miércoles, 6 de septiembre de 2017

La oportunidad de oro para el hombre

Los desastres naturales, las guerras y destrucciones, la gran tribulación por estallar, tiene un beneficio notable para la Humanidad en términos colectivos. Se "purga" el egoísmo humano. En lenguaje bíblico, se separa "el trigo de la mala hierba", "las ovejas de las cabras", y se avanza a una condición humana mejor.

Los desastres, guerras y violencia NO son causados por Dios. La naturaleza no es justa ni injusta, es indiferente al ser humano. La justicia es una apreciación humana. Cuando nos comemos un animal, eso es "injusto" para ese ser viviente...

Lo único que nos queda como alternativa en la vida es MOSTRAR o NO MOSTRAR AMOR en medio de las crisis. La vida no es para reclamar si es justa o injusta. La vida tampoco es para “establecerse” en ella. Jesús dijo que el “mundo es un puente”, la breve vida o transito en el puente de la materia debe ser invertida en ayudar.  

Es para que en cualesquier circunstancia que tengamos, que el AMOR sea la única alternativa, el ayudarnos mutuamente. 

Las guerras, tragedias y desgracias permiten esa oportunidad de oro al hombre, o también revelan lo que hay en su corazón, el bien o mal, el egoísmo o altruismo. Dios no creó el sufrimiento, pero se permite que exista la ausencia del Amor, para que en medio de la oscuridad solo tengamos una alternativa u otra. Depende de nosotros hacerlo brillar. Todas las religiones humanas finalmente enseñan esa elección.


Todo indica que una gran tribulación está por sobrevenir al mundo, pero después de aquello, el egoísmo será eliminado, porque solo los altruistas y que se ayuden sobrevivirán. Y entonces el Evangelio triunfante de Jesús brillará sobre una Era materialista extinta.