Cuando analizamos la Historia, esta contiene varios “fines del mundo”, “caídas
de sistemas” y “colapso de civilizaciones”. Egipto, Roma, Los Mayas, Constantinopla,
La Revolución Francesa y tantos casos son ejemplos de estos colapsos locales que
dan pasos a reinvenciones, renacimientos y a una forzada evolución en la
Humanidad. La diferencia ahora es que el mundo está más globalizado e interconectado.
La caída y colapso podría ser mayor.
Los Documentos de Urantia NO son de índole catastrofista o profética en
el sentido religioso. Sin embargo, sí advierten que los fines de los sistemas
son fenómenos sembrados y cosechados por la misma Humanidad. Jesús nos avisa
que no hemos de ceder al temor y pánico morboso por estos asuntos, ni centrar
nuestro mensaje de Buenas Noticias en estas calamidades. Nos dice que aunque la
“caída de los imperios”, y los “fines de época” pueden ser muy reales, para los
Hijos de Dios nada debe ser una preocupación agobiante. Todo lo anterior nos
muestra que aunque el tema central no debe ser en nosotros el colapso de la
civilización, tampoco es negado.
(1863.13) 170:4.15 Aunque Jesús se
refirió a una fase del reino situada en el futuro, y
sugirió en numerosas ocasiones que dicho acontecimiento podría suceder como
parte de una crisis mundial.
Una crisis mundial podría estar
asociada a una fase futura del reino. (Pero no debe confundirse la crisis
mundial con un castigo divino, “intervención divina” tal como se entiende, sino
que solo coincidiría). Por ejemplo,
el Fin de la Civilización Judía en el año 70 fue germinada por los propios
nacionalistas judíos, trayendo la revuelta contra los romanos, y esto coincidió con una fase de expansión del
cristianismo que permitió que fuera un mensaje más universal, alejado de sus
conexiones judías.
Por ejemplo, actualmente
una Gran Crisis planetaria podría hacer tambalear la fe en el sistema
materialista, y pavimentar la expansión global del reino (el evangelio), esta
crisis ayudaría a la receptividad del mensaje espiritual, dejando la Era gastada
material.
Si llega a desatarse una crisis
global sabemos que ésta golpeará los cimientos de la Era materialista y
consumista humana. Millones están hipnotizados con la autogratificación y la
búsqueda del placer asociada al materialismo.
Esta crisis, sea una guerra global o
cualquier otra calamidad a gran escala, traerá perturbación a los humanos.
Vivirla será muy difícil para todos. Tendrá características de una “gran tribulación”,
y muchos religiosos lo entenderán así con justa razón.
Algunos creerán que es inminente el
castigo de Dios. Y otros adquirirán sabiduría que les cambie su sistema de
vida. Y también muchos morirán en la convulsión social en dónde algunas masas
se lancen para aniquilar a los poderosos y ricos.
Pero esto significará finalmente la
esperanza de un reajuste mundial positivo. Esto bien puede ser la aceleración
del reino de Dios en la tierra. Y también dejará en evidencia el fracaso de las
religiones fosilizadas que fueron inútiles para impedir ese episodio de
anarquía humana.
Esta fase de crisis humana quizás
avive las esperanzas de algunos religiosos. Sin embargo, es altamente posible
que Cristo no retorne en medio de esas circunstancias y les provoque una
decepción final que les obligue a reconsiderar sus mapas proféticos de sucesos.
Esa crisis solo servirá para catalizar
mayores transformaciones en la Tierra.
No debemos mezclar necesariamente el
Regreso de Micael con una crisis global. Sin embargo, he llegado a discernir
que la crisis global preparará el camino para
la verdadera predicación del auténtico evangelio en la Tierra, y entonces aquella transformación positiva
después de la crisis nos acercará al Retorno del Maestro.
(1915.1) 176:2.4 «Ahora
me contempláis en debilidad y en la carne, pero cuando retorne, será con poder
y en el espíritu. El ojo de la carne contempla al Hijo del Hombre en la carne, pero sólo el ojo del espíritu podrá
contemplar al Hijo del Hombre glorificado por su Padre y apareciendo en la
tierra en su propio nombre.
(1915.2) 176:2.5 «Pero
los tiempos de la reaparición del Hijo del Hombre tan sólo son conocidos en los
concilios del Paraíso; ni siquiera los ángeles del cielo saben cuándo esto
ocurrirá. Sin embargo, deberíais
comprender que, cuando este evangelio del reino haya sido proclamado a todo el
mundo para la salvación de todos los pueblos, y cuando la plenitud de la era
haya acontecido, el Padre os enviará otro otorgamiento dispensacional, o si no,
el Hijo del Hombre retornará para adjudicar la era.
(1915.3) 176:2.6 «Ahora
bien, en cuanto a las tribulaciones de Jerusalén, de las que os he hablado, no
pasará esta generación hasta que se cumplan mis palabras; pero en cuanto a los
tiempos del nuevo advenimiento del Hijo del Hombre, nadie en el cielo ni en la
tierra puede presumir hablar. Pero
conoced la maduración de una era; debéis estar alertas para discernir los
signos de los tiempos. Sabéis que cuando ya la rama de la higuera está tierna y
brotan sus hojas, el verano está cerca. Del mismo modo, cuando el mundo haya
pasado el largo invierno de la mentalidad materialista y discernáis el
advenimiento de la primavera espiritual de una nueva dispensación, sabréis que
se acerca el verano de una nueva visitación.
Tenemos ahora estas claves para
captar el regreso de Micael:
1- Solo el ojo espiritual verá al
Maestro retornar.
2- El evangelio del reino (Paternidad
de Dios y hermandad humana) será proclamado a todo el mundo. No como frase
cliché o mística, sino como un método real verdaderamente Educador para cambiar
el mundo. Este será el renacer de las enseñanzas de Jesús.
3- El invierno de la mentalidad
materialista del mundo estará en retirada.
Pero como hemos visto,
lamentablemente la humanidad muy posiblemente experimente una cosecha final de
crisis que derrumbará los ideales materialistas, para que posteriormente se predicado (y enseñado) el Reino de una forma global sin precedentes, y después de eso, venga
Micael:
(2082.5) 195:8.13 La
secularización completa de la ciencia, la educación, la industria y la sociedad
puede conducir tan sólo al desastre. Durante el primer tercio del siglo veinte
los urantianos mataron a más seres humanos que los que fueron matados durante
la entera dispensación cristiana hasta ese momento. Y éste es tan sólo el comienzo de
la amarga cosecha del materialismo y el secularismo; destrucciones aún más
terribles están por ocurrir.
Lo anterior claramente indica que “el materialismo debe cosechar
destrucciones terribles por ocurrir”.
Es
después de esta crisis que finalmente emergerá como la única esperanza humana
el ideal de las enseñanzas de Jesús como el único medio para preservar la vida
en la tierra.
Pero las Enseñanzas de Jesús no serán
enfocadas desde una Perspectiva religiosa asociada a las Iglesias, sino como un
medio “científico”, práctico y real en la resolución de los males del mundo.
(2082.8) 195:9.3 Las
enseñanzas de Jesús, aunque grandemente modificadas, sobrevivieron a los cultos
de misterio en el tiempo de su nacimiento, a la ignorancia y la superstición de
la edad de las tinieblas, y aún ahora están triunfando poco a poco sobre el
materialismo, el mecanicismo y el secularismo del siglo veinte. Y estas eras de grandes pruebas y
peligro de derrotas siempre son eras de grandes revelaciones.
(2082.6) 195:9.1 No
descuides el valor de vuestra heredad espiritual, el río de verdad que fluye
por los siglos, aun hasta los tiempos estériles de una era materialista y
secular. En todos vuestros esfuerzos valiosos por liberaros de los credos
supersticiosos de las eras pasadas, aseguraos de conservar la verdad eterna. Pero, ¡sed pacientes! Cuando haya
pasado la actual rebelión contra la superstición, las verdades del evangelio de
Jesús persistirán gloriosamente para iluminar un camino nuevo y mejor.
(2082.7) 195:9.2 Pero
el cristianismo paganizado y socializado necesita un nuevo contacto con las
enseñanzas no transigidas de Jesús; languidece por falta de una nueva visión de
la vida del Maestro en la tierra. Una
nueva y más plena revelación de la religión de Jesús está destinada a
conquistar el imperio del secularismo materialista y a derrotar la influencia
mundial del naturalismo mecanicista. En este momento, Urantia se tambalea en el
borde mismo de una de las épocas más sorprendentes y cautivantes de reajuste
social, aceleración moral y esclarecimiento espiritual.
(2083.3) 195:9.7 Los
hombres y mujeres egoístas francamente no quieren pagar este precio, ni
siquiera para conseguir el tesoro espiritual más grande que se haya ofrecido
jamás al hombre mortal. Sólo
cuando el hombre se haya desilusionado suficientemente de las congojas y
desencantos que acompañan a la búsqueda necia y engañosa del egoísmo, y
haya posteriormente descubierto la esterilidad de la religión formalizada,estará
dispuesto a volverse de todo corazón hacia el evangelio del reino, la religión
de Jesús el Nazareno.
Sí, las crisis que han de golpear a la humanidad servirán para que millones abran los ojos espirituales hacia la verdad y la bondad. Y entonces el Evangelio de Jesús triunfará sobre las otras técnicas humanas fracasadas.
Entonces, solo entonces, al recobrar el rumbo, la Humanidad estará lista para recibir a Micael en su retorno.
Nosotros tenemos una pesada responsabilidad. De la misma forma como Juan preparó el terreno para Jesús, hemos de crear una generación de líderes y maestros que han de ayudar a la humanidad a superar la crisis.
Este
Cuerpo de Reserva del Destino será clave para guiar a muchos hombres de buen
corazón que estarán confusos, y
esto será en un futuro inminente.
(1863.12) 170:4.14 Este
mundo no ha probado nunca seria, sincera u honestamente estas ideas dinámicas,
estos ideales divinos de la doctrina de Jesús del reino del cielo. Pero no debéis desalentaros por
el progreso aparentemente lento de la idea del reino en Urantia. Recordad que el orden de la evolución progresiva
está sujeto a periódicos cambios repentinos e inesperados tanto en el mundo
material como en el mundo
espiritual. El autootorgamiento de Jesús como Hijo encarnado fue precisamente
un acontecimiento extraño e inesperado de esa naturaleza en la vida espiritual
del mundo. No cometáis tampoco
el error fatal, al buscar la manifestación del reino en la era, de no ocuparos
de establecerlo en vuestra alma.
Nuestro primer papel es encontrar la filiación con Dios, el Reino en nuestra propia alma. Luego un torrente nos empujará para proclamarlo y vivirlo con vidas inspiradoras.
Cambios repentinos en el mundo material pueden darse y debemos estar listos, no para detener la predicación, sino para expandirla y pregonarla a niveles más grandiosos.
(1864.8) 170:5.8 Pero
no dudéis, este mismo reino del cielo que el Maestro enseñó existe en el
corazón del creyente, y resta ser
proclamado a esta iglesia cristiana, y aun a todas las demás religiones, razas
y naciones de la tierra —aun a cada ser.
(1866.2) 170:5.19 Tarde
o temprano surgirá otro Juan el Bautista más grande, que proclamará que «el
reino de Dios está cerca» —significando un retorno del elevado concepto
espiritual de Jesús, quien proclamó que el reino es la voluntad de su Padre
celestial que domina y trasciende en el corazón del creyente —y haciéndolo
así sin referirse de ninguna manera ni a la iglesia visible en la tierra ni al
segundo advenimiento anticipado de Cristo. Es necesario que ocurra un
renacimiento de las enseñanzas verdaderas de Jesús, una
redeclaración que deshaga el trabajo de sus primeros seguidores, quienes
procuraron crear un sistema socio-filosófico de creencias sobre el hecho de
la estadía de Micael en la tierra. En poco tiempo, la enseñanza de esta
historia sobre Jesús prácticamente suplantó la predicación del
evangelio del reino de Jesús. Así pues, una religión histórica desplazó aquella
enseñanza en la cual Jesús había combinado las ideas morales y los ideales
espirituales más elevados del hombre con la esperanza más sublime del hombre
para el futuro —la vida eterna. Y ése era el evangelio del reino.
(1866.4) 170:5.21 ¡No os equivoquéis! Existe en las enseñanzas de
Jesús una naturaleza eterna que no le permitirá permanecer por siempre sin
frutos en el corazón de los hombres pensadores. El reino, tal como lo
concibió Jesús, ha fracasado en gran parte en la tierra; por ahora, una iglesia
exterior ha tomado su lugar; pero debéis comprender que esta iglesia es tan
sólo la etapa larval del reino espiritual impedido, que lo llevará a
través de esta era material, a una dispensación más espiritual en la que las
enseñanzas del Maestro gozarán de una oportunidad más plena para su desarrollo.
Estemos listos para iniciar esa labor
inmensa y transformadora del mundo. Estemos listos para los cambios globales
que pueden desatarse.