miércoles, 23 de agosto de 2017

Noé, el precursor del cambio climático

Cada cierto la Tierra experimenta el advenimiento de un cataclismo. Los adanitas antiguos se enfrentaron al desastre del Mediterráneo que hundió el Jardín y causó la muerte de millones de vidas. Posteriormente una serie de vastos diluvios azotaron el mundo antiguo.  Es en medio de este cambio climático en donde aparece el ejemplo inspirador de Noé:

(875.2) 78:7.5 Pero Noé en efecto vivió; era un viñador de Aram, un poblado ribereño cerca de Erec. Llevaba cada año un registro escrito de los días de las crecientes del río. Fue objeto de gran escarnio porque subía y bajaba el valle del río propugnando que se construyeran de madera todas las casas a manera de barcos, y que se subieran a bordo todas las noches los animales domésticos al aproximarse la estación de inundaciones. Iba a los asentamientos ribereños vecinos cada año y les advertía que en tantos días vendrían las inundaciones. Finalmente llegó un año en que las inundaciones fueron aumentadas considerablemente por precipitaciones pluviales insólitas de modo que la crecida repentina aniquiló la aldea entera; sólo se salvaron Noé y su familia inmediata en su casa flotante.

Notamos como Noé es un granjero viñador que vivía cerca de Erec. El era un estudioso del clima y llevaba un registro que le permitió anticiparse a la catástrofe climática que se avecinaba. Pese a la gran burla de sus vecinos, él los anima a construir arcas alertándoles de las inundaciones por llegar. 

Ahora bien, llega un momento en que dicha advertencia se materializó y los grandes ríos se desbordaron y aniquilaron a dichos poblados. Noé se salvó junto a su familia, y sus animales domésticos.

La clave de Noé está en que es un héroe que lucha por salvar a los suyos e incluso a los animales. Realiza algo heroico y demencial: construir una casa-barco.  El nos enseña que crear algo que vaya en contra de todo un sistema es una clave para transformar el mundo de forma heroica. El es el protocientífico y el protoecologista de los hombres actuales.

Noé era descendiente de los noditas y adanitas. Estas razas darían origen al pueblo Sumerio. La historia de Noé impactó profundamente en los pueblos circundantes y en la conciencia del naciente pueblo sumerio. Pese a que Noé usó un método científico, una persona que podía obtener conocimientos del futuro era considerada por esas gentes y en esa época alguien con una vinculación divina. Noé solo podía obtener esa información de los dioses. Y el amor de Noé por sus animales también lo elevó a la imagen de un ser vinculado a la creación, un preservador de la vida. Y Noé fue vindicado.


Estos elementos llevaron a que los Sumerios crearan una historia épica vestida de poesía, una historia en dónde a Noé se le sacralizó e inmortalizó: La Epopeya de Gilgamesh.

¿Qué aprendemos? No es tanto debatir sobre la llamada "intervención divina", sino más bien en lo que debemos hacer para sobrevivir a los cambios, la adaptación, tomar precauciones razonables, etc.

Hoy el cambio climático ya nos ha llegado. Es menester tomar precauciones. Los antiguos anditas o sus descendientes mezclados fueron los artífices de las grandes ciudades subterráneas encontradas en Capadocia. Esto es un ejemplo de sabiduría previsora para aguantar el periodo de convulsión al planeta.