Es vital
leer las entradas anteriores.
Ya hemos
visto como Mateo 24: 29-31 tuvo una posible inspiración en el IV de Esdras.
Veamos ahora el pasaje de Mateo 25:31-33
”Cuando el
Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono.
Y todas las naciones serán reunidas
delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa
las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras
a su izquierda”.
Notemos la
similitud con el Libro de Enoc:
"En
este día mi Elegido se sentará sobre el
trono de gloria y juzgará sus obras; sus sitios de descanso serán
innumerables y dentro de ellos sus espíritus se fortalecerán cuando vean a mi
Elegido y a aquellos que han apelado a mi nombre glorioso”.- Enoc 45:3
"Esta
es lo que está de acuerdo con mi decisión: Cuando desee atraparlos por manos de
los ángeles en el día de la tribulación y el sufrimiento a causa de esto,
desataré mi castigo y mi ira sobre ellos, dijo el Señor de los espíritus; reyes
y poderosos que habitáis sobre la tierra, veréis
a mi Elegido sentarse sobre el trono de gloria".- Enoc 55:3,4
Ahora
notemos el parecido de Enoc 61 y 62 con Mateo 24:29-31:
10 "Él convocará a todas las huestes de los
cielos, a todos los santos, a las huestes de Dios, a los Querubines, a los
Serafines, a los Ofanines, a todos los ángeles de poder, a todos los ángeles de los principados y al Elegido y a los demás
poderes sobre la tierra y sobre el agua”.- Enoc 61:10
1 Así
ordenó el Señor a los reyes, a los poderosos, a los dignatarios y a todos los
que viven sobre la tierra, diciendo: "Abrid
los ojos y levantad vuestras frentes por si sois capaces de reconocer al
Elegido".
2 El Señor
de los espíritus se sentó en su trono de
gloria, el espíritu de justicia se esparció sobre Él y la palabra de su
boca exterminó a todos los pecadores e injustos y ninguno de ellos subsistirá
frente a Él.
3 Ese día
todos los reyes y los poderosos y los que dominan la tierra se levantarán, le verán y le reconocerán cuando se siente
sobre el trono de su gloria; la justicia será juzgada ante Él y no se pronunciará
palabra vana frente a Él.
4 El dolor vendrá sobre ellos como a una
mujer en un parto difícil, cuando su hijo viene por la abertura de la
pelvis y sufre para dar a luz.
5 Se mirarán los unos a los otros
aterrorizados, bajarán la mirada y la pena se apoderará de ellos cuando
vean a este Hijo de Mujer sentarse sobre
el trono de su gloria.
6 Y los
reyes, los poderosos y todos los que dominan la tierra alabarán, bendecirán y
ensalzarán a quien reina sobre todo lo que es secreto.
7 Porque
desde el principio el Hijo del Hombre fue ocultado y el Más Alto lo preservó en
medio de su poder y lo reveló a los elegidos.
8 La
asamblea de los elegidos y los santos será sembrada y todos los elegidos se
sostendrán en pie en ese día;
9 pero los
reyes, los poderosos, los dignatarios y los que dominan la tierra caerán ante
Él sobre sus rostros, adorarán y pondrán su esperanza en este Hijo del Hombre,
le suplicarán y le pedirán misericordia.
10 Sin
embargo, el Señor de los espíritus los apremiará para que se apresuren a salir
de su presencia, avergonzará sus caras y las tinieblas se acumularán sobre sus
rostros;
11 Él los
entregará a los de castigo para ejecutar la venganza porque han oprimido a sus
hijos, a sus elegidos”. - Enoc 62
Notamos
como el escrito de Mateo 24:29-31 rescata varios elementos que abundan en el
libro de Enoc. La idea de que el Hijo del Hombre se sienta en su trono para
juzgar y envía a sus ángeles para luego exterminar a los malvados mientras éstos
le miran aterrados está claramente manifiesta en los pasajes citados del libro
de Enoc (y en IV Esdras citado anteriormente) que es anterior al desarrollo
pleno de la Era Cristiana y es un claro ejemplo de la Apocalíptica Judía en
dónde el Mesías Glorioso es crucial.
Y Daniel
7:13 también agrega el elemento de las nubes del cielo: "he aquí con las
nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre". También Joel e Isaías
agregan los elementos de los fenómenos celestes (la oscuridad del sol, la luna
y las estrellas). El redactor que inserta los versículos del 29-31 de Mateo 24
ciertamente conocía los textos anteriores del judaísmo.
Si Jesús realmente pronunció estas palabras de los Apócrifos Judíos y otros libros que exaltaban el mesianismo hebreo, esto habría profundizado aún más las esperanzas en una restauración Davídica por parte de la Comunidad Cristiana Israelita. De lo contrario, y tal como lo hemos visto al analizar toda la evidencia, parece más bien un anhelo (que no era nada nuevo) que en Jesús se cumpliesen los sueños del fin del dominio gentil sobre la Tierra.
Si Jesús realmente pronunció estas palabras de los Apócrifos Judíos y otros libros que exaltaban el mesianismo hebreo, esto habría profundizado aún más las esperanzas en una restauración Davídica por parte de la Comunidad Cristiana Israelita. De lo contrario, y tal como lo hemos visto al analizar toda la evidencia, parece más bien un anhelo (que no era nada nuevo) que en Jesús se cumpliesen los sueños del fin del dominio gentil sobre la Tierra.
Lo que hoy las Iglesias están haciendo es seguir conectando éstos textos de la apocalíptica judía bajo el amparo de los Evangelios, perpetuando de alguna forma levemente distinta, las creencias judaicas.
Y aunque Jesús prometió regresar, parece ser que no debemos asociarlo a ningún evento caótico terrestre. Esto queda expuesto en la exégesis del texto, porque después de insertar las citas (quizás simbólicas) de los apócrifos judíos, el redactor de los Evangelios cita estas palabras de Jesús:
”Mas sepan una cosa, que
si el amo de casa hubiera sabido en qué vigilia habría de venir el ladrón, se
habría quedado despierto y no habría permitido que forzaran su casa. Por
este motivo, ustedes también demuestren estar listos, porque a una hora que no
piensan que es, viene el Hijo del hombre”. – Mateo 24:43,44
Parece contradictorio esto si asociamos el retorno de Cristo a una crisis global. Al respecto, los Documentos de Urantia ofrecen esta recomendación ajena al Mesianismo judío (transferido de forma parcial a las Iglesias Modernas):
(1863.13) 170:4.15 Aunque
Jesús se refirió a una fase del reino situada en el futuro, y sugirió en
numerosas ocasiones que dicho acontecimiento podría suceder como parte de una
crisis mundial; y aunque en diversas ocasiones prometió con precisión que algún
día regresaría con toda seguridad a Urantia, hay que indicar que nunca asoció
explícitamente estas dos ideas entre sí. Prometió una nueva revelación del
reino en la Tierra en algún momento del futuro; también prometió que volvería
alguna vez en persona a este mundo; pero no dijo que estos dos acontecimientos
tuvieran la misma significación. Por todo lo que sabemos, estas promesas pueden
referirse, o no, al mismo acontecimiento.
(1863.14) 170:4.16 Sus
apóstoles y discípulos asociaron con toda seguridad estas dos enseñanzas.
Cuando el reino no se materializó tal como habían esperado, recordaron la
enseñanza del Maestro sobre un reino futuro y se acordaron de su promesa de
volver, apresurándose a deducir que aquellas promesas se referían a un mismo
acontecimiento. Por eso vivieron con la esperanza de su segunda venida
inmediata para establecer el reino en su plenitud, con poder y gloria. Y así
han vivido las generaciones sucesivas de creyentes en la Tierra, albergando la
misma esperanza inspiradora pero decepcionante.
(1919.3)
176:4.6 Por lo tanto haríais bien en desasociar el retorno personal del Maestro
a la tierra de todo evento establecido o época fijada. Estamos seguros
solamente de una cosa: Prometió que volvería. No tenemos idea alguna de cuándo
cumplirá con su promesa ni en relación con qué. Por lo que sabemos, puede
aparecer en la tierra en cualquier momento, y puede no aparecer hasta que no
hayan pasado eras tras eras y todas hayan sido debidamente adjudicadas por sus
Hijos asociados del cuerpo del Paraíso.
Jesús dijo a los Guías
Religiosos que buscaban el establecimiento externo del Reino:
“Pero cuando los fariseos le preguntaron cuándo vendría el reino de Dios,
les contestó y dijo: “El reino de Dios no viene de modo que sea llamativamente
observable, ni dirán: ‘¡Miren acá!’, o, ‘¡Allá!’. Porque, ¡miren!, el
reino de Dios está en medio de ustedes”. – Lucas 17:20,21
El concepto de experimentar el Reino en medio de nosotros puede tener grandes transformaciones:
(1863.12) 170:4.14 Este
mundo nunca ha puesto a prueba de manera seria, sincera y honrada estas ideas
dinámicas y estos ideales divinos de la doctrina del reino de los cielos
enseñada por Jesús. Pero no deberíais desanimaros por el progreso aparentemente
lento de la idea del reino en Urantia. Recordad que el orden de la evolución
progresiva está sujeto a cambios periódicos, repentinos e inesperados, tanto en
el mundo material como en el mundo espiritual. La donación de Jesús como Hijo
encarnado fue precisamente uno de esos acontecimientos extraños e inesperados
en la vida espiritual del mundo. Al buscar la manifestación del reino en la
época presente, no cometáis tampoco el error fatal de olvidar establecerlo en
vuestra propia alma.