En realidad una serie de
sucesos terminaron en la trágica muerte de Jesús. Días antes, cuando el Maestro
ya había resucitado a Lázaro, los eventos se precipitaron para su ejecución:
“Por eso, desde aquel día
entraron en consejo para matarlo” – Juan 11:53
“En todo caso, los
sacerdotes principales y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguien
llegaba a saber dónde estaba, [lo] expusiera, a fin de prenderlo” . – Juan 11:57
Ahora bien, notemos que
mientras se acercan los días de la Pascua, los guías religiosos dicen:
“Ahora bien, cuando Jesús
hubo acabado todos estos dichos dijo a sus discípulos: “Saben que de aquí a dos días ocurre la pascua, y el Hijo del hombre
ha de ser entregado para ser fijado en un madero”. Entonces los
sacerdotes principales y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del
sumo sacerdote, que se llamaba Caifás, y entraron en consejo para prender
a Jesús mediante un ardid astuto, y matarlo. Sin embargo, decían: “No en la fiesta, para que no se levante un
alboroto entre el pueblo”. – Mateo 26: 1-5
¡Los mismos judíos no querían
prenderlo el día de la fiesta de Pascua por el alboroto que ocurriría! Jesús
percibía que esto era inminente y por esa razón adelanta la “Pascua” ya que esa sería la última Cena con ellos.
Y Marcos 14:1,2 es más
interesante:
“Ahora bien, dos días después era la pascua y [la fiesta
de] las tortas no fermentadas. Y los sacerdotes principales y los escribas
buscaban cómo prenderlo mediante un
ardid astuto, y matarlo; porque repetidas veces decían: “No en la
fiesta; puede que haya alboroto del pueblo” – Marcos 14:1,2.
Jesús fue prendido
mediante el “ardid astuto” y muerto antes de la Pascua y las fiesta de los
panes sin levadura (por lo menos un día), ya que el plan astuto (en el que participa Judas) efectivamente así se
llevó a cabo. Esta es una prueba adicional de lo tratado en las entradas
anteriores.
La premura por matar antes
a Jesús del inicio de la Pascua radica en evitar el alboroto que esto hubiese causado,
ya que muchos de los “simpatizantes” estarían ocupados en la “preparación” de
la fiesta.
En realidad, la muerte de Jesús en una fecha cercana a la Pascua se debe a que él como judío viajaba a esa festividad con sus apóstoles cada año. No había un sentido místico en relación a la Pascua judía. Era un viaje típico de los judíos. Era la oportunidad para que él se acercarse a Jerusalén y fuera prendido por el Sanedrín. La resurrección de Lázaro hizo que los planes para asesinarlo tomaran forma definida ese año, y queda claro que los judíos tramaron su muerte al prenderlo.
De hecho, Jesús evitaba de forma innecesaria andar en público esos días (no buscó su muerte sino que los sucesos desembocaron en ella):
“Por eso, desde aquel día
entraron en consejo para matarlo. Así que Jesús ya no andaba en público
entre los judíos, sino que partió de allí al país cerca del desierto, a una
ciudad llamada Efraín, y permaneció allí con los discípulos. Ya estaba
cerca la pascua de los judíos, y mucha gente del país subió a Jerusalén, antes
de la pascua, a fin de limpiarse ceremonialmente. Entonces iban buscando
a Jesús y se decían unos a otros mientras estaban de pie en el templo: “¿Qué
opinan ustedes? ¿Que ni siquiera vendrá a la fiesta?”. En todo caso, los
sacerdotes principales y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguien
llegaba a saber dónde estaba, [lo] expusiera, a fin de prenderlo". – Juan 11:53-57