Por lo tanto, No puede llamarse "religión verdadera" a ninguna agrupación o congregación de personas. Esto es debido a que hay apreciaciones desiguales en torno a lo espiritual, e incluso existe la cizaña mezclada con el trigo.

Es debido a que muchas religiones, organizaciones o agrupaciones nominales se llaman a sí mismas "religión verdadera" que ocurre a menudo una decepción religiosa al ver las faltas de los miembros o la poca espiritualidad en algunos de ellos. No ocurrirían estos tropiezos si se separaran los conceptos de lo que es "religión verdadera" practicada por el individuo,  y el participar de una comunidad colectiva de creyentes.

Jesús ciertamente dijo que existiría trigo junto a la cizaña, y que por lo tanto, todas las religiones nominales tienen a seguidores verdaderos ocultos como trigo (Mateo 13:24-30; 36-43) en medio de la mala hierba (cristianos de imitación). Y son los ángeles, no el mismo trigo, el que haría la separación en el fin de los tiempos.

Salirse o no de una congregación religiosa es una cuestión personal. Pero en cualquier caso, siempre existirán personas que deben ser ayudadas. Y precisamente cuando los sistemas humanos externos se desmoronen, el trigo y la mala hierba se harán evidentes con más claridad, puesto que aquellas personas renacidas brillarán por sus obras magníficas (Mateo 13:43 compárese con Mateo 5:14-16).
Usted puede realizar un trabajo interno esté donde esté. Y en su Iglesia puede hacer el bien. Recuerde que la uniformidad doctrinal no es sinónimo de unidad espiritual. Los cristianos del siglo I tenían diferentes interpretaciones en torno a la Ley (Hechos 21:20,21; Romanos 14:5,6) Lo importante es que más allá de las diferencias nominales todos acepten a Jesús y que dejen guiarse por su mensaje (1 Corintios 3:1-9).

Por lo tanto, lo más importante que cada uno de nosotros debe hacer independiente del ambiente externo religioso en el que viva, es buscar al Padre Celestial, Nacer otra vez, amar al prójimo y producir los frutos espirituales. El Espíritu entonces gradualmente conducirá de forma equilibrada a la verdad a la persona que se deje guiar por él:

"Mas el ayudante, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, ese les enseñará todas las cosas y les hará recordar todas las cosas que les he dicho" - Juan 14:26

"Y tus propios oídos oirán una palabra detrás de ti que diga: “Este es el camino. Anden en él”, en caso de que ustedes se fueran a la derecha o en caso de que se fueran a la izquierda" - Isaías 30:21.

Esta unidad espiritual en que varias personas en el mundo dejan guiarse por el Espíritu es una prueba de su poder que sobrepasa toda nacionalidad, raza y credo nominal.


Preguntas del capítulo: ¿Cuál es la religión verdadera? ¿Por qué debemos diferenciar lo que es "religión verdadera" de "grupo religioso"? ¿Deben pensar exactamente igual todos los creyentes? ¿Cómo el Espíritu puede lograr la auténtica unidad y conducir hacia la verdad? ¿Qué hará usted para expandir la religión verdadera en su área de acción?