(840.3) 75:2.1 Caligastia hizo frecuentes visitas al Jardín y sostuvo muchas conversaciones con Adán y Eva, pero éstos se mostraban inquebrantables ante sus propuestas de componenda y de atajos azarosos. Ante ellos desfilaban suficientes resultados de la rebelión como para producirles una efectiva inmunidad contra toda propuesta e insinuación de esta índole. Tampoco en la prole joven de Adán lograron influir las proposiciones de Daligastia. Y desde luego, no tenían Caligastia ni su asociado el poder para influir en ningún individuo contra la voluntad de éste, y tanto menos para persuadir a los hijos de Adán a obrar mal.
(840.5) 75:2.3 Pero el Príncipe caído fue persistente y decidido. Pronto renunció
a la labor de persuadir a Adán y, astutamente decidió intentar atacar
indirectamente a Eva. Llegó a la conclusión el maligno de que la única
esperanza para triunfar estribaba en el hábil aprovechamiento de personas
idóneas que pertenecían al estrato superior del grupo nodita, los descendientes
de los asociados de su antiguo séquito corpóreo. Así, pues, se urdieron los
ardides para entrampar a la madre de la raza violeta.
(841.3) 75:3.3 Llegó a figurar Serapatatia entre los más capaces y eficientes de
todos los lugartenientes de Adán. Era enteramente honrado y totalmente sincero
en todas sus actividades; nunca se percató, ni posteriormente, de que lo
estuviera explotando como instrumento circunstancial el taimado Caligastia.
Notamos que aquellas personas que reclaman "buenas intenciones" y que incluso son honrados y honestos con sus propias ideas no necesariamente están en armonía con los designios divinos. Alguién puede estar convencido de hacer lo correcto, pero aquello puede estar muy lejos del propósito de Dios y realmente puede corresponder al mal desde la óptica de Dios. Recordemos que las tribus noditas estaban muy influidas por las ideas Caligastianas y tenían su propia visión de la vida basadas en ceder a los impulsos rápidos y las creencias de la libertad espuria.
(842.6) 75:4.4 Cada
vez que la pareja del Jardín había tomado del fruto del árbol de la vida, les
había advertido el arcángel custodio que se abstuvieran de sucumbir a las
sugerencias de Caligastia en el sentido de combinar el bien y el mal. Se les
había amonestado con lo siguiente: «El día que mezcléis el bien y el mal,
indudablemente os convertiréis en mortales del reino; seguramente moriréis».
(841.6) 75:3.6 Conviene nuevamente hacer hincapié en
que Serapatatia fue totalmente honesto y completamente sincero en todo lo que
proponía. Jamás sospechó que estaba en el juego de Caligastia y Daligastia.
Serapatatia era totalmente leal al designio de formar una fuerte reserva de la
raza violeta antes de intentar el mejoramiento mundial de los confundidos
pueblos de Urantia. Pero hacían falta cientos de años para consumarse, y él era
impaciente; quería apreciar resultados inmediatos —algunos durante su propia
vida. A Eva le hizo patente que Adán a menudo se desanimaba por lo poco que se
había logrado en cuanto al mejoramiento del mundo.
Recordemos que el plan Divino ordenaba que Adán y Eva no podían cruzarse con los habitantes autóctonos de la Tierra. Solo sus hijos, cuando su número llegara al millón de habitantes, podían mezclarse con las tribus más avanzadas aunque estas ya fueran el producto del mestizaje de los noditas con los pueblos nativos.
Pero esto no ocurrió así, al desobedecer las instrucciones para el programa biológico de la Tierra, Adán junto a Eva al ser privados de árbol de la vida, solo alcanzaron a producir 1570 hombres y mujeres.
Esta cantidad fue ínfima en comparación con el millón de habitantes que podría haber aparecido para beneficiar al mundo. Aun así, esta pequeña cantidad fue suficiente para dar el impulso de las magníficas civilizaciones antiguas, las cuales decayeron a medida que la sangre de Adán se diluía con otros pueblos. ¿Qué habría ocurrido si ellos hubiesen sido fieles al plan Divino? Se habría creado una civilización muy avanzada y pacífica, sin los problemas actuales, e incluso con muy pocas enfermedades y una vida más longeva y próspera.
Sin embargo, Eva había pretendido "acortar camino" al violar estas normas, pensando en un supuesto bien, acelerando el proceso. Sin embargo, resultó ser como un fugaz "fuego de artificio" que brilló demasiado muy pronto para luego extinguirse.