El gran problema es que
muchos siguen entendiendo el "Reino de Dios" como una versión 2.0 de
como lo entendían los judíos, o sea, un gobierno que acabaría con los gentiles
y establecería la Nueva Tierra con una capital en Jerusalén. Esto ligeramente
ha cambiado en los grupos cristianos que esperan que el Reino aniquile a los
incrédulos e infieles (la versión moderna de los gentiles), y que se establezca
un Reino que gobierne desde los cielos (la versión moderna de la Jerusalén
terrestre), trayendo las bendiciones de un nuevo mundo.
Sin embargo, éstas ideas son mediante la teoría de que el Antiguo Testamento arroja luz sobre la definición del Reino, cuando es realmente Jesús de Nazaret y su revelación quién lo definió correctamente. Por ejemplo, hay quiénes recurren a Daniel y otros pasajes que evidentemente tenían la idea judaica del reino, pero olvidan que Jesús mismo mediante sus enseñanzas lo explica realmente y lo predicó en sentido pleno:
Sin embargo, éstas ideas son mediante la teoría de que el Antiguo Testamento arroja luz sobre la definición del Reino, cuando es realmente Jesús de Nazaret y su revelación quién lo definió correctamente. Por ejemplo, hay quiénes recurren a Daniel y otros pasajes que evidentemente tenían la idea judaica del reino, pero olvidan que Jesús mismo mediante sus enseñanzas lo explica realmente y lo predicó en sentido pleno:
(1603.4) 142:7.3 Jesús explicó muy claramente que el reino del cielo era una experiencia evolutiva, que comenzaba aquí en la tierra y progresaba a través de las estaciones sucesivas de vida hasta el Paraíso. En el curso de la noche declaró definitivamente que en una etapa futura del desarrollo del reino, volvería a visitar este mundo, en poder espiritual y gloria divina.
Esto lo notamos incluso en la Biblia. Hay textos que nos indican el aspecto personal del reino, al buscarlo en primer lugar, verlo como una perla de gran precio, un tesoro escondido, etc; (Mateo 6:33; 13:44-46).
Y el reino se extiende hasta la región celestial como el reino de los cielos como una progresión hasta el Padre (Mateo 5:3; 25:34).
También en esa "etapa futura del desarrollo del reino" Jesús volvería cuando el árbol que creció del grano de mostaza da albergue a las aves, y la levadura se expande en la masa. En las Escrituras precisamente notamos esas connotaciones del reino (Mateo 13:31-33).
Y el reino se extiende hasta la región celestial como el reino de los cielos como una progresión hasta el Padre (Mateo 5:3; 25:34).
También en esa "etapa futura del desarrollo del reino" Jesús volvería cuando el árbol que creció del grano de mostaza da albergue a las aves, y la levadura se expande en la masa. En las Escrituras precisamente notamos esas connotaciones del reino (Mateo 13:31-33).
(1603.5) 142:7.4 Luego explicó que la «idea del reino» no era la mejor manera de ilustrar la relación del hombre con Dios; empleaba estos tropos porque el pueblo judío estaba esperando el reino y porque Juan había predicado en términos del reino venidero. Dijo Jesús: «Los pueblos de otra era comprenderán mejor el evangelio del reino cuando se lo presente en términos que expresen la relación familiar —cuando el hombre comprenda la religión como la enseñanza de la paternidad de Dios y de la hermandad de los hombres, la filiación con Dios». Luego el Maestro discurrió con cierta amplitud sobre la familia terrestre como ilustración de la familia celestial, volviendo a declarar las dos leyes fundamentales del vivir: el primer mandamiento de amor al padre, el jefe de la familia, y el segundo mandamiento de amor mutuo entre los hijos, de amar a tu hermano como a ti mismo. Procedió luego explicando que esta cualidad de afecto fraternal se manifestaría invariablemente en servicio social, generoso y amante.
Notamos que los Documentos de Urantia utilizan la expresión "tropo". Un tropo es el cambio de dirección de una expresión que se desvía de su contenido original para adoptar otro contenido.
Jesús utilizó la expresión “reino” como una analogía para describir la expansión de la influencia del amor de Dios sobre la humanidad. Los judíos esperaban un reino material y Cristo usó esa misma frase para introducir la idea de un Reino espiritual y una fraternidad basada en el amor. De esa forma, Jesús les ayudaría con sabiduría a erradicar sus ideas equivocadas al mostrarles que es lo que era y no era realmente el Reino de Dios. Las ilustraciones antes comentadas tenían ese objeto. Y los escritos apostólicos muestran que las comunidades cristianas entendieron ese concepto familiar. Rom 14: 17: "porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo". Colosenses 1:13: "Él nos libró de la autoridad de la oscuridad y nos transfirió al reino del Hijo de su amor".
Y algo interesante es que los Documentos declaran que: Dijo Jesús: «Los pueblos de otra era comprenderán mejor el evangelio del reino cuando se lo presente en términos que expresen la relación familiar —cuando el hombre comprenda la religión como la enseñanza de la paternidad de Dios y de la hermandad de los hombres, la filiación con Dios».
Esto significará que la expresión “reino” no será necesaria utilizarla al hablar de ese "reino" o área de acción del Padre Universal, ya que lo presentaremos en los términos más asociados a la relación familiar.
En el primer siglo el cristianismo sufre una desviación hacia la figura de Jesús de Nazaret. Luego ésta es exaltada y se transforma en un culto imperial. El concepto de reino se funde con una Iglesia temporal, pagana, estatal y opresiva que por siglos domina a los cristianos.
La Reforma Protestante no logra restaurar el mensaje de Jesús, pero si logra romper con el centralismo católico. Los movimientos de "restauración" del siglo XIX intentan retornar al cristianismo primitivo, con sus modos y estilos. Logran aparecer muchos grupos "cristianos". Comienzan a existir varias interpretaciones para entender el reino. Algunos de estos grupos hablan solo de un concepto místico del corazón. Otros de un retorno de Jesucristo a Palestina en poder y gloria para dirigir desde allí a la iglesia en un reino desde la Jerusalén física, otros de un gobierno celestial muy similar a las ideas anteriores, pero con sede en los cielos que pronto traerá un juicio a la humanidad.
Todas estas ideas surgen de análisis separados y sesgados de los conceptos del reino. Algunos grupos comienzan su estudio edificando con la idea dominante desde las Escrituras Hebreas como Daniel 2:44 para dirigir las expresiones de Jesús sobre el Reino, cuando la revelación dada por Jesús contiene en realidad las expresiones para arrojar luz en torno al reino y guiar correctamente el mensaje de las Escrituras Hebreas.
Esto ha provocado que resurgan los anhelos básicos de un asistencialismo celestial, la reducción del Reino a un mero gobierno que traerá vivienda, salud, educación, bienestar material, etc. El mismo anhelo de los judíos de hace 2000 años, pero que lo esperaban en la Jerusalén literal.
Y muchos creen que por el mero uso de la palabra "reino" lo predican correctamente, como si usar la palabra fuese una especie de credencial, cuando las "muchas palabras" no significan comprensión real de un asunto, sino fosilización espiritual, un mero fetichismo sagrado.
Todas estas ideas se han desviado del auténtico concepto del Reino de Dios. Pero ha de llegar el momento en que se recobre el rumbo. No debe intentarse una "restauración del cristianismo primitivo" ya que aquel movimiento es el producto adaptado a la cultura religiosa y época de esos tiempos. Por esa razón, las iglesias modernas fracasan en sus intentos de transferir esos esquemas a una era diferente de la humanidad al modernizar algo externo.
Debe entenderse que el Reino fué un tropo usado por Jesús de Nazaret. Hoy esa expresión deberá ser declarada de otra forma. El creyente ha de comprender que la Relación de la paternidad de Dios y la hermandad humana es la clave de este Evangelio.
Durante siglos, la Figura de Jesús y no su mensaje, ha sido la clave para cohesionar a los creyentes. Esto ha provocado hasta guerras religiosas en el nombre de Jesús y un atraso en la auténtica expansión del reino, además del distanciamiento de personas que practican religiones como el Islam, Budismo, etc.
Luego, todas las interpretaciones sobre el reino por varios grupos han provocado el actual estancamiento y que el hombre contemporáneo no pueda saciar su hambre espiritual
(1863.12) 170:4.14 Este mundo no ha probado nunca seria, sincera u honestamente estas ideas dinámicas, estos ideales divinos de la doctrina de Jesús del reino del cielo.
La única forma en que podemos comenzar a realizar esta obra es:
Primero nosotros transformarnos. Nacer otra vez y descubrir la filiación con Dios.
Solo al experimentar al Padre Viviente podemos revelarlo a los hombres. Esta es la única forma de predicar plenamente el Reino de Dios.
En el primer siglo el cristianismo sufre una desviación hacia la figura de Jesús de Nazaret. Luego ésta es exaltada y se transforma en un culto imperial. El concepto de reino se funde con una Iglesia temporal, pagana, estatal y opresiva que por siglos domina a los cristianos.
La Reforma Protestante no logra restaurar el mensaje de Jesús, pero si logra romper con el centralismo católico. Los movimientos de "restauración" del siglo XIX intentan retornar al cristianismo primitivo, con sus modos y estilos. Logran aparecer muchos grupos "cristianos". Comienzan a existir varias interpretaciones para entender el reino. Algunos de estos grupos hablan solo de un concepto místico del corazón. Otros de un retorno de Jesucristo a Palestina en poder y gloria para dirigir desde allí a la iglesia en un reino desde la Jerusalén física, otros de un gobierno celestial muy similar a las ideas anteriores, pero con sede en los cielos que pronto traerá un juicio a la humanidad.
Todas estas ideas surgen de análisis separados y sesgados de los conceptos del reino. Algunos grupos comienzan su estudio edificando con la idea dominante desde las Escrituras Hebreas como Daniel 2:44 para dirigir las expresiones de Jesús sobre el Reino, cuando la revelación dada por Jesús contiene en realidad las expresiones para arrojar luz en torno al reino y guiar correctamente el mensaje de las Escrituras Hebreas.
Esto ha provocado que resurgan los anhelos básicos de un asistencialismo celestial, la reducción del Reino a un mero gobierno que traerá vivienda, salud, educación, bienestar material, etc. El mismo anhelo de los judíos de hace 2000 años, pero que lo esperaban en la Jerusalén literal.
Y muchos creen que por el mero uso de la palabra "reino" lo predican correctamente, como si usar la palabra fuese una especie de credencial, cuando las "muchas palabras" no significan comprensión real de un asunto, sino fosilización espiritual, un mero fetichismo sagrado.
Todas estas ideas se han desviado del auténtico concepto del Reino de Dios. Pero ha de llegar el momento en que se recobre el rumbo. No debe intentarse una "restauración del cristianismo primitivo" ya que aquel movimiento es el producto adaptado a la cultura religiosa y época de esos tiempos. Por esa razón, las iglesias modernas fracasan en sus intentos de transferir esos esquemas a una era diferente de la humanidad al modernizar algo externo.
Debe entenderse que el Reino fué un tropo usado por Jesús de Nazaret. Hoy esa expresión deberá ser declarada de otra forma. El creyente ha de comprender que la Relación de la paternidad de Dios y la hermandad humana es la clave de este Evangelio.
Durante siglos, la Figura de Jesús y no su mensaje, ha sido la clave para cohesionar a los creyentes. Esto ha provocado hasta guerras religiosas en el nombre de Jesús y un atraso en la auténtica expansión del reino, además del distanciamiento de personas que practican religiones como el Islam, Budismo, etc.
Luego, todas las interpretaciones sobre el reino por varios grupos han provocado el actual estancamiento y que el hombre contemporáneo no pueda saciar su hambre espiritual
(1863.12) 170:4.14 Este mundo no ha probado nunca seria, sincera u honestamente estas ideas dinámicas, estos ideales divinos de la doctrina de Jesús del reino del cielo.
(1862.8) 170:3.11 Este nuevo orden social poco lo conoce el mundo porque se ha negado a practicar los principios del evangelio del reino del cielo. Y cuando este reino de preeminencia espiritual llegue a la tierra, no se manifestará simplemente en mejores condiciones sociales y materiales, sino más bien en la gloria de aquellos valores espirituales elevados y enriquecidos que son característicos de la era que se avecina de mejores relaciones humanas y de alcances espirituales cada vez más avanzadas.
¿Nos estamos preparando para la aventura de retomar de forma histórica el auténtico Evangelio y proclamarlo a toda la Tierra? ¿Lo hemos comenzado a realizar en nuestra área de acción inmediata?
En una ocasión Jesús dijo que al hombre no se le enseñará su evangelio tanto por lo que decimos,sino más bien por lo que hacemos.
(1569.4) 140:1.7 «Lo que vuestros ojos contemplan, este pequeño núcleo inicial de doce hombres comunes, se multiplicará y crecerá hasta que finalmente toda la tierra se colme con alabanzas a mi Padre. Y no será tanto por las palabras que vosotros habléis, sino por la vida que vosotros viváis que los hombres conocerán que habéis estado conmigo y que habéis aprendido sobre realidades del reino.
Debemos al hombre (1466.2) 132:7.2 «mediante nuestra manera de vivir mostrarle al Padre celestial, y tal vez tanto lo atraería nuestra vida de hijos de Dios que se vería obligado a preguntarnos acerca de nuestro Padre. No puedes revelar a Dios a los que no lo buscan; no se puede conducir al regocijo de la salvación a las almas que no quieren ser salvadas. Es necesario que el hombre llegue a anhelar la verdad como resultado de las experiencias de la vida, o que desee conocer a Dios como resultado del contacto con la vida de los que han conocido al Padre divino, antes de que otro ser humano pueda actuar como medio para conducir a ese mortal al Padre celestial. Si conocemos a Dios, nuestra tarea verdadera en la tierra es vivir de modo tal que el Padre pueda revelarse en nuestra vida, y así todas las personas que buscan a Dios verán al Padre y pedirán nuestra ayuda para averiguar más acerca del Dios que de ese modo encuentra expresión en nuestra vida».
Primero nosotros transformarnos. Nacer otra vez y descubrir la filiación con Dios.
Solo al experimentar al Padre Viviente podemos revelarlo a los hombres. Esta es la única forma de predicar plenamente el Reino de Dios.