Cuando los Documentos fueron entregados la I Guerra Mundial ya había ocurrido y se estaba a las puertas de la II Guerra Mundial:
(1490.7) 134:6.4 Otra
guerra mundial enseñará a los así llamadas naciones soberanas a formar una
federación de algún tipo, creando así las condiciones necesarias para prevenir
las guerras menores, las guerras entre las naciones más pequeñas. Pero las
guerras mundiales continuarán hasta que se cree el gobierno de la humanidad. La
soberanía mundial es la única solución para prevenir las guerras mundiales —no
hay otra salida.
Estas palabras tuvieron un cumplimiento casi "profético" por la "federación" de naciones llamada ONU, y que ha intentado frenar algunas guerras menores, creando los tribunales como la Haya, etc. Sin embargo, claramente se nos dice que después de estos eventos (creación de la ONU, etc), "las guerras mundiales continuarán".
Lo dicho, se nos viene otra Guerra Mundial encima.
La ONU está lejos de ser el "gobierno de la Humanidad". Notemos:
(1489.1) 134:5.10 Urantia
no disfrutará de una paz duradera hasta que las llamadas naciones soberanas no
cedan inteligente y plenamente sus poderes soberanos en las manos de la
fraternidad de los hombres —el gobierno de la humanidad. El internacionalismo —
las ligas de las naciones— no puede asegurar la paz permanente a la humanidad.
Las confederaciones mundiales de las naciones podrán prevenir eficazmente las
guerras menores, y podrán controlar de forma aceptable a las naciones más
pequeñas, pero no pueden prevenir las guerras mundiales, ni controlar a los
tres, cuatro o cinco gobiernos más poderosos. En presencia de un conflicto
real, una de estas potencias mundiales se retirará de la Liga y declarará
guerra. Es imposible evitar que las naciones entren en guerra mientras éstas
estén infectadas con el virus engañoso de la soberanía nacional. El
internacionalismo es un paso en la dirección adecuada. Una policía
internacional podrá prevenir muchas guerras menores, pero no hará ningún efecto
en la prevención de las guerras mayores, los conflictos entre los grandes
gobiernos militares de la tierra.
La cosa parece dura. Justamente los 5 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU representan paradojalmente la más dura complicación para la misma Entidad. Ahora estamos viendo (ver entrada anterior) como la escalada de tensión entre China y EEUU.
"Es imposible evitar que las naciones entren en guerra mientras éstas estén infectadas con el virus engañoso de la soberanía nacional".
(1488.5) 134:5.7 A medida
que la soberanía pasa de grupos más pequeños a grupos más grandes, las guerras
disminuyen. Es decir que disminuyen las guerras menores entre naciones más
pequeñas, mientras que aumenta el
potencial de guerras más grandes en la medida en que las naciones que ejercen
la soberanía se hacen más y más extensas. Finalmente, cuando todo el mundo
haya sido explorado y ocupado, cuando los países sean pocos, fuertes y
poderosos, cuando estas naciones grandes y supuestamente soberanas lleguen a
tocarse en las fronteras, cuando sólo
los océanos las separen, se habrá preparado el escenario para grandes guerras,
conflictos mundiales. Las así llamadas naciones soberanas, no pueden rozarse
sin generar conflictos y provocar guerras.
Lo estamos viendo ahora.
Hay una gran tensión por las aguas territoriales chinas. Estados Unidos está presionando y China
está construyendo frenéticamente islas e incluso ha desafiado a EEUU éstos días
con el ingreso de barcos militares chinos a territorio americano. La lucha económica y las misteriosas
explosiones en fábricas entre ambos bandos en muy pocos días (véase entrada
anterior) está calentando al máximo la tensión entre estas grandes potencias…
Siendo realistas, el asunto va inevitablemente y lamentablemente en esa dirección.
(1490.6) 134:6.3 Habrá
guerras y rumores de guerras — las naciones se alzarán unas contra otras —
mientras que la soberanía política del mundo esté dividida, e injustamente
mantenida, entre las manos de un grupo de estados nacionales.
(1489.2) 134:5.11 Cuando existan tan sólo unas pocas (grandes) potencias realmente
soberanas, éstas tendrán que embarcarse en una lucha a muerte por la supremacía
nacional (imperial) o, mediante la renuncia voluntaria a ciertas prerrogativas
de la soberanía, crearán el núcleo esencial de la potencia supernacional que
marcará el comienzo de la verdadera soberanía de toda la humanidad.
Difícilmente ocurrirá lo segundo. Ni China, Rusia o EEUU quieren renunciar a su soberanía. Todo nos indica que avanzan en la primera elección negativa.
(1490.3) 134:5.17 Con el progreso científico, las guerras serán cada vez más devastadoras, hasta volverse prácticamente un suicidio racial. ¿Cuántas guerras mundiales habrán de librarse, cuántas ligas de naciones habrán de fracasar, para que el hombre esté dispuesto a establecer el gobierno de la humanidad, y empiece a disfrutar de las bendiciones de la paz permanente, y a recoger los frutos de la tranquilidad de la buena voluntad entre sí mismos —la buena voluntad mundial—?
Esta situación es terrorífica pero real. Estamos a punto de presenciar un conflicto entre las Grandes Potencias de la Tierra. Es hora de tomar medidas personales y la oración debe ser vital.
(1490.7) 134:6.4 Pero las
guerras mundiales continuarán…
(2081.5) 195:8.5 El
materialismo niega a Dios, el secularismo simplemente lo ignora; por lo menos
ésa era la actitud previa. Más recientemente, el secularismo ha tomado una
actitud más militante, teniendo la presunción de tomar el lugar de la religión
cuya esclavitud totalitaria anteriormente combatía. El secularismo del siglo
veinte tiende a afirmar que el hombre no necesita a Dios. Pero, ¡tened cuidado!
Esta filosofía sin Dios de la sociedad humana tan sólo conducirá a la
inquietud, la animosidad, la infelicidad, la guerra y a un desastre mundial.
(2082.5) 195:8.13 La
secularización completa de la ciencia, la educación, la industria y la sociedad
puede conducir tan sólo al desastre. Durante el primer tercio del siglo veinte
los urantianos mataron a más seres humanos que los que fueron matados durante
la entera dispensación cristiana hasta ese momento. Y éste es tan sólo el
comienzo de la amarga cosecha del materialismo y el secularismo; destrucciones
aún más terribles están por ocurrir.
Palabras realistas de los Documentos. La guerra materialista y económica, solo llevará al desastre mundial. No bajemos la guardia.