miércoles, 14 de marzo de 2018

Un análisis de la Revelación a la luz de la Quinta Revelación - Parte I



Este tema lo quería escribir hace muchos años. El Apocalipsis de Juan ha sido interpretado por decenas de Iglesias y Grupos Religiosos. Y la misma estructura del libro se ha prestado precisamente para decenas de interpretaciones por éstos mismos grupos. Cada cual asume cierta “iluminación divina” al creer que su interpretación es la correcta. Por ejemplo, hay grupos que creen que la “Ramera” es Estados Unidos, otros que es el conjunto de religiones organizadas, otros que fue la antigua Roma, etc. La “bestia salvaje” es para algunos la Unión Europea, para otros la ONU, para otros Rusia o China, etc. Esto nos hace ver que si alguna de estas interpretaciones es correcta, significaría una preferencia divina sobre ciertos individuos o grupos, algo en el fondo peligroso y sectario. Por ende, debemos someter esto al análisis que indica otra realidad más evidente y pragmática.

Es interesante la declaración que hace la Quina Revelación sobre la Revelación de Juan:

(1555.7) 139:4.14 Durante su exilio temporal en Patmos, Juan escribió el libro del Apocalipsis, que vosotros ahora tenéis en su forma muy resumida y distorsionada. Este libro del Apocalipsis contiene los fragmentos que quedaron de una gran revelación, porque se perdieron grandes porciones, otras fueron eliminadas después de que Juan las escribiera. Se lo preserva tan sólo en forma fragmentaria y adulterada.

Puede que a algunos lectores de tradición bíblica lo anterior les incomode, pero deben enfrentarse al hecho de que si se lograra una interpretación correcta del Apocalipsis actual, implicaría inflarse IMPLÍCITAMENTE  (aún sin ánimo de orgullo) con las credenciales de superioridad religiosa, algo que todos los grupos intentan obtener. Significaría aceptar (aún sin orgullo) que Dios otorga "iluminación" sobre otros, algo que todos al final dicen tener.

Es por lo tanto, una batalla perdida, una pérdida de tiempo, porque aunque yo intente lograr una interpretación lógica de Revelación, llevaría a mi ego a creer que mi interpretación es la correcta y que tengo cierto grado de iluminación especial o toque divino (aunque no lo reconozca: “porque a mí y a otros no…”), algo que me encerraría en una burbuja sectaria mental, aun no estando en ninguna religión.

Pero los hechos demuestran que la cita de los Documentos es lo más coherente y sensato. El mismo Martín Lutero miraba con sospechas al Libro de Apocalipsis, y su inclusión muy tardía al Canon Bíblico indica que tuvo muchas “metidas de mano”. Insistir en querer interpretar el Apocalipsis con la forma que tiene hoy, sería edificar sobre una amalgama imperfecta y peligrosa de ladrillos, piedras, barro y adobe. Podríamos construir toda una edificación conceptual y teológica sobre conceptos erróneos o mezclados entre verdad y alteración.

Y al respecto, es notable que el Libro de Urantia rescate algunas de las frases originales y no adulteradas del Apocalipsis:

El mar de cristal y la marca de la bestia



47:10.2 (539.4) Juan el Revelador vio una visión de la llegada de una clase de mortales en avance desde el séptimo mundo de estancia a su primer cielo, las glorias de Jerusem. Registró: «Y vi como si fuese un mar de cristal entremezclado con fuego, y vi a aquellos que habían logrado la victoria sobre la bestia que originalmente los habitaba y sobre la imagen que persistía a través de los mundos de estancia y finalmente sobre la última marca y huella, de pie en el mar de cristal, con las arpas de Dios, cantando la canción de la liberación del temor y de la muerte». (Hay una comunicación espacial perfeccionada en todos estos mundos; y recibes estas comunicaciones en cualquier parte mediante el «arpa de Dios», un dispositivo morontial que compensa la inhabilidad de ajustar directamente el mecanismo sensorial morontial inmaduro a la recepción de las comunicaciones espaciales).

Es interesante que Juan describe el mar vítreo o mar de cristal, que es ampliamente detallado en los Documentos. Pero lo interesante es que se nos revela que dijo Juan en la realidad:

«Y vi como si fuese un mar de cristal entremezclado con fuego, y vi a aquellos que habían logrado la victoria sobre la bestia que originalmente los habitaba y sobre la imagen que persistía a través de los mundos de estancia y finalmente sobre la última marca y huella, de pie en el mar de cristal, con las arpas de Dios, cantando la canción de la liberación del temor y de la muerte»

Aquí se nos revela que la "marca de la bestia" es realmente la herencia animal que finalmente logramos erradicar por completo cuando nos graduados del séptimo mundo de estancia (ver entradas pasadas) y somos llevados como clase graduada a Jerusem. Esta naturaleza animal o bestial es incluso aludida por Pablo en algunas cartas (1 Corintios 2:14 se habla del hombre de naturaleza física o animal). Veamos ahora lo escrito en la Biblia:

“Y vi lo que parecía ser un mar vítreo mezclado con fuego, y, de pie al lado del mar vítreo, a los que salen victoriosos de la bestia salvaje y de su imagen y del número de su nombre, y estos tenían arpas de Dios” – Apocalipsis 15:2.

Notamos como parecería que hay una inducción a pensar en el capítulo 13 que habla de la “bestia salvaje” y su “imagen”. Esto nos lleva totalmente a lo señalado en dicho capítulo, el cual tras un análisis detallado nos hace ver que el capítulo 13 de Apocalipsis es un Manifiesto contra la opresión de la Roma antigua hacia los cristianos, y la “bestia” narrada allí es una construcción diseñada con elementos de libros como Daniel, que también en el género de la apocalíptica judía hablaba contras las potencias opresoras hacia Israel.

Pareciera que el Apocalipsis tenía un núcleo espiritual de mucha revelación cósmica y de avance en la espiritualidad que fue tergiversado con la Apocalíptica judía y endechas prácticamente políticas contra el invasor romano, que antes había atacado a Israel y ahora a los cristianos. Por eso, es interesante que se hable de la “canción de Moisés” en el versículo 3 del capítulo 15, aludiendo a las victorias militares en el "mar rojo", recordando al opresor faraón, equiparable a la bestia romana.

Todo indica que después de varios "apocalipsis" circulando, el compilador final (que no era Juan) pegó y editó la versión final, tomó información de la literatura apocalíptica judía, la recicló y actualizó. Cualquier exégeta se dará cuenta que la Bestia Salvaje (mirando su descripción física), la descripción física de las "cuatro criaturas vivientes", la endecha contra "Babilonia la Grande", etc; son RECICLADOS de Daniel, Ezequiel, Isaías y otros libros del judaísmo. La palabras finales de la "maldición" y las "plagas", son una inserción final del redactor final, algo muy común en el mundo antiguo.

Y Dios limpiará toda lágrima de sus ojos


Los Documentos hablan del último sueño del tiempo, cuando viajamos a Havona. Allí se nos dice:

27:1.5 (299.5) El último reposo del tiempo ha sido disfrutado; el último sueño de transición ha sido experimentado; ahora os despertáis a la vida imperecedera en las orillas de la morada eterna. «Y ya no habrá más sueño. La presencia de Dios y de su Hijo están ante vosotros y vosotros sois eternamente sus servidores; habéis visto su rostro y su nombre es vuestro espíritu. No habrá noche allí; y no necesitan de la luz del sol, porque la Gran Fuente y Centro les da luz; vivirán por siempre y para siempre. Y enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron».

Así que las palabras anteriores contienen una gran revelación sobre trascender del tiempo a la Eternidad. En el Apocalipsis moderno ha quedado así:

“Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.  Ya no tendrán hambre ni tendrán más sed, ni los batirá el sol ni ningún calor abrasador,  porque el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos”. – Revelación 7:15-17

“Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado (…) Y la ciudad no tiene necesidad de que el sol ni la luna resplandezcan sobre ella, porque la gloria de Dios la alumbraba, y su lámpara era el Cordero.”. – Rev. 21:3,4, 23.

Notamos como el redactor de Apocalipsis repite elementos del capítulo 7 en el capítulo 21, pero esto no ocurre realmente en la Tierra. Es una visión celestial, e incluso más allá, del mismo viaje al Paraíso. 

El que en el versículo 12 del capítulo 21 aparezca una mención a que están inscritos "los nombres de las doce tribus de Israel" muestra la fuerte influencia judía en el redactor final, una especie de judío-cristiano que revistió de judaísmo al Apocalipsis.