En éstas horas criticas la Humanidad se debate en un proceso a la madurez que puede generar gran daño y dolor. La sombra de un conflicto se cierne en el horizonte, el cambio climático y los desastres globales son un pan de cada día, y los trastornos económicos y políticos añaden más incertidumbre.
Pero estas épocas de tinieblas son épocas de oportunidades. La esperanza del mundo, tal como lo declaran los Documentos, radica en aquellas personas que nazcan otra vez, para luego ser los faros en medio de una época complicada de transformación. Estas personas serán la extensión de Dios, la verdadera intervención divina en el mundo.
Saber que eres Hijo de Dios es más que una frase cliché. Tiene todo un significado que quién lo experimenta solo lo comprende. Así es el nuevo nacimiento. El hijo adquiere una relación directa con el Padre, tiende a generar gradualmente un "diálogo" con el Ajustador que le habita, y comienza a practicar el "ponerse en sus manos", el ejercer confianza absoluta en Abba. Por eso, eres un Hijo nacido también por la Fe.
Uno de los primeros obstáculos más grandes que hemos de derrotar en la religión del Espíritu (la religión experencial verdadera) consiste en la disolución del miedo y el temor de herencia animal. El temor paraliza e impide que pongamos Fe en el Padre. Lo hace en las acciones cotidianas en que tenemos que empezar a dar éstos "saltos de fe", a "soltar amarras" y dejar que El nos guié en la vida. Las dudas como pulgas tratan de enquistarse en nuestro ser e intentan bloquear la confianza en el Padre amoroso. Comenzamos a dudar de la bondad de Dios, de nuestro rumbo en la vida, etc.
La verdadera religión significa ésta lucha y conflicto con uno mismo, no sobre metas externas, sino con una transformación del Yo. Por esa razón, es la tarea más fascinante y ardua de todas, el trabajo en uno mismo, a diferencia de las religiones de la mente que exigen hábitos mecánicos externos sin el esfuerzo de transformaciones interiores.
Además en cierto punto, en medio de ésta lucha contra el miedo, nos causa temor lo que éste renacimiento hará con nosotros y el mundo. ¿Por qué?
Es algo demasiado maravillo ya que el Padre te convierte en un Gigante cuando naces otra vez, pero a la vez sabes que todo cambiará, Tu Ser se llenará de Algo maravilloso e indescriptible, una Seguridad que te acompañará por el resto de tu vida, y todo parecerá cooperar para hacer la voluntad de Dios en la Tierra, todo lo mirarás con nuevos ojos, y te derramarás para siempre, podrás transformar el mundo y ser un faro en la Tierra. Todo estará a tu lado, todas las cosas fluirán, pero la vida no será la misma. Tus sueños y esperanzas infantiles de una vida ordinaria y pequeña han de morir. El ego y el apego a lo elemental han de ser dejados atrás.
Es precisamente al contemplar el abismo y la grandeza de lo que viene, y el que tengan que morir algunas de tus ambiciones, por lo que éste Salto de Fe justo en el borde es aplazado. Por éstas razones, tantos dilatan este compromiso interno o consagración voluntaria con el Padre.
(Es el salto de Fe final en la búsqueda del simbólico grial interior).
Pero éstos miedos son infundados. La Vida entregada al Padre no significa esclavitud ni renuncia, tampoco dejar de hacer las cosas elementales de la vida. Al contrario, todas éstas cosas son revestidas de un nuevo significado. Pero es algo tan maravilloso, y el compromiso con el mundo es tan sublime, que el fantasma del temor aparece para molestarte antes de este Salto de Fe. El miedo quiere que no mueras a tu visión egoísta o victimista del mundo, porque es cómodo seguir así, y desea evitar que puedas Nacer Otra Vez en toda su dimensión. En cambio, el Nuevo Nacimiento te convierte en un Ser de Poder, en un Hijo de Dios, un dios en miniatura-semilla y promesa en Asociación maravillosa con el Padre.
Pero no tengamos miedo, nuestro destino es inevitable. Podemos aplazar encontrar al Padre, pero algún día nos enfrentaremos a Crecer. Quizás recuerdas tu transición llena de miedos desde la niñez a la adolescencia, y de ésta a la adultez. Toda transformación implica muerte, renacimiento y transformación. Nacer Otra Vez es la meta suprema para la existencia Humana, es lo único que realmente llena de felicidad y da seguridad al hombre, y es la única esperanza del mundo, ya que mientras más personas renazcan, el Reino de Dios se manifestará en la Tierra.
Haz ejercicios: Cada día, al levantarte ponte en las manos de Abba. Deja que él te guié y reduzca tus pensamientos de miedo o ansiedad sobre el futuro, etc. Confía en él. Luego pídele que te vaya guiando en todas las acciones y observa como te responde. Siempre él te empujará a la verdad, belleza interior y bondad. Así que presta atención a esos pensamientos sublimes que son el Fruto del Espíritu y déjate guiar por ellos. Siente a Dios que te reconforta y guía. Luego pídele señales y haz pactos con él. Verás como te responde.
(Pero recuerda, ésta experiencia con Dios es personal e intransferible. El Padre trabaja en la medida de cada voluntad, así que es solamente algo único y tuyo. La búsqueda del grial es algo exclusivamente personal e íntimo. El mundo solo se entera por el fruto espiritual que produces).
Ejercita la Fe, lucha contra los miedos diarios y cada día gradualmente avanza en esos ejercicios. Notarás como tu visión del mundo se transforma, comenzarás a llenarte de bondad, perdón, amor y comprensión, incluso por quienes te han lastimado. Luego esa Fe ha de crecer y algún día tu Diálogo con el Padre te indicará que estás listo para la Consagración, esa transformación maravillosa que te llevará a ser un Faro aún más luminoso en transformar e inspirar los cambios en el mundo y ayudar a otras vidas. Entonces saltarás ese salto de Fe, un paso gigante que te acercará a la fusión con Dios, el Grial de la Vida Eterna.
En Abba, siendo un 2 de noviembre de 2017.