sábado, 17 de marzo de 2018

Un análisis de la Revelación a la luz de la Quinta Revelación - Parte II


Nota: Debe leerse antes la entrada previa.

Los 24 consejeros

Otra cita del Apocalipsis que aparece en los Documentos es esta:

45:4.1 (513.4) En el centro de los siete círculos residenciales angélicos en Jerusem está ubicada la sede central del concilio asesor de Urantia, los veinticuatro consejeros. Juan el Revelador los llamó los veinticuatro ancianos: «Y alrededor del trono había veinticuatro asientos, y sentados en los asientos vi a veinticuatro ancianos, vestidos de togas blancas». El trono en el centro de este grupo es el asiento de juicio del arcángel presidente.

Los Documentos explican que éstos 24 consejeros están en la sede central en Jerusem, y la mayoría son ex mortales, ahora glorificados, que fueron grandes profetas y maestros en la Tierra, como Enoc, Moisés, Elías, Juan el Bautista, etc.

También se nos describe en varios párrafos el mar de cristal, como punto de encuentro para las transmisiones y llegada de los graduados del séptimo mundo de estancia. Y uno de esos párrafos nos dice:

46:3.1 (522.1) Las transmisiones del superuniverso y del Paraíso-Havona se reciben en Jerusem en enlace con Salvington y mediante una técnica que comprende el cristal polar, el mar de cristal.

Revelación lo describe así:

“Y alrededor del trono [hay] veinticuatro tronos, y sobre estos tronos [vi] sentados a veinticuatro ancianos vestidos de prendas de vestir exteriores blancas, y sobre sus cabezas coronas de oro.  Y del trono proceden relámpagos y voces y truenos; y [hay] siete lámparas de fuego ardiendo delante del trono, y estas significan los siete espíritus de Dios.  Y delante del trono hay, como si fuera, un mar vítreo semejante a cristal”. – Apocalipsis 4:4-6




La “ciudad que desciende del cielo”

Los Documentos señalan que cuando la Humanidad de este planeta algún día llegue a la Era de Luz y Vida, ocurre un hecho especial:

52:7.11 (599.7) Fue acerca de la conclusión de la misión final de los Hijos Instructores (por lo menos esa sería la cronología en un mundo normal) acerca de que Juan escribió: «Yo vi un nuevo cielo y una nueva tierra y el nuevo Jerusalén que bajaba de Dios saliendo del cielo, preparada como una princesa adornada para su príncipe».

55:1.1 (622.1) La presencia del templo morontial en la capital de un mundo habitado es el certificado de admisión de dicha esfera a las edades establecidas de luz y vida. Antes de que los Hijos Instructores abandonen un mundo, cuando concluye su misión terminal, inauguran esta época final de logro evolucionario; presiden ese día en que «el templo sagrado desciende a la tierra». Este acontecimiento, que señala los albores de la era de luz y vida, se ve siempre honrado con la presencia personal del Hijo Paradisiaco autootorgador en ese planeta, que concurre para presenciar este gran día.

Juan el Revelador vio esta Era de Luz y Vida, y algunos de sus impresiones fueron mezcladas más adelante con la descripción de Jerusem, y el compilador final adjuntó elementos de las profecías judías lo que conformó el capítulo 21 de Apocalipsis. De hecho, cierta base de la creencia de algunos grupos que Cristo bajará a la Tierra con la Nueva Jerusalén radica en la información de que un Templo Morontial será establecido en la Tierra en el inicio de la Era de Luz y Vida en el futuro de la Humanidad y aparezca un Hijo del Paraíso. ¿Será éste el retorno de Miguel? No lo sabemos. 

55:1.3 (622.3) Aunque se dice que los templos planetarios «descienden de los cielos», en realidad no se transporta material real desde la sede central del sistema. La arquitectura de cada uno de ellos se prepara en miniatura en la capital del sistema, y los Supervisores del Poder Morontial posteriormente traen al planeta esos planes aprobados. Ahí, en asociación con los Controladores Físicos Decanos, se procede con la construcción del templo morontial, de acuerdo con las especificaciones.

Es en estos templos donde los humanos se fusionan con el Ajustador y son transportados sin morir a los mundos de estancia. La muerte comienza a ser erradicada. Pero el plan sigue siendo la carrera ascendente. Estos Templos en la Tierra son una especie de "elevador" y se vuelven sistemas de comunicación directos con los mundos de estancia, para asambleas masivas de contacto, y ya como parte tangible y visible de un medio de comunicación masivo y real de una civilización, reemplazando a la Fe que tenemos ahora. 

Los 144.000

Aunque no se habla directamente de 144.000 humanos especiales, los Documentos citan algunas veces el número 144 con características positivas, seráficas y divinas. Y más especialmente se habla de 144.000 transmisiones:

39:2.15 (431.4) Emisores — recibidores y difusores— constituyen una subdivisión especializada de los registradores seráficos, que se ocupa del envío de registros y de la diseminación de información esencial. Su tarea es de orden elevado, con tantos circuitos que 144.000 mensajes pueden atravesar simultáneamente las mismas líneas de energía.

¿Estará esta capacidad de enviar un máximo de 144.000 mensajes asociada a un número igualmente receptivo de humanos? ¿Será que el Cuerpo de Reserva del Destino, éstos humanos que logran sincronicidad con su Ajustador, lleguen algún día a 144.000 humanos vivientes que puedan recibir simultáneamente estos 144.000 mensajes? ¿Son estos los 144.000 vivientes que “tienen el nombre del Padre en la frente” (una referencia al contacto con Dios)? Lo creo muy posible. El cuerpo de reservistas en los años treinta era de unas 900 personas, y es posible que en la plenitud de los tiempos, lleguen a existir 144.000 personas vivas en la Tierra que serán capaces de guiar con fuerza y decisión a la Humanidad, hacia un destino mejor. Aunque el Libro no lo dice directamente así como lo expreso, sospecho que es una posibilidad, ya que habla de los futuros líderes nacidos del espíritu que habrán de ayudar a la Humanidad para superar esta Era y pasar a la otra.

La Rebelión de Lucifer

Notemos este párrafo:

53:1.6 (602.3) El dragón se volvió finalmente la representación simbólica de todos estos personajes malvados. Cuando triunfó Micael, «Gabriel bajó de Salvington y encadenó al dragón (todos los líderes rebeldes) por una edad».


53:5.6 (606.2) «Había guerra en los cielos; el comandante de Micael y sus ángeles lucharon contra el dragón (Lucifer, Satanás y los príncipes apóstatas); y el dragón y sus ángeles rebeldes lucharon pero no prevalecieron». Esta «guerra en los cielos» no fue una batalla física tal como se la puede concebir en Urantia. En los primeros días de la lucha Lucifer permaneció continuamente en el anfiteatro planetario. Gabriel condujo una exposición incesante de los sofismas rebeldes desde su sede central situada en las cercanías. Las varias personalidades presentes en la esfera que tuvieran duda en cuanto a su actitud se trasladaban de uno a otro sitio, escuchando las disertaciones hasta llegar a una decisión final.

53:5.7 (606.3) Pero esta guerra en los cielos fue muy terrible y muy real. Aunque no exhibía ninguna de las barbaridades tan características de la guerra física en los mundos inmaduros, este conflicto era mucho más mortífero; la vida material corre peligro en el combate material, pero la guerra en los cielos se peleó en términos de vida eterna.

Es interesante que a diferencia de la "bestia salvaje" que ya aparecía en libros como Daniel (de la apocalíptica judía), la mención al "dragón" es algo nuevo, y parece debutar como una representación simbólica en el libro de Apocalipsis. Y los Documentos nos revelan que el dragón alude a todos éstos caudillos rebeldes. También es el "comandante de Micael", o sea Gabriel, quién lideró la "batalla mental y dialéctica" y finalmente logró la expulsión celestial.