Jesús nunca negó la posibilidad
de que los hijos de Dios tuviesen que vivir cataclismos terrestres o desastres
sociales, tal como hoy nuevamente observamos nefastos actos de terrorismo que
perturban a la civilización y la llenan de temor. Pero Jesús nos anima a no
caer presa de estos miedos:
(1916.2) 176:3.2 «Tomás,
tú tampoco comprendes lo que yo he estado diciendo. ¿Acaso no te he enseñado
todo este tiempo que tu relación con el reino es espiritual e individual, que
es totalmente un asunto de experiencia personal en el espíritu, mediante la
comprensión por la fe de que tú eres un hijo de Dios? ¿Qué más he de decir? La
caída de las naciones, la derrota de los imperios, la destrucción de los judíos
incrédulos, el fin de una era, aun el fin del mundo, ¿qué tienen que ver todas
estas cosas con el que cree en el evangelio y que ha refugiado su vida al
amparo del reino eterno? Vosotros que sois conocedores de Dios y creyentes en
el evangelio, ya habéis recibido la certeza de la vida eterna. Puesto que
vuestras vidas han sido vividas en el espíritu y para el Padre, nada puede ser
una preocupación seria para vosotros. Los constructores del reino, los
ciudadanos acreditados de los mundos celestiales, no se molestan por los
altibajos temporales ni se perturban por los cataclismos terrestres. ¿Qué
importancia tiene, para vosotros que creéis en este evangelio del reino, de que
caigan las naciones, que termine la era, que todas las cosas visibles se
destruyan? en vista de que sabéis que vuestra vida es el don del Hijo, y que
está eternamente segura en el Padre. Habiendo vivido la vida temporal por la fe
y habiendo rendido los frutos del espíritu en forma de la rectitud que se
manifiesta en servicio amoroso para con vuestros semejantes, podéis contemplar
con confianza el próximo paso en la carrera eterna, con la misma fe de
sobrevivencia que os ha llevado a través de vuestra primera y terrenal aventura
en la filiación con Dios.
Desde que Jesús
pronunciase esas palabras la Humanidad ha asistido a muchas caídas de naciones
y colapsos de civilizaciones. Hoy se podría estar gestando un nuevo escenario
para una gran crisis global planetaria sin precedentes, y tendremos que
sobrevivir con la Fe ante esta prueba.
De una cosa estoy seguro, y es que debe colapsar la civilización de índole material centrada en el dinero, para que los corazones se humillen ante el Evangelio de Jesús, que será proclamado victorioso ante el mundo.
De una cosa estoy seguro, y es que debe colapsar la civilización de índole material centrada en el dinero, para que los corazones se humillen ante el Evangelio de Jesús, que será proclamado victorioso ante el mundo.