Maniobras, pruebas de misiles y reuniones de emergencia en estas horas marcan la agenda entre EEUU y Corea del Norte.
Aparte de tomar algunas medidas personales razonables, no nos queda mucho por hacer a nivel personal. Sin embargo, me ha dado vuelta un asunto en relación a los Documentos. Si tienen el Libro impreso les recomendaría que lo pusieran a resguardo. Otra opción es descargarlo completo y almacenarlo en un dispositivo seguro para rescate posterior.
Ciertamente el hecho de la II Guerra Mundial fué una de las razones para aplazar la aparición publica de los Documentos hasta después de los años cincuenta. Al parecer fueron custodiados en una caja fuerte en esos tiempos.
El no preservar los Documentos en esta era temprana, podría poner en peligro la cultura espiritual que estamos adquiriendo. Ante la ausencia del material escrito, se pueden generar muchas tergiversaciones. Las revelaciones en general una vez entregadas, ya no gozan del estatus de protección sobrenatural y de la protección ante la alteración:
93:7.4 (1022.2) Vosotros que disfrutáis hoy en día de las ventajas del arte de la imprenta poco comprendéis cuán difícil era perpetuar la verdad durante esos tiempos primitivos; cuán fácil es perder de vista una nueva doctrina de una generación a la otra. Siempre existía la tendencia a que la nueva doctrina quedase absorbida en el cuerpo más antiguo de las enseñanzas religiosas y prácticas mágicas. Una nueva revelación siempre está contaminada por las creencias evolucionarias más antiguas.
Quizás no podamos evitar la distorsión en los siglos posteriores, pero si está en nuestro poder detener ese proceso para que ganemos terreno en que las enseñanzas de Jesús se anclen en el mundo, sería apropiado que los lectores de L.U lo preserven de algún modo.