martes, 19 de julio de 2016

El ángel exterminador y Ezequias

La literatura hebrea tiene mucha alusión a que YHWH enviaba ángeles ya sea para acabar con los hijos de los egipcios, provocar locuras como en el caso de Saúl, y también derrotar misteriosamente a ejércitos.

Ya hemos visto que el envenenamiento de las capas inferiores de aire pudo causar la muerte de los primogénitos egipcios, y algo similar ocurre en el caso de los 185.000 asirios exterminados. Las piezas envueltas en esta estrategia militar, sin embargo, nos apuntan a un envenenamiento de las aguas.

“Y Jehová procedió a enviar un ángel y a raer a todo hombre valiente, poderoso, y a caudillo y jefe en el campamento del rey de Asiria, de manera que este se volvió con rostro avergonzado a su propio país. Más tarde entró en la casa de su dios, y allí ciertos individuos que habían salido de sus propias entrañas lo hicieron caer a espada” – 2 Crónicas 32:21.

El relato de tres libros bíblicos (Isaías, Crónicas y Reyes) nos hablan de la salvación final del sitio asirio a Jerusalén por la intervención de un ángel que mató a 185.000 asirios.

Hay quiénes también creen en una especie de hecatombe nuclear provocada por unos extraterrestres. Sin embargo, descarto esta hipótesis ya que el campamento Asirio estaba inmediatamente afuera de Jerusalén, y esta contaminación radioactiva habría matado a la población interna al penetrar incluso por los muros de piedra.

Es interesante lo que Flavio Josefo escribió sobre el desastre asirio:

"Senaquerib, de la expedición de Egipto regresó a Jerusalén, donde encontró a las tropas comandadas por Rapsaces en gran peligro por la peste. Dios les envió una enfermedad que, en la primera noche en que sitiaron a la ciudad mató a ciento ochenta mil soldados, con sus capitanes y centuriones." - Antigüedades Judías X, 1, 5.

¿Una peste? ¿Se enfermaron repentinamente? ¿Por qué Josefo no habla explícitamente de un ángel?

Es cierto que los judíos atribuían las enfermedades al castigo de Dios o acción de espíritus angélicos tal como creían en los días de Jesús al recordar el episodio del espíritu malo enviado por Yaveh que atormentaba a Saúl. Era parte de la literatura hebrea desarrollada posteriormente asociar estos asuntos a la intervención de ángeles.

La clave a todo esto está en el mismo Ezequias y en el mismo relato de los libros que nos narran la controversia con Asiria.

Primero en los relatos bíblicos se nos muestra a Ezequías como uno de los reyes más sagaces e inteligentes de Israel, incluso estuvo en la compilación de algunos Salmos. El hábil Ezequías intenta evitar la invasión de Senaquerib al entregarle un tributo, incluso de 300 talentos de plata (c. 1.982.000 dólares [E.U.A.]) y 30 talentos de oro (c. 11.560.000 dólares [E.U.A.]). Ezequías le entrega toda la plata que se hallaba en el templo y en el tesoro real, además de los metales preciosos con los que él mismo había hecho revestir las puertas del templo y las columnas, lo que satisfizo al rey de Asiria, aunque solo por un tiempo. (2Re 18:13-16.). ¿Podría haber actuado con más fe y no tomar esa medida práctica comúnmente realizada por los humanos para evitar el sitio?

Luego, al saber que los Asirios no estaban satisfechos con esto, y que aún marcharían a Jerusalén, actúa con sagacidad, creando una de las mayores estrategias defensivas de la historia. Primero,  reforzó las fortificaciones de la ciudad e “hizo proyectiles en abundancia, y escudos”.

Ezequías sabía que los Asirios en sus conquistas cortaban el suministro de agua de las ciudades sitiadas en incluso las podían envenenar. Sabemos que hace más de 2500 años los asirios envenenaban los pozos de agua del enemigo con una toxina producida por el cornezuelo del centeno.  Unos 600 años antes de Cristo, durante la Primera Guerra Sagrada en Grecia, los atenienses envenenaron el suministro de agua del pueblo de Crisa, una ciudad cercana a Delfos que estaba siendo asediada. Utilizaron para ello una planta tóxica llamada eléboro (Helleborus foetidus), la misma con la que preparaban un mejunje tóxico para impregnar sus flechas. Como veremos, Ezequias se anticiparía a estas acciones que realizaban los conquistadores y les "daría de su propia medicina".

Ezequías sabe de estas tácticas y realiza una de las mayores obras de ingenieria de la historia. Una revista Atalaya comenta:

"el rey Ezequías con anterioridad había hecho arreglos para que sus hombres ‘cegaran las aguas de los manantiales que estaban fuera de la ciudad.’ (2 Cró. 32:2-4) Así los asirios sitiadores se hallarían en apuros en cuanto a hallar suficiente agua para ellos mismos. Entonces ¿qué agua sería posible que tuvieran los judíos, cuando Ezequías y la gente estaban encerrados “como un pájaro en una jaula,” según la jactancia de Senaquerib? Sí, los judíos sabían que había bastante agua en la cueva de la fuente de Gihón en la ladera oriental de la ciudad. Aquella fuente fue ‘cegada’ o escondida para que los asirios no supieran de ella. Sin embargo, Gihón estaba fuera de los muros de Jerusalén. Por eso ¿cómo podría mantener vivos a los judíos?

La Biblia nos dice. Dice que Ezequías “cegó la fuente superior de las aguas de Gihón y las mantuvo dirigidas directamente abajo a lo largo, hacia el oeste a la ciudad de David.” (2 Cró. 32:30; 2 Rey. 20:20) ¿Cómo hizo eso? Por un túnel para el agua perforado en la roca sólida. Ese túnel todavía está allí. Los expertos lo consideran “una de las grandes proezas de ingeniería de la antigüedad.” Y uno puede ir como visitante al túnel y vadear sus aguas.

Parece que la fuente de Gihón (a veces llamada ahora la Fuente de la Virgen) en la parte inferior de la ladera del valle del Cedrón estaba en una cueva. Por eso los antiguos habitantes jebuseos de la ciudad perforaron en la roca, en la parte de atrás, y abrieron un tiro desde dentro de la zona cercada por el muro cercano. Así podían obtener agua por medio de bajar cubos hasta el canal del agua. Es posible que los hombres de David hayan penetrado en secreto en la ciudad por medio de este tiro. (2 Sam. 5:8) Sin embargo, en el tiempo de Ezequías la población de la ciudad era mucho mayor. Por consiguiente, el emprendió la perforación de un túnel largo que desviara suficiente agua a un estanque (Siloam) al lado occidental de la ciudad dentro de la protección de los muros" - Atalaya 1976.

Y queremos destacar el objetivo de Ezequías. El realiza un inmenso trabajo para cegar o esconder todos los pozos y manantiales que existen afuera de Jerusalén, y a su vez proporcionar un túnel subterráneo que mantenga a la Ciudad con agua bajo el sitio. Notamos a Exequias muy práctico en sus acciones, más que un creyente en lo sobrenatural como medio de protección.

"Cuando Ezequías vio que Senaquerib había venido con el rostro puesto en guerrear contra Jerusalén,  entonces se decidió con sus príncipes y sus hombres poderosos a cegar las aguas de los manantiales que estaban fuera de la ciudad; así que ellos le ayudaron.  Por lo tanto se juntó mucha gente, y se pusieron a cegar todas las fuentes y el torrente que pasa inundando por en medio de la tierra, y decían: “¿Por qué deben venir los reyes de Asiria y realmente hallar una gran cantidad de agua?”. - ’ (2 Cró. 32:2-4)

Y cómo dice la revista citada, la idea era poner en aprietos a los mismos Asirios que acamparían afuera de la ciudad: "Así los asirios sitiadores se hallarían en apuros en cuanto a hallar suficiente agua para ellos mismos".

2 Reyes 20:20 nos dice sobre la proeza de Ezequias: "En cuanto al resto de los asuntos de Ezequías y todo su poderío y cómo hizo el estanque y el conducto y luego introdujo el agua en la ciudad, ¿no están escritos en el libro de los asuntos de los días de los reyes de Judá?”.

Es interesante esto, porque a parte de una muy breve mención de 2 Crónicas 32:30 sobre el “conducto” hay muy poca información detallada de éste asunto, salvo en el desaparecido libro de los “días de los reyes de Judá”. Notamos que las ediciones finales de Crónicas y Reyes por parte de los sacerdotes posteriores intentan centrarse más en la cuestión épica.

“Al vislumbrar las intenciones belicosas del rey asirio, construyó una muralla defensiva y así también, decidió con sus oficiales y guerreros cortar el agua de las fuentes que estaban fuera de la ciudad y ellos le ayudaron (2 Crónicas 32:3). Esta acción de Ezequías de cortar las aguas de Gihón, obedece a que la estrategia de un sitio u ocupación, requería cortar o envenenar el abastecimiento de agua; por lo mismo, adelantándose, Ezequías tomó medidas para proteger el abastecimiento de agua. De tal modo, ordenó la construcción de un túnel para desviar su cauce; …Y se reunió mucha gente y cegaron todas las fuentes y el arroyo que fluía por la región, diciendo ¿por qué han de venir los reyes de Asiria y hallar tanta agua? (2 Crónicas 32:4). Así que, Ezequías bloqueó la fuente de las aguas del manatial superior de Gihón, y las llevó directamente hacia abajo, en el oeste a la ciudad de David”- Edith Fragoso de Weyand 2013.

Pero intencionadamente Ezequías al parecer deja una sola fuente de agua para los Asirios, y ellos evidentemente acampan en ese lugar a las afueras del muro exterior.

"Y el rey de Asiria procedió a enviar a Tartán y a Rabsarís y a Rabsaqué desde Lakís al rey Ezequías con una pesada fuerza militar a Jerusalén, para que subieran y llegaran a Jerusalén. De manera que subieron y llegaron y se detuvieron junto al conducto del estanque superior, que está en la calzada del campo del lavandero" - 2 Reyes 18:17.

Los asirios entran en la trampa y establecen su campamento en el lugar que los esperaba. El relato nos da una pista de que en una zona afuera de los muros llamada el "campo del lavandero" acampan las tropas. Y se nos dice que se "detuvieron junto al conducto del estanque superior".

El "campo del lavandero" era una zona aledaña afuera del muro que era utilizado por los lavanderos y también como fuente de agua para los caballos. Había un conducto que conectaba con un estanque. Según los datos arqueológicos, "esta piscina fué engrandecida por Ezequias cuando llegaron los Asirios" -Jacques Mislin.

Muchos años antes Isaías y su hijo Sear-jasub tuvieron que encontrarse con el rey Acaz en “la calzada del campo del lavandero”; más tarde, los emisarios de Senaquerib estuvieron en ese mismo lugar. Puesto que este estanque ya existía, parece que Ezequias inteligentemente lo interviene y agrandó para crear una trampa. Puede ser que el campo del lavandero estuviera en esta parte del valle o un poco más al S., cerca del lugar donde se piensa que estuvo En-roguel.

Parece ser que Ezequias la cubrió un poco para que los Asirios excavaran en una parte lateral más abajo en el "campo del lavandero" creyendo que habían encontrado un manantial. Cuando se redactó este asunto tras el exilio de los judíos, el escritor dejó otra pista sutil del envenenamiento de las aguas del pozo cuando dice lo que pensaba el Asirio al momento de sitiar Jerusalén:

2 Reyes 19: 24: "Yo mismo ciertamente cavaré y beberé aguas extrañas".

Ahora bien, no es menos interesante que ese lugar era ocupado por los lavanderos. En tiempos bíblicos ellos usaban un carbonato sódico al que también se conoce como natrón como limpia ropas. Al respecto Wikipedia nos dice:

“Los escritos del alquimista Agathodiamon (
100 a. C. aproximadamente), quien habló de un mineral (no identificado) que, cuando era mezclado con natrón, producía un 'veneno ardiente'. Describió este veneno como uno que «desaparecía en el agua» y daba una solución clara. Este 'veneno ardiente' puede haber sido la raíz de algunos de los posteriores venenos que se vuelven invisibles cuando se mezclan con agua, lo que indica que tal veneno elusivo podía haber estado disponible en algunas civilizaciones” – Wikipedia.

Los sacerdotes judíos sabían también de "la prueba de las aguas amargas" para las mujeres acusadas de adulterio (Números) en dónde un químico era utilizado sin lugar a dudas (Ejemplo: Bastan 0,5 miligramos de cianuro de sodio por litro de agua para que sea letal). Algo sea lo que sea, sin duda se les dió de beber en el campamento Asirio.

Ezequías organizó una brillante operación de resistencia a los Asirios e hizo que estuviesen dependiendo de un solo pozo de agua, la cual tras ser envenenada logró la aniquilación del campamento.

Sea como fuere, todo indica que fué mediante el suministro de agua de los Asirios como fueron liquidados. El "ángel" fué un emisario o mensajero (malak que significa mensajero o ángel) que de alguna forma envenenó el único pozo del cual los asirios usaban para beber. Es posible que en esta operación de inteligencia el mensajero utilizara uno de los túneles subterráneos adyacentes  al túnel principal, ya que hoy se sospecha de más acueductos en dónde perfectamente puede caminar una persona.

Podemos visualizar que había una desviación al campo del lavandero, desde las mismas aguas del otro torrente.

Ezequías fué un hábil organizador, un rey genial. Sabemos que los Asirios cuando sitian Jerusalén utilizan una gran estrategia comunicacional.  Rabsaqué (Rapsaces) como representante del rey Senaquerib hablaba con fluidez hebreo. El usó una estrategia del terror y fue un verdadero propagandista, que deseaba que el pueblo escuchase para desmoralizar sus filas, habló aún más fuerte en hebreo, seleccionó las palabras a fin de aterrorizarlos, se valió de falsas promesas y mentiras, de burla y escarnio a Jehová Yaveh, y planteó al pueblo razones para traicionar al rey Ezequías y rendirse al ejército asirio. (2Re 18:28-35.)

Ezequías o Isaías (el profeta que le ayudó) tuvieron que llevar la estrategia defensiva hasta las últimas consecuencias. Primero alienta a las tropas a no perder la Fe en Yaveh. Luego él o Isaías envían un mensajero (ángel) que hizo la operación secreta referida en la cual contaminó las aguas al momento del atardecer. En pocas horas los síntomas mortales de una verdadera "peste y enfermedad" (tal como escribió Josefo) mataría a miles de asirios durante la noche. De esta forma, Ezequías logró mantener unida a la nación y le Fe en la Deidad YHWH fué reinvindicada del escarnio de los Asirios.

Es interesante que en el relato jamás se cuestiona a Ezequias por todas las acciones defensivas lógicas que tenía que realizar de manera práctica. No se le acusa por falta de Fe al ser tan previsor. Finalmente los cronistas tras el exilio introducen mayor dramatismo a la situación del clímax en dónde vemos a un Ezequías desesperado que ora por ayuda. Y al final, de forma muy escueta se dice que un Mensajero del Señor hizo justicia.

Sin embargo, todos los elementos circunstanciales apuntan a lo analizado en la entrada: el gran túnel, las murallas defensivas, el cegado de los manantiales, el arrinconamiento de los asirios a una fuente de agua, etc. De alguna forma cuando se habla del ángel o mensajero no es una mentira por parte de los cronistas judíos posteriores. Pero tampoco quisieron explicar la relación con la proeza del túnel, aunque dejaron las pistas salpicadas en varias partes del relato. Es interesante que las crónicas de Senaquerib omiten este asunto, e invierten la situación (por un claro orgullo nacional).

También Heródoto habla de que "cayó durante la noche un tropel de ratones campestres que royeron sus aljabas, sus arcos y, asimismo, los brazales de sus escudos". Es posible que debido a los muertos envenenados o a las mismas aguas infestadas, se produjera este fenómeno de los ratones descrito por Heródoto.

Es curioso que esos mismos días Ezequias enferma de gravedad. El relato nos habla de un divieso o hinchazón que claramente ocurre como algunas reacciones alérgicas a ciertas sustancias. ¿Es que el Rey al ser uno de los pocos que sabía de la acción final de envenenar las aguas del enemigo, se contaminó al manipular el elemento tóxico?  ¿O tal vez Ezequías ingirió alguna muestra del agua que se iba a contaminar? Es sumamente extraño que mientras un ángel celestial hería a los Asirios al mismo tiempo el fiel Ezequías se enfermaba de forma mortal. Lo que dice Josefo sobre el "peligro de un peste" y "enfermedad" que asolaba a las tropas Asirias, acontece mientras Ezequías enferma.... es sumamente coincidente.

No creo que sea una mentira el hecho de decir que fué un "ángel" el que mató a los asirios, cuando Mensajero es claramente un "ángel". Hasta la Sociedad Watchtower en más de una ocasión ha dicho que los ángeles del Apocalipsis eran los "superintendentes ungidos" de las congregaciones. ¿Por qué escandalizarse con la posibilidad de un Mensajero Humano ejecutor? ¿Habrá sido Isaías u otro Agente el ángel de Jehová? (En Isaías 63:9 quizás el profeta habla de sí mismo). Isaías 7:3 también nos muestra que el profeta conocía muy bien la zona del estanque de la calzada del "campo del lavandero".

Finalmente es interesante como el redactor de Crónicas vincula casi inconscientemente el suceso de la muerte de los asirios con la cuestión del túnel:

30 Y Ezequías fue el que cegó la fuente superior de las aguas de Guihón y las mantuvo dirigidas directamente abajo a lo largo, hacia el oeste a la Ciudad de David, y Ezequías continuó logrando éxito en toda obra suya. 31 Y así fue como, mediante los voceros de los príncipes de Babilonia que fueron enviados a él para inquirir acerca del portento presagioso que había sucedido en el país, el Dios [verdadero] lo dejó para ponerlo a prueba, para llegar a saber todo lo que había en su corazón. - 2 Crónicas 32

Es cierto que el Halo posterior de "portento presagioso" es producto de los comentarios populares del suceso, y la narrativa final de Esdras y los cronistas de la era post exilio. Pero tampoco los juzgo. ¿Es que acaso los movimientos religiosos no intentan crear historia sagrada de la historia seglar? ¿Cómo no olvidar a quiénes afirman que en 1919 vino Jesús a la Tierra e hizo un nombramiento a una clase especial? ¿Es que acaso eso no es crear "historia sagrada" de una historia seglar? ¿Qué pasaría si alguién en el futuro encuentra una revista religiosa que afirma eso y entonces lo toma como historia seglar?

En conclusión, la historia del ángel destructor fué real, pero la interpretación moderna que se le ha dado parece ser que se aleja del contexto en el que ocurrieron los sucesos. Quizás podamos aceptar la noción de un ángel celestial por qué le da un "halo" sagrado a la acción de matar o nos cause mayor asombro y espectacularidad, pero claramente el efecto es el mismo de aniquilar al enemigo, lo cual coloca al elemento humano realizando acciones en nombre del Dios de Israel.

Notamos que muchas de las intervenciones externas de los castigos de Dios, son más bien obras de la naturaleza y en algunos casos, hábiles estrategias. Y con los siglos éstos sucesos fueron atribuidos directamente a Dios.

Nota: Sabemos que en la época de Exequias se compusieron algunos Salmos. El Dr. Ethelbert Bullinger cree que uno de ellos es el Salmo 91, y los versos son sugerentes:

“Porque él mismo te librará de la trampa del pajarero,
de la peste que causa adversidades.

No tendrás miedo de nada pavoroso de noche,
ni de la flecha que vuela de día,
ni de la peste que anda en las tinieblas.

Mil caerán a tu lado mismo,y diez mil a tu diestra;
a ti no se te acercará.

no te acaecerá ninguna calamidad,
y ni siquiera una plaga se acercará a tu tienda.

Porque él dará a sus propios ángeles un mandato acerca de ti,
para que te guarden en todos tus caminos.

Sobre el león joven y la cobra pisarás;
hollarás al leoncillo crinado y a la culebra grande.

Con largura de días lo satisfaré,
y le haré ver la salvación por mí.

Son sugestivas algunas frases remarcadas. El registro de esta campaña militar en los anales asirios alardea de que Senaquerib encerró a Ezequías en Jerusalén como ‘un pájaro en una jaula’.  Luego se habla mucho de la peste, la plaga nocturna, los miles de muertos y la intervención de ángeles. La serpiente en Isaías ha sido asociada con el gran Leviatán Asirio, y león alado era usado por ellos.  Notamos ya que  “los hombres de Ezequías, rey de Judá” (Pr 25:1.) comenzaron a crear la historia épica de la salvación de los Asirios y del recobro de la salud del rey, y dejaron pistas en relación a esa peste o plaga nocturna que “causó adversidad”.