jueves, 13 de febrero de 2020

El mundo natural y Dios

Para abordar la cuestión de la aparente disonancia entre la Divinidad y la Naturaleza hemos de analizar varios factores y tener una perspectiva amplia, casi rozando en el concepto de la Mota.  En el pasado he escrito mucho al respecto. Intentaré resumir las ideas y conclusiones.

Tanto la Ciencia materialista que niega a Dios en base a la creación está en un error,  así también como los religiosos que intentar sostener la existencia de Dios únicamente en base a las observaciones del mundo natural. 

Los religiosos durante siglos han declarado que el diseño del universo y los organismos vivos son prueba de un gran Diseñador. Esto es absolutamente cierto. No obstante, los naturalistas científicos han ido más allá y se han fijado en los detalles que muchas veces los religiosos omiten: El mundo natural presenta accidentes, fallos, desarmonías y  suele ser "cruel" e "injusto". Por ejemplo, hay erupciones volcánicas que destruyen la flora y fauna de un bosque matando especies. Han existido pestes y extinciones masivas mucho antes de la llegada del hombre. Un meteorito puede caer y destruir a muchos seres vivos, y hay explosiones supermasivas de estrellas y cuerpos celestiales. Un tsunami puede acabar con muchos peces, además de las tormentas y otras fatalidades de la llamada naturaleza "perfecta". Esto ha sido usado como argumento para refutar la existencia de Dios, porque que clase de Dios perfecto haría semejante creación que implique dolor y muerte. Si no hay un mundo perfecto, entonces no existe un Dios, porque Dios es supuestamente un Ente perfecto.

Además de ésto, hay una "cadena alimenticia" de las especies animales y vegetales en la Tierra, lo cual provoca que los animales se coman entre sí. Los religiosos de línea más creacionista literal han intentado explicar ésto con el pecado de Adán que también afectó a la creación. Pero ésta idea es un poco extremista y sin sentido, porque en esa línea de pensamiento solo habría razón para creer que el pecado es la herencia para la especie humana, y no habría razón para una herencia de la imperfección al resto de la creación. Y lo otro es que está demostrado que antes del hombre la naturaleza ya presentaba esos rasgos violentos y salvajes.

El asunto entonces está en la falta de comprensión sobre lo que es el mundo natural y la relación de Dios con éste. Los Documentos son el único texto en el mundo que explican ésta aparente divergencia:

4:2.5 (57.2) Dios no está personalmente presente en la naturaleza ni en cualesquiera de las fuerzas de la naturaleza, porque el fenómeno de la naturaleza es la sobreimposición de las imperfecciones de la evolución progresiva y, a veces, de las consecuencias de rebeliones insurreccionales sobre los cimientos paradisiacos de la ley universal de Dios. Tal como aparece en un mundo como Urantia, la naturaleza no puede ser nunca la expresión adecuada ni la representación verdadera ni el fiel retrato de un Dios omnisapiente e infinito.

4:2.6 (57.3) La naturaleza, en vuestro mundo, es una cualificación de las leyes de la perfección por los planes evolutivos del universo local. ¡Qué farsa adorar la naturaleza porque en un sentido limitado, cualificado, está penetrada por Dios; por ser una fase del poder universal y por lo tanto divino! La naturaleza también es una manifestación inconclusa e incompleta de las elaboraciones imperfectas del desarrollo, crecimiento y progreso de un experimento universal de evolución cósmica.

4:2.7 (57.4) Los defectos aparentes del mundo natural no son indicios de ningún defecto correspondiente en el carácter de Dios. Más bien las imperfecciones que se observan son meramente las inevitables y momentáneas interrupciones en la proyección de una película infinita. Son estas mismas interrupciones-defectos de la continuidad-perfección las que permiten que la mente finita del hombre material obtenga una visión fugaz de la realidad divina en el tiempo y en el espacio. Las manifestaciones materiales de la divinidad parecen defectuosas en la mente evolutiva del hombre, sólo porque el hombre mortal persiste en visualizar los fenómenos de la naturaleza a través de los ojos naturales, por medio de la visión humana sin la ayuda de mota morontiana ni de la revelación, su sustituto compensatorio en los mundos del tiempo.

La creación material, la naturaleza NO es perfecta. Aún es parte de un universo aún en proceso de ajuste, calibración y terminación. El que el mundo natural sea incompleto (imperfecto) ocasiona que en determinados momentos existan puntuales alteraciones en ese proceso de ajuste y crecimiento. Los desastres naturales, las epidemias y otros trastornos son puntuales en un proceso de camino a la perfección, aún en mundo natural imperfecto. Y lo anterior no implica la negación de Dios, sino la comprensión de que el Padre no crea en la materia las cosas completas (no es un mago), sino que efectúa un proceso en el tiempo de creación, ajuste, completación, adaptación y calibración. El mismo ejemplo tantas veces usado de una Casa para probar la existencia de Dios debe incluir también el hecho de que un constructor jamás hace aparecer una casa como un acto de magia creativa repentina. La construcción misma de una casa es un proceso que toma tiempo.

Esta reconciliación entre Ciencia y Religión sin omitir ningún hecho solo lo ha podido conseguir el Libro de Urantia, y creo que es un hecho notable.

La moralidad, la ética y la justicia humana son creaciones de la cultura humana, producto de la comprensión, la mente y espíritu del Hombre, pero no son elementos  propios de la misma Naturaleza. Jesús mismo cocinó pescados y aquello podría haber sido una "injusticia" para los peces. Aún si fuésemos veganos, comernos las plantas también sería "injusto" para las plantas. Efectivamente podemos evitar la crueldad con los animales, pero no podemos llegar a los extremos a los que llegan algunos grupos animalistas. Simplemente el mundo natural es como es,  y carece de la moralidad, los conceptos mentales y valores del Hombre, el cual está habitado por una fracción del Espíritu de Dios. Por esa razón, si insistimos en visualizar el mundo natural con las gafas de esos valores super-naturales humanos, cometeremos un error.

Sí, porque toda la creación de las leyes y valores de la "justicia humana" son para regir a los hombres entre sí (no para regir la relación de los hombres y la naturaleza), que son más que animales, son Hijos de Dios con valores mentales, conceptuales y espirituales superiores. Por esa razón, matar a un Hombre no es lo mismo que matar a un animal. Pero éstos valores no son para el mundo natural, sino para el mundo social y mental del Hombre. El hombre podría intentar ser amable con la naturaleza (y eso está bien), pero la naturaleza no sabe de amabilidad cuando se expresa naturalmente en la explosión de un volcán o un huracán.

Adorar a la Naturaleza, como lo hacen los Panteístas y los grupos que Adoran a la "Madre Tierra" es una falacia, un error conceptual. Es cierto que la naturaleza es "sabia" en algunos procesos mecánicos y leyes de causa-efecto, pero ésta no manifiesta los valores de "justicia" y "bondad" y otros conceptos morales que son para los Humanos, los cuales no son simplemente "hijos de la naturaleza", sino que además son Hijos de Dios.

Por esa razón, el Hombre en su juicio interior es más armonioso mentalmente con los conceptos más elevados de Dios: Bondad, Belleza y Verdad.