Aunque los Documentos no
niegan la capacidad de la auténtica profecía (de hecho lo mencionan),
desaconsejan buscar interpretaciones al significado de cada sueño que tenemos.
Más que lo que soñamos, es como soñamos, tal como se analizó en la entrada
anterior.
(1208.4) 110:5.5 Es
extremadamente peligroso postular el contenido Ajustador de la vida onírica.
Los Ajustadores sí trabajan durante el sueño, pero vuestras experiencias
ordinarias de sueños son fenómenos puramente fisiológicos y psicológicos. Del
mismo modo, es arriesgado intentar la diferenciación del registro del Ajustador
de la recepción más o menos continua y consciente de los dictados de la
conciencia mortal. Éstos son problemas que deberán solucionarse mediante la
discriminación individual y la decisión personal. Pero un ser humano haría
mejor en errar rechazando la expresión de un Ajustador creyéndola una
experiencia puramente humana que en equivocarse al exaltar una reacción de la
mente mortal a la esfera de dignidad divina. Recordad que la influencia del
Ajustador del Pensamiento es en su mayor parte, aunque no totalmente, una
experiencia superconsciente.
Notamos que debemos evitar
creer que cada sueño (aunque tenga un aspecto “trascendental”) es una
manifestación de la voluntad de Dios. Habría que evitar dar significado a los
sueños, ya que no lo tienen. Las verdaderas “premoniciones” “proféticas” serían
aspectos repentinos y no esperados, y aún así, pueden estar distorsionados con
las ideas preconcebidas humanas alojadas en el subconsciente (no confundir con
el superconsciente que es donde opera el Ajustador).
(1208.5) 110:5.6 Vosotros
os comunicáis con vuestro Ajustador en grados variables y cada vez más a medida
que ascendéis los círculos psíquicos, a veces directamente, pero con más
frecuencia indirectamente. Pero es peligroso jugar con la idea de que cada
nuevo concepto que se origina en la mente humana sea el dictado del Ajustador.
Más frecuentemente, en los seres de vuestra orden, aquello que aceptáis como la
voz del Ajustador es en realidad la emanación de vuestro propio intelecto. Éste
es terreno peligroso, y cada ser humano debe solucionar estos problemas por sí
mismo de acuerdo con su sabiduría humana natural y su discernimiento
superhumano.
Nuevamente notamos los
consejos para evitar caer en el misticismo y en las experiencias sobrenaturales
que muchas veces son engaños subconscientes.
(1207.5) 110:4.5 Existe un
amplio abismo entre lo humano y lo divino, entre el hombre y Dios. Las razas
urantianas son tan considerablemente controladas en forma eléctrica y química,
tan altamente semejantes a los animales en su conducta común, tan emotivas en
sus reacciones diarias, que resulta extremadamente difícil para los Monitores
guiarlas y dirigirlas. Vosotros estáis tan vacíos de decisiones valientes y
cooperación consagrada que vuestro Ajustador residente encuentra casi imposible
comunicarse directamente con la mente humana. Aun cuando ellos consiguen
trasmitir un resplandor de la nueva verdad al alma mortal evolutiva, esta
revelación espiritual, frecuentemente, ciega tanto a la criatura como para
precipitarla en una convulsión de fanatismo o iniciar algún otro trastorno
intelectual que resulta desastroso. Muchas religiones nuevas y muchos extraños
«ismos» han nacido de las comunicaciones abortadas, imperfectas, mal
entendidas, y confusas de los Ajustadores del Pensamiento.
Sin embargo, la comunicación real y gradual con el Ajustador puede conseguirse pacientemente con juicio, serenidad y sentido común. Todo pensamiento elevado, equilibrado y que provoca el fruto del Espíritu proviene de Dios.
Sin embargo, la comunicación real y gradual con el Ajustador puede conseguirse pacientemente con juicio, serenidad y sentido común. Todo pensamiento elevado, equilibrado y que provoca el fruto del Espíritu proviene de Dios.