domingo, 9 de agosto de 2015

La venida del Reino

Actualmente muchas personas que son miembros de organizaciones religiosas están padeciendo una gran crisis de Fe. Durante décadas y por varias generaciones han esperado la venida del Señor para acabar con los problemas de la humanidad y establecer el Reino.

 (1860.5) 170:2.10 Los apóstoles eran incapaces de captar el significado real de las declaraciones del Maestro acerca del reino. La deformación posterior de las enseñanzas de Jesús, tal como están registradas en el Nuevo Testamento, se debe a que el concepto de los escritores evangélicos estaba influido por la creencia de que Jesús sólo se había ausentado del mundo por un corto período de tiempo; que pronto regresaría para establecer el reino con poder y gloria — exactamente la idea que habían mantenido mientras estaba con ellos en la carne. Pero Jesús no había asociado el establecimiento del reino con la idea de su regreso a este mundo. Que los siglos hayan pasado sin ningún signo de la aparición de la «Nueva Era», no está de ninguna manera en desacuerdo con la enseñanza de Jesús.

Notamos que al finalizar el siglo I muchas comunidades cristianas deben haber experimentado una crisis similar. Las cartas de los apóstoles señalaban que ellos verían en su época la venida de Jesús. Sin embargo, aquello no ocurrió y precipitó la transferencia del concepto de "Reino" a la "Vida Eterna".

(1861.6) 170:2.24 Cuando el apóstol Juan empezó a escribir la historia de la vida y las enseñanzas de Jesús, los primeros cristianos habían tenido tantos problemas con la idea del reino de Dios como generadora de persecuciones, que prácticamente habían abandonado la utilización de este término. Juan habla mucho sobre la «vida eterna».

(1861.7) 170:2.25 Más de cincuenta años más tarde, después de la destrucción de Jerusalén por los ejércitos romanos, fue cuando este concepto del reino empezó a transformarse en el culto de la vida eterna, a medida que sus aspectos sociales e institucionales eran asumidos por la iglesia cristiana en rápida expansión y cristalización.

Finalmente la idea de "vida eterna" y "reino de Dios" se asoció con la Iglesia Institucional y Estatal. Este sería el "reino de Dios" en la Tierra. Sin embargo, las acciones de la Iglesia Estatal lejos estaban de los ideales del Reino de Dios.

En la época del siglo XIX con los movimientos de "restauración" las múltiples Iglesias Cristianas volvieron a creer que el Reino llegaría en algún momento en su época inmediata.

(1863.14) 170:4.16 Cuando el reino no se materializó tal como habían esperado, recordaron la enseñanza del Maestro sobre un reino futuro y se acordaron de su promesa de volver, apresurándose a deducir que aquellas promesas se referían a un mismo acontecimiento. Por eso vivieron con la esperanza de su segunda venida inmediata para establecer el reino en su plenitud, con poder y gloria. Y así han vivido las generaciones sucesivas de creyentes en la Tierra, albergando la misma esperanza inspiradora pero decepcionante.

La decepción ha sido generada por la interpretación errónea de los líderes de las Iglesias sobre el Reino. Se espera la venida de un Reino que destruya a los inicuos y deje con vida solo al pueblo de Dios. Se espera un Reino que solucione los problemas materiales de vivienda, alimentación y salud, tal cual lo pregona la propaganda política moderna. Esta visión simplista era exactamente igual a la esperanza judía que anhelaba el reino para expulsar a los inicuos romanos y mejorar la calidad de vida de los israelitas. Y esto es lo que ha causado decepción y de alguna forma ha alejado a muchos de Dios.

Las organizaciones religiosas para salvar estos asuntos han creado una serie de actividades y formas externas para mantener a sus feligreses ocupados mientras esperan la venida del Reino. Pero interiormente los creyentes comienzan a dudar que algo no está bien. Hay algo que deja vacía el alma. La cantidad de personas con depresión en las organizaciones religiosas impresiona.

¿Cuál es el problema? El hecho de haber enseñado un concepto erróneo del Reino. Un concepto alejado de lo que enseñó Jesús con el fin de ir por el camino más rápido y atrayente. La gente siempre desea soluciones elementales y una creencia en esto realmente capta más público. Pero a la larga solo trae decepción.

(1863.12) 170:4.14 Este mundo nunca ha puesto a prueba de manera seria, sincera y honrada estas ideas dinámicas y estos ideales divinos de la doctrina del reino de los cielos enseñada por Jesús.

(1862.8) 170:3.11 Al enseñar que el reino es interior, al exaltar al individuo, Jesús dio el golpe de gracia al antiguo orden social, en el sentido de que introdujo la nueva dispensación de la verdadera rectitud social. El mundo ha conocido poco este nuevo orden social, porque ha rehusado practicar los principios del evangelio del reino de los cielos. Cuando este reino de preeminencia espiritual llegue de hecho a la Tierra, no se manifestará simplemente mediante una mejora de las condiciones sociales y materiales, sino más bien mediante la gloria de esos valores espirituales, realzados y enriquecidos, que caracterizan a la era que se aproxima de mejores relaciones humanas y de logros espirituales progresivos.

Lamentablemente todas las Iglesias actuales han errado en sus conceptos del Reino y de las esperanzas alusivas a este. Y tristemente muchos prefieren estar adormecidos por estas ideas ya que son el camino fácil, que los evade de la vida. Jesús más bien nos enseñó que nosotros con esta misma vida y auténtica proclamación en vida y acciones, podemos hacer que la voluntad de Dios se haga en la Tierra y venga el Reino. Nosotros podemos traer la venida del Reino a la Tierra con una actividad transformadora.

(2083.3) 195:9.7 Los hombres y las mujeres egoístas simplemente no quieren pagar este precio, ni siquiera a cambio del mayor tesoro espiritual que se haya ofrecido nunca al hombre mortal. Cuando el hombre se haya sentido suficientemente desilusionado por las tristes decepciones que acompañan la búsqueda insensata y engañosa del egoísmo, y después de que haya descubierto la esterilidad de la religión formalizada, sólo entonces estará dispuesto a volverse de todo corazón hacia el evangelio del reino, la religión de Jesús de Nazaret.

Francamente somos nosotros los que hemos retrasado al Reino. Tendremos que observar como una nueva generación es sacrificada. Quizás entonces los hombres pensantes buscarán con desespero la guía para sus vidas. Mientras tanto, luchemos por establecer primero el reino en nuestra alma.

(2084.6) 195:10.6 La llamada a la aventura de construir una sociedad humana nueva y transformada mediante el renacimiento espiritual de la fraternidad del reino de Jesús debería emocionar a todos los que creen en él como los hombres no se han conmovido desde la época en que caminaban por la Tierra como compañeros suyos en la carne.

¿Sientes emoción y tienes entusiasmo por la aventura que implica construir una sociedad nueva y transformada? ¿Tienes aún la droga ilusoria que nos ha vuelto adormecidos? Es momento de renacer. Para nacer otra vez, debemos morir a nuestras creencias que nos han provocado tanto estancamiento espiritual.