Antonio Piñero |
Es importante leer la entrada anterior.
El
profesor Antonio Piñero que es experto en literatura griega del Nuevo
Testamento y Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid me ha ayudado
a verificar mis conclusiones.
Piñero es uno de los grandes defensores de la
existencia objetiva, histórica y real de Jesús de Nazaret, pero de forma científica
separa esto de ciertos aspectos de las narraciones evangelísticas.
Al
preguntarle sobre el cambio del lenguaje de la gran tribulación judía y la
mezcla con la venida de Cristo en Mateo 24, el profesor me comentó:
“Las predicciones sobre la ruina del Templo son
comunes entre los apocalítpticos judíos de la época (como indica Flavio
Josefo, por ejemplo)”. Además el profesor comenta que “coloreadas con
el conocimiento de lo que sucedió por la mano del evangelista” se dio forma final al texto de Mateo 24 que mezcla la gran tribulación
judía con la Parausía. El profesor dice:
“Por tanto, tenemos aquí, en este pasaje de Mateo
(que sigue la tendencia teologizadora de Marcos), como en toda la pasión
mateana, una mezcla casi indisoluble de teología cristiana más elementos
legendarios que reinterpreta y mezcla datos del Jesús histórico”
¿Qué textos
de la Apocalíptica Judía que pudo haber servido de
base e inspiración para la frase de "viniendo con las nubes del cielo, las
tribus de la tierra golpeándose en lamento"?
Primero notemos
lo que dice Mateo 24:29,30:
“E
inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se
oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las
potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el
cielo; y entonces lamentarán todas las
tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del
cielo, con poder y gran gloria”.
Cómo se analizó en la entrada pasada, lo de los fenómenos celestes parece ser una alusión al profeta Joel.
Ahora el Profesor Piñero me comenta sobre la venida del Hijo del Hombre sobre las nubes:
“Es posible que el texto más directo que
pueda estar en la base sea la siguiente visión del Libro IV de Esdras:
“Y vi cómo volaba ese mismo Hombre sobre las nubes del cielo y hacia donde se
dirigía su mirada, temblaban todas las
cosas que estaban bajo su vista, y
hacia donde salía la voz de su boca, se encendían todos los que oían su voz,
como se derrite la cera cuando siente el fuego. Y tras esto vi cómo
se congregaba una muchedumbre de hombres innumerable de los cuatro vientos de
la tierra; Y tras esto vi cómo todos los
que se habían congregado contra él temían grandemente.” – IV Esdras 13: 3-5,8
Compare
usted entonces el pasaje de Mateo y el IV de Esdras.
Es notable como el compositor de Mateo 24
inserta estos elementos de la Apocalíptica judía tan frecuentes en los círculos
judíos y hábilmente los asocia y mezcla con los dichos de Jesús, como si el
Maestro hubiese citado las ideas que aparecen en el escrito del IV de Esdras.
Y aquí yo me hago esta pregunta: Jesús
sabiendo toda esta teología profética judía, ¿la habría asociado tan
directamente consigo mismo para reforzar lo que comentaban los apócrifos judíos?
¿Le estaba dando la razón a todas éstas expectativas mesiánicas judaicas? O,
¿Es más bien el anhelo del escritor de Mateo y Marcos que inserta estos
elementos? La evidencia apunta ésto último.
Solo recordemos algo mencionado en las
entradas pasadas:
El redactor usa lenguaje fuertemente judío
como “cosa repugnante” en relación a los romanos, habla de “Daniel el profeta”,
se refiere al “Lugar Santo” (Jerusalén y el Templo) y se preocupa por que los cristianos
que huirán de Jerusalén "no violen el Sábado” al escapar.
(Sin embargo, supuestamente los cristianos
ya no adoraban al Padre “ni en Jerusalén ni en Samaria”, este sistema había
sido abolido por el sacrificio de Jesús y tampoco guardaban el sábado). Todo lo
anterior, indica entonces que cristianos aún atados al judaísmo maquillaron el Evangelio
de Marcos y Mateo.
Una exégesis de Marcos y Mateo muestra indisolublemente una venida en las nubes del Hijo del Hombre para terminar con la gran tribulación judía. Jesús de Nazaret no pudo haberse equivocado de esa forma. Esto refleja más bien, la expectativa de los escritores y no los dichos exactos de Jesús.
Hoy los grupos religiosos se han quebrado la cabeza intentando darle "segundos cumplimientos", "separando versículos" y haciendo "malabarismos bíblicos" para intentar dar a las palabras de la venida de Jesús y la gran tribulación una asociación forzosa con la consiguiente decepción general. Hasta los preteristas han intentando generar hipótesis forzadas que intentan validar una infalibilidad bíblica más que objetivamente admirar con compasión y simpatía el bien intencionado esfuerzo, pero equivocado, por querer que el Maestro volviera en la vida de los apóstoles.
Seguiremos analizando otros elementos de
la apocalíptica judía insertados en los Evangelios.
Hasta pronto.