Esto lo
deducimos de este pasaje:
(622.6)
55:1.6 En los mundos todavía no establecidos, planetas sin templos morontiales,
estas llamas de fusión muchas veces ocurren en la atmósfera planetaria, en la
que el cuerpo material de un candidato para el traslado es elevado por los
seres intermedios y los controladores físicos.
Se nos habla que los individuos que se van a fusionar con su Ajustador son elevados por los aires hasta la atmósfera planetaria y allí ocurre la fusión. Al parecer sería peligroso que una fusión se realizara aquí mismo ya que podría incinerar a los presentes.
El mismo
Eliseo contempló que “Elías fue ascendiendo a los cielos en la tempestad
de viento” (2 Reyes 2:11). Sabemos que Elías se fusionó con su Ajustador. Ahora tenemos más
claro que los Seres Intermedios lo elevaron por los aires. Es posible que los
Seres Intermedios secundarios que pueden tocar las cosas físicas hayan hecho
esta levitación. Sin embargo, también actúan las entidades llamadas “controladores
físicos”, lo cuales realmente les dan la capacidad a los intermedios de volar:
(326.1)
29:4.19 De todos los Controladores Físicos Decanos asignados a los mundos
habitados, los controladores mecánicos son los más poderosos. Cada controlador,
teniendo la dote viviente de la antigravedad en exceso a todos los demás seres,
posee una resistencia a la gravedad igualada tan sólo por esferas enormes que
giran a velocidades extraordinarias.
Estos controladores físicos generan antigravedad y confieren a los intermedios ese don de volar. Otro documento nos indica ésto:
(864.8) 77:8.7 2. Centinelas planetarios. Los seres intermedios son los
guardianes, los centinelas, de los mundos del espacio. (…) Patrullan el ámbito
del reino espiritual invisible del planeta.
Hay algunos
casos bíblicos en que el individuo es levitado, sin que ocurra la fusión, lo
cual parece indicar que hay ocasiones en que los controladores físicos y los
intermedios han realizado esas acciones poco frecuentes:
“Entonces
él alargó la representación de una mano y me tomó por un mechón de la cabeza, y
un espíritu me llevó entre la tierra y los cielos y me trajo a Jerusalén en las
visiones de Dios, a la entrada de la puerta interna que mira hacia el norte,
donde está la morada del símbolo de celos que incita a celos.”- Ezequiel 8:3
En el
capítulo deuterocanónico de Daniel se narra un relato interesante muy similar
al de Ezequiel. Se cuenta que por segunda vez Daniel es arrojado a un foso de
siete leones, y siete días Daniel está allí. Se narra como Dios se acuerda del
anciano Daniel y envía a Habacuc:
“Vivía
entonces en Judea el profeta Habacuc, el cual, cocida la comida y mojado el pan
en la cazuela, se iba al campo para llevarlo a los segadores. Pero el ángel de
Dios le dijo a Habacuc: Lleva la comida que tienes preparada a Daniel, que está
en Babilonia, en el foso de los leones. Y contestó Habacuc: Señor, nunca he
visto a Babilonia y no sé que es el foso de los leones. Y tomándole el ángel
del Señor por la coronilla, por los cabellos de su cabeza, le llevó a
Babilonia, encima del foso, con la velocidad del espíritu. Y gritó Habacuc,
diciendo a Daniel: ¡Daniel, Daniel!, toma la comida que Dios te envía. Y
contestó Daniel: ¡En verdad, oh Dios, te has acordado de mí, pues no abandonas
a los que te aman! Y levantándose, comió, y al instante el ángel de Dios
restituyó a Habacuc a su lugar". - Daniel 14: 33-39.
Habacuc es
transportado por los aires varios kilómetros a una velocidad increíble e
incluso es suspendido en los aires con la ayuda del ángel. Habacuc saluda a
Daniel desde el aire y le hace llegar la comida al anciano Daniel al interior
del foso. Luego Habacuc es trasladado a su lugar de origen.
¿Será esta la explicación para los misteriosos santos de la Edad Media que volaban o levitaban? Por ejemplo, se dice que José de Cupertino podía volar. Se registraron más de setenta casos de levitación ocurridos solamente en la villa de Cupertino o sus alrededores. En una época de su vida, llegaron a ser tan frecuentes estos fenómenos que sus superiores tuvieron que excluirle del cargo en el coro, pues en contra de su voluntad, interrumpía las ceremonias de la comunidad con sus vuelos cuando se encontraba en estado de éxtasis.
¿Será esta la explicación para los misteriosos santos de la Edad Media que volaban o levitaban? Por ejemplo, se dice que José de Cupertino podía volar. Se registraron más de setenta casos de levitación ocurridos solamente en la villa de Cupertino o sus alrededores. En una época de su vida, llegaron a ser tan frecuentes estos fenómenos que sus superiores tuvieron que excluirle del cargo en el coro, pues en contra de su voluntad, interrumpía las ceremonias de la comunidad con sus vuelos cuando se encontraba en estado de éxtasis.
Todo lo anterior me recuerda la idea que tenía Pablo sobre un tiempo en que los creyentes serían llevados a los aires:
“Después
nosotros los vivientes que sobrevivamos seremos arrebatados, juntamente con ellos,
en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con [el]
Señor” – 1Tes. 4:17
Pablo posiblemente expresa que un colectivo futuro de personas algún día sería llevada a los aires para ser "cambiados" (1 Corintios 15:51) experimentado un tipo de fusión y transformación a la vida moroncial.