Ahora bien, llega un punto en el ejercicio (al principio con altibajos) de Hacer la Voluntad del Padre, que se logra sostener, y la criatura ofrece su Consagración Permanente y Consciente al Padre Universal. Esto de alguna manera con los siglos hace miles de años se asoció de una forma muy elemental con el "bautismo cristiano", el cual resultó ser una "imitación" limitada de lo que Jesús realmente hizo. Esto lo analicé en una entrada pasada. Os animo a leerla. Esta es la dirección:
https://estudiosdelasescrituras.blogspot.com/2015/12/el-significado-del-bautismo.html
En un sentido verdadero y superlativo el "bautismo" es una "inmersión en Dios", es cuando nos consagramos a hacer su voluntad. Hay personas que en su decisión de la consagración tras hablar con su Ajustador, deciden no hacer ninguna acción externa significativa. Pero se "sumergen" en Dios al establecer dicho "pacto". Otros deciden un momento íntimo, singular y especial que solo ellos y el Padre conocen. Un momento de Consagración, Regalo al Padre e “inmersión” en Dios.
Hay quienes han afirmado su consagración al Padre bajo una cascada (saltando el agua sobre sus rostros), con una suave lluvia, al atardecer, o bajo la alfombra de las estrellas.
Más importante que un efecto físico es la conciencia de la criatura tras ese acto. Esa "inmersión" puede ser incluso de carácter espiritual. Jesús pretendía esa profundidad, ya que el resto solo es la envoltura de ese regalo.
Recuerdo que el escritor Juan José Benítez fue sorprendido por su hijo Iván mientras él hacía a cierta distancia una íntima consagración al Padre. Dichas fotografías son muy especiales y hasta cierto punto nos transmiten algo:
https://www.planetabenitez.com/IOI/momentos-estelares17.htm
Benítez cuenta que hizo su regalo íntimo al Padre bajo esa cascada de agua pulverizada. Otros lo han hecho con el estilo y la forma que han escogido para hacerlo. Jesús eligió la inmersión en las aguas del Jordán para su consagración:
136:2.6 (1512.2) Su bautismo
fue su consagración al cumplimiento de la voluntad del Padre celestial. Durante
su bautismo oyó el inequívoco llamado de su Padre, el mandato final de que se
ocupara de los asuntos de su Padre, y se retiró a solas durante cuarenta días
para discurrir estos múltiples problemas.
Pero él no estableció un protocolo visible estándar para "hacerse seguidor suyo". Eso fue la interpretación infantil de sus seguidores que hicieron ritos mecánicos y copias literales de muchas de sus acciones y decisiones personales.
Debemos aclarar que la Consagración no nos convierte en personas que llegan al primer círculo. Aún hay trabajo de movilizarnos desde el tercer círculo (o un poco antes) en adelante. Pero Hacer la Voluntad de Dios representa un paso gigantesco y el inminente Nuevo Nacimiento para entrar al Reino de Dios, incluso aquí mismo.
Si creo que cuando nos consagramos, ésto incluye una especie de retiro y pausa breve del flujo de la cotidaniedad. Aún debemos sincronizar más y más nuestra voluntad a la del Padre, y hemos de recibir su orientación. En muchos casos (sin caer en las prácticas extremistas de los ascetas), este retiro es esencial para unificar nuestra personalidad y sentir la Presencia del Padre.
Pero debo aclarar que el contacto preliminar de Hacer la Voluntad del Padre ya se ha conseguido previamente mediante acciones cotidianas en la vida y en asociación con las personas al mostrar verdad, belleza y bondad. Son éstas acciones las que pavimentan la comunicación y guía del Ajustador para hacernos parecidos al Padre. Luego, el retiro posterior de la consagración, es una consecuencia de éste caminar ya ejercitado; no debemos creer que es la llave para iniciar, es más bien la consecuencia de haber ya iniciado.
Bendiciones en Abba.