La Epidemia del Coronavirus ha aumentado y nos trae a la mente los fantasmas de la peste negra y de la gripe española. Esta entrada es una re-publicación de una entrada pasada reciente. Sin embargo, contiene elementos nuevos.
Los virus por lo general invaden una célula como verdaderos caballos de Troya. Estos son interpretados como proteínas por las células, y éstas permiten el ingreso de éstos al interior de las mismas. Entonces el virus captura la maquinaria celular y comienza la fabricación de millones de clones de él mismo. Luego, estos virus clonados salen a invadir el resto de las células. Esta afinidad y compatibilidad de los virus por nuestros organismos se explica en ésta cita:
76:4.7 (851.5) Las células del cuerpo de los Hijos Materiales y de su progenie son mucho más resistentes a las enfermedades que las de los seres evolutivos indígenas del planeta. Las células del cuerpo de las razas nativas son afines a los organismos microscópicos y ultramicroscópicos vivientes del reino que producen enfermedades. Estos hechos explican por qué los pueblos de Urantia tienen que hacer un gran esfuerzo en el campo científico para resistir a tantos trastornos físicos. Seríais mucho más resistentes a las enfermedades, si vuestras razas llevaran más de la sangre adánica.
La razón de la afinidad de las razas nativas humanas con los virus y bacterias es que comparten la misma genética animal. De hecho, como seguramente usted sabe, siempre hay un animal portador de los virus, el cual ya alcanzó un equilibrio simbiótico entre sus virus y anticuerpos, y él perfectamente no manifiesta síntomas. Sin embargo, estos virus pueden invadir a otros animales o al mismo ser humano. Y nuestras células son engañadas pensado que éstos virus son sustancias proteicas. Todo lo anterior nos recuerda la afinidad y herencia aún atada a la naturaleza animal que nos hace afines entre especies de origen animal. Esta propagación de virus y absorción de los mismos aumenta debido a la dieta carnívora que tenemos.
Las plantas y vegetales también padecen de virus que atacan sus células. Sin embargo, es curioso que los virus de las plantas no son afines a las células humanas. En estos casos, las membranas celulares detienen el ingreso de éstos virus vegetales a nuestras células. No hay una afinidad como lo es con los virus de origen animal.
Aquel abismo que ocurre entre la genética vegetal y la humana, ocurría a su vez con los adanitas puros. Ellos eran inmunes a las enfermedades. Sus células no encontraban afinidad con los virus. No penetraban las membranas celulares. Sin embargo, esto fracasó debido a que la raza adanita se multiplicó en un porcentaje muy inferior al proyectado. Pronto fue absorbida por las razas nativas que eran más afines a los virus de origen animal.
“Seríais mucho más resistentes a las enfermedades, si vuestras razas llevaran más de la sangre adánica” dicen los Documentos. Y la ciencia tiene que hacer grandes esfuerzos para combatir a las enfermedades, tal como lo estamos observando de forma reciente.
Actualmente los esfuerzos para combatir los virus siempre se enfocan en curar a la enfermedad cuando ésta ya ha penetrado al organismo. Las vacunas y los sueros inmunológicos son muy beneficiosos ya que se basan en la estimulación de las células inmunológicas de combate. Pero éste combate se realiza con la premisa de que los virus ya ingresaron al organismo e infectaron las células, o por lo menos algunas ya fueron infectadas, y debe realizarse el ataque posterior del mismo sistema inmunológico. Sin embargo, esto será una batalla de nunca acabar, porque los virus mutan cada año, y por ende, de forma indefinida habrá que seguir rastreándolos e identificándolos. La fundación de Bill Gates y su esposa Melinda buscan crear una vacuna universal para todos los virus. Sin embargo, aquello parece ser poco realista y reduccionista. La verdad es que la misma variedad genética humana, y la misma mutabilidad de los virus hace que el esfuerzo en esa dirección sea una quimera, una piedra filosofal reductiva, algo que también vemos que ocurre en la física cuando se busca una teoría unificadora de las fuerzas fundamentales. En el caso de los virus, veo que aquello es un poco una pérdida de energía, recursos y esfuerzos. Sí, porque de seguir así será una guerra de nunca acabar con nuevos virus cada año.
Los Documentos nos hacen reflexionar en que quizás el paradigma deba enfocarse no solo en las respuestas inmunitarias posteriores a una invasión viral, sino a que precisamente ningún virus ingrese por cualquier membrana celular.
El problema habría que enfocarlo en ayudar a entender que las células tengan nuevas instrucciones que les permitan bloquear en sus membranas a todos los virus, tal como lo hacen a diario con los virus vegetales que no ingresan por la “puerta” de las membranas celulares.
Para esto debe estudiarse el mecanismo de acceso y afinidad celular, ver las comparativas con las plantas y el humano, y diseñar estrategias genéticas para esa acción. Puesto que ya no hay adanitas puros en el mundo es un poco difícil buscar un genoma puro con éstas características, pero éste puede estar oculto en parte en nuestras células. Así se podría emular la primera línea de defensa ante éstos cuerpos de virus infecciosos.
Hemos comentado además que hay personas que parecen inmunes a las enfermedades. Son un porcentaje misterioso y bajo de la población. Es altamente posible que sus genes dominantes sean los de naturaleza más adánica que se encuentran en un espectro más "visible" en su maquinaria biológica, de la misma forma que ocurre con personas que tienen genes que destacan en el color de pelo y ojos.
Se deben hacer comparativas entre las personas que visitan a los médicos y aquellos que nunca lo han hecho. ¿Por qué no se les estudia? Debemos crear una base de información preventiva orientada a la salud y no reactiva ante el desastre.
Los hábitos de consumo de carne animal sin lugar a dudas deben eliminarse y debemos dar un salto evolutivo social como Humanidad al respecto.