(1942.6) 179:5.7 Después de que hubieron meditado unos momentos, Jesús continuó hablando: Cuando hagáis estas cosas, recordad la vida que he vivido en la Tierra entre vosotros, y regocijaos con el hecho de que voy a continuar viviendo en la Tierra con vosotros y sirviendo a través de vosotros.
En esencia, más que rituales, vía crucis o hablar de esperanzas, la Cena del Recuerdo es para pensar con reflexión en Miguel. No perdamos de vista eso al reunirnos. Participa con esa visión de claridad interna en la Conmemoración.
(1942.3) 179:5.4 Al instituir esta cena del recuerdo, el
Maestro recurrió, como siempre tenía costumbre, a las parábolas y a los
símbolos. Empleó símbolos porque quería enseñar ciertas grandes verdades
espirituales de tal manera que a sus sucesores les resultara difícil atribuir a
sus palabras interpretaciones precisas y significados definidos. De esta
manera, trataba de impedir que las generaciones siguientes cristalizaran su
enseñanza y vincularan sus significados espirituales con las cadenas muertas de
la tradición y de los dogmas. Al establecer la única ceremonia, o sacramento,
asociada a la totalidad de la misión de su vida, Jesús se esmeró mucho en sugerir sus significados, en lugar de recurrir
a definiciones precisas. No
quería destruir el concepto individual de la comunión divina, estableciendo una
práctica precisa; tampoco deseaba limitar la imaginación espiritual del
creyente, restringiéndola de manera formalista. Trataba más bien de liberar el
alma renacida del hombre para que emprendiera el vuelo con las alas gozosas de
una libertad espiritual nueva y viviente.
Jesús no deseaba que nos centrásemos tanto en fechas y horas que buscan precisión, formas externas que se trasformen en formalismo, por ejemplo, si el vino es realmente puro, las estaciones del vía crucis, etc. Todas esas cosas son intrascendentes. El gozo realmente se encuentra en Recordar a Jesús y su visita irrepetible como humano.
(1942.4) 179:5.5 A pesar del esfuerzo del Maestro por
establecer así este nuevo sacramento de conmemoración, aquellos que le
siguieron en los siglos posteriores se encargaron de frustrar eficazmente su
deseo expreso, en el sentido de que este simple simbolismo espiritual de
aquella última noche en la carne ha sido reducido a interpretaciones precisas y
sometido a la precisión casi matemática de una fórmula fija. De todas las
enseñanzas de Jesús, ninguna ha sido más reglamentada por la tradición.
(1942.5) 179:5.6 Cuando la cena del recuerdo es
compartida por aquellos que creen en el Hijo y conocen a Dios, su simbolismo no
necesita estar asociado a ninguna de las falsas interpretaciones pueriles del
hombre sobre el significado de la presencia divina, porque en todas esas
ocasiones, el Maestro está realmente
presente. La cena del
recuerdo es el encuentro simbólico del creyente con Miguel. Cuando os volvéis
así conscientes del espíritu, el Hijo está realmente presente, y su espíritu
fraterniza con el fragmento interior de su Padre.
El Pan y el Vino son solo símbolos. Lo importante es Recordar a Jesús, ya que en esa acción mediante el Espíritu él realmente se hace presente.
(1943.1) 179:5.8 Este importante acontecimiento tuvo
lugar en la habitación superior de un amigo. Ni la cena ni el edificio
contenían ninguna forma sagrada o consagración ceremonial. La cena del recuerdo
fue establecida sin aprobación eclesiástica.
(1943.2) 179:5.9 Cuando Jesús hubo establecido así la
cena del recuerdo, dijo a sus apóstoles: «Cada vez que hagáis esto, hacedlo en
memoria mía. Y cuando os acordéis de mí, reflexionad primero sobre mi vida en
la carne, recordad que en otro tiempo estuve con vosotros, y luego discernid
por la fe que todos cenaréis conmigo algún día en el reino eterno del Padre.
Ésta es la nueva Pascua que os dejo, el recuerdo mismo de mi vida de donación,
la palabra de la verdad eterna; y de mi amor por vosotros, os dejo la efusión
de mi Espíritu de la Verdad sobre todo el género humano.»
Pues bien, vosotros en vuestro corazón, debes hacer la diferencia al reflexionar con gozo cuando asistas a la Conmemoración.