viernes, 16 de enero de 2015

Conceptos muy avanzados sobre la Rebelión de Lucifer - Parte 1

En estas dos entradas analizaremos algunos conceptos profundos en torno a la rebelión de Lucifer, que trascienden el simplismo aún existente en la Tierra sobre los problemas de los mismos:

(613.1) 54:0.1 EL HOMBRE evolucionario encuentra difícil comprender plenamente el significado y entender los sentidos del mal, el error, el pecado y la iniquidad. El hombre es lento en la percepción de que la perfección y la imperfección contrastantes producen el potencial del mal; que la verdad y la falsedad contrapuestas crean el error desconcertante; que la dote divina de la elección del libre albedrío resulta en los reinos divergentes del pecado y de la rectitud; que la búsqueda persistente de la divinidad conduce al reino de Dios en contraste con su continuo rechazo, que conduce a los dominios de la iniquidad.

(613.2) 54:0.2 Los Dioses no crean el mal ni permiten el pecado y la rebelión. El potencial del mal es temporo-existente en un universo que comprende niveles diferenciales de sentidos y valores de perfección. El pecado es potencial en todos los reinos en los que los seres imperfectos tienen la dote de saber elegir entre el bien y el mal. La presencia conflictiva misma de la verdad y la no verdad, el hecho y la falsedad, constituye la potencialidad del error. La elección deliberada del mal constituye el pecado; el rechazo volitivo de la verdad es error; la búsqueda persistente del pecado y del error es iniquidad.

Lucifer y sus asociados eran criaturas incompletas (imperfectas) desde el punto de vista de la Deidad y Havona, por éstas razones:

(392.1) 35:8.1 Después de la creación de los Vorondadek, el Hijo Creador y el Espíritu Materno del Universo se unen con el propósito de traer a la existencia la tercera orden de filiación del universo: los Lanonandek. Aunque se ocupan de tareas variadas en conexión con las administraciones de los sistemas, son mejor conocidos como Soberanos de los Sistemas, los gobernantes de los sistemas locales, y como Príncipes Planetarios, los jefes administrativos de los mundos habitados.

(601.1) 53:0.1 LUCIFER era un brillante Hijo Lanonandek primario de Nebadon.

(601.3) 53:1.1 Lucifer no era un ser ascendente; fue un Hijo creado del universo local (…) Y Lucifer reinaba «sobre la montaña sagrada de Dios», la montaña administrativa de Jerusem, porque era el ejecutivo en jefe de un gran sistema de 607 mundos habitados.

(601.4) 53:1.2 Lucifer era un ser magnífico, una personalidad brillante; estaba junto a los Padres Altísimos de la constelación en la línea directa de la autoridad universal.

Lucifer fué creado en el universo aún en formación e incompleto espacio-temporal de Nebadón. Lucifer no conocía al Padre Universal, no había trascendido desde el universo local. No había viajado nunca al Universo Central y Perfecto de Havona. Lucifer solo conocía a los Padres de la Constelación como Autoridades y a Cristo Micael (Hijo Creador) como su Dios y Gobernante supremo del universo local. 

Más allá de ésto, la situación de Lucifer con respecto a la creencia en el Padre Universal era una cuestión de Fe, de la misma forma como lo es incluso para los humanos, las criaturas más bajas (salvando las distancias entre la perspectiva más privilegiada de él y nosotros). 

Pero en su nivel existencial si reconocía y veía a los Padres de la Constelaciones y a Micael como creador, pero su actitud sería semejante a la filiación  similar a la de un Anciano de una congregación religiosa con los Representantes de la Sede o Sucursal de su país. De la misma forma como un Anciano debe esforzarse por ver más allá de la autoridad de su Sucursal y verlos como representantes de una autoridad Mayor (Divina), Lucifer tenía que mantener esa posición con respecto a la autoridad de Micael y los Padres de la Constelación que actuaban como representantes del Padre Universal (en el Libro de Job los diálogos de Satanás con Dios corresponden en realidad a las conversaciones del Rebelde con un Padre de la Constelación).

Esta perspectiva incompleta (aunque inmensamente más amplia en comparación con nosotros los humanos) de Lucifer lo colocaba en la posición de contraste entre la perfección (conocimiento y experiencia completa) e imperfección contrastante que ocasionaba que la inteligencia del Libre Albedrio tuviera que hacer elecciones en torno es esas realidades incompletas. Para Lucifer era vital su confianza en los Padres de la Constelación y finalmente en Micael, y esta fe en ellos eran esenciales para no desviarse.

Notamos, entonces que Lucifer no tenía todo el conocimiento cósmico sino que discernía solo hasta un límite de la realidad (obviamente una perspectiva más grande que la nuestra).

La otra situación a la que se enfrentaba Lucifer era la siguiente:

(392.15) 35:8.15 Puesto que los Lanonandek son una orden ligeramente más baja de filiación que los Melquisedek y los Vorondadek, son de una utilidad aun mayor en las unidades subordinadas del universo, ya que son capaces de acercarse más a las criaturas más bajas de las razas inteligentes. También corren un mayor peligro de descarriarse, de desviarse de la técnica aceptable del gobierno universal. Pero estos Lanonandek, especialmente los de la orden primaria, son los más peritos versátiles de todos los administradores de los universos locales. En habilidad ejecutiva son solamente superados por Gabriel y sus asociados no revelados.

Notamos que los seres Lanonadeks tienen la asignación de tener contacto versátil con las criaturas más bajas de las razas inteligentes. Esto hace que al enfrentarse en medio ambientes imperfectos a menudo exista el riesgo potencial de "desviarse de la técnica aceptable del gobierno universal", de hacer malas adaptaciones deliberadas en sus gobiernos de los sistemas y planetas. La razón es que al igual que las inteligencias humanas, deben enfrentarse a las decisiones. 

(392.3) 35:8.3 El universo de Nebadon comenzó su existencia exactamente con doce millones de Lanonandek, y después de pasar por la esfera Melquisedek, fueron divididos en las pruebas finales en tres clases.

De esos 12 millones en tres revueltas se han rebelado esta cantidad:

(393.6) 35:9.6 Nuestro universo local ha sido desafortunado porque más de setecientos Hijos de la orden Lanonandek se rebelaron contra el gobierno del universo, precipitando así la confusión sobre varios sistemas y en numerosos planetas. Dentro de este número total de fracasos sólo tres casos eran Soberanos del Sistema. Prácticamente todos estos Hijos pertenecían a las órdenes segunda y tercera, Príncipes Planetarios y Lanonandek terciarios.

Esto demuestra que las rebeliones ocurren más bien por problemas de desobediencia al saltarse las instrucciones establecidas por sus superiores ya que solo 700 de estos gobernantes (en tres rebeliones universales) se han desviado de un número de 12 millones.

(393.7) 35:9.7 El gran número de estos Hijos que han sufrido un desliz en la integridad no es indicativo de alguna falla en sus creadores. Podrían haber sido hechos divinamente perfectos, pero fueron creados así para que pudiesen entender mejor, y acercarse más, a las criaturas evolucionarias que habitan en los mundos del tiempo y el espacio.

(393.8) 35:9.8 De todos los universos locales en Orvonton, nuestro universo, con la excepción de Henselón, ha perdido el más grande número de esta orden de Hijos. En Uversa, es opinión general que hemos tenido tantos problemas administrativos en Nebadon debido a que nuestros Hijos de la orden Lanonandek fueron creados con un grado tan amplio de libertad personal de elección y planificación. No hago esta observación con intenciones críticas. El Creador de nuestro universo tiene pleno poder y autoridad para hacer esto. Es opinión de nuestros altos gobernantes que, aunque tales Hijos de libre elección producen problemas excesivos en las primeras etapas del universo, cuando las cosas, por así decirlo, estén completamente tamizadas y bien establecidas, los beneficios de una lealtad más elevada y un servicio volitivo más pleno de parte de estos Hijos completamente probados compensarán con creces aquellas confusiones y tribulaciones de los tiempos primitivos.

Aquí el Revelador expresa su fascinante opinión que las revueltas tienden a ocurrir en las primeras etapas más primitivas de los universos, cuando la dirección de los asuntos tienen que ser decididas, y las técnicas pueden variar por mala ejecución. Pero en etapas más maduras de los mundos e individuos las rebeliones casi no ocurren.

Lo podría asemejar a una construcción. Al inicio de una obra si un constructor y planificador se equivoca (por orgullo deliberado) en la técnica para hacer un pilar, toda la obra posterior sufrirá consecuencias. En cambio la equivocación tiende a ser más difícil en las terminaciones de una construcción, puesto que el camino ya va encaminado.

Algo así ocurrió en la "fundación del mundo", en los orígenes de los mundos y cuando el programa con Adán y Eva tenía que comenzar a efectuarse. Había más imperfección (incompleto) contrastante porque la obra aún comenzaba a aparecer.

(394.1) 35:9.9 En caso de rebelión en la sede de un sistema, usualmente se nombra un nuevo soberano dentro de un período relativamente corto, pero no ocurre lo mismo en los planetas individuales. Son unidades componentes de la creación material, y el libre albedrío de la criatura es un factor en la adjudicación final de tales problemas. Se designan sucesores de los Príncipes Planetarios para los mundos aislados, planetas cuyos príncipes de autoridad se hayan descarriado, pero no asumen el mando activo de tales mundos hasta que los resultados de la insurrección se hayan superado y eliminado parcialmente gracias a las medidas reparadoras adoptadas por los Melquisedek y otras personalidades ministrantes. La rebelión de un Príncipe Planetario aísla instantáneamente a su planeta; los circuitos espirituales locales se cortan inmediatamente. Solamente un Hijo encarnado puede restablecer las líneas interplanetarias de comunicación en un mundo espiritualmente aislado.

Y he aquí el problema de la Tierra. Aunque la rebelión ya ha sido cortada en los "cielos", en la sede del sistema local de mundos, "no ocurre lo mismo en los planetas individuales. Son unidades componentes de la creación material, y el libre albedrío de la criatura es un factor en la adjudicación final de tales problemas".

Los simpatizantes humanos de Lucifer y las ideas rebeldes tienen que comenzar a desaparecer por la demolición del tiempo (no podrán ser erradicados por acción violenta contra su libre albedrío) y por la verdadera proclamación del Evangelio de Jesús a nivel global, algo que aún no ocurre de forma seria y sistemática. Y agradecemos que Jesús (Hijo Encarnado) haya comenzado a reestablecer los asuntos colocando el pilar correcto, la piedra del fundamento verdadero de la humanidad. 

Notamos como estos conceptos profundos y avanzados del Libro de Urantia  nos amplían la realidad universal y nos hacen percibir un poco más esta cuestión que nos afecta. En la siguiente entrada seguiremos viendo las implicaciones de esto en la rebelión.