Tengo una sensación extraña. Es como si en estos días
repentinamente nos vamos a encontrar con una noticia escalofriante. Los Documentos
nos advirtieron:
134:6.3 (1490.6) Habrá guerras y rumores de guerras — las naciones se alzarán unas
contra otras — mientras que la soberanía política del mundo esté dividida,
e injustamente mantenida, entre las manos de un grupo de estados nacionales.
134:6.4 (1490.7) Pero las guerras mundiales continuarán hasta
que se cree el gobierno de la humanidad. La soberanía mundial es la única
solución para prevenir las guerras mundiales —no hay otra salida.
134:5.17 (1490.3) Con el progreso científico, las
guerras serán cada vez más devastadoras, hasta volverse prácticamente un
suicidio racial. ¿Cuántas guerras
mundiales habrán de librarse, cuántas ligas de naciones habrán de fracasar,
para que el hombre esté dispuesto a establecer el gobierno de la humanidad, y
empiece a disfrutar de las bendiciones de la paz permanente, y a recoger los
frutos de la tranquilidad de la buena voluntad entre sí mismos —la buena
voluntad mundial—?
Otra guerra mundial enseñará a las naciones a avanzar en el progreso de la verdadera paz mundial. Los hijos renacidos de Dios deberán guiar a los hombres de buena voluntad. Pero el precio que esta generación ha de pagar será dramático y terrible.
Otra guerra mundial enseñará a las naciones a avanzar en el progreso de la verdadera paz mundial. Los hijos renacidos de Dios deberán guiar a los hombres de buena voluntad. Pero el precio que esta generación ha de pagar será dramático y terrible.