Aunque la expresión "milagro" es redefinida en los Documentos, es enteramente verdad que el Hijo Creador realizó éstas acciones maravillosas mientras estuvo en la Tierra. Los Evangelios bíblicos dan fe de los mismos, y el Libro de Urantia también nos aporta información adicional.
Por ejemplo, en ese atardecer memorable en Capernaum Jesús de Nazaret curó simultáneamente a 683 hombres, mujeres y niños. Fue algo impactante. Órganos regenerados y sanados, trastornos de toda índole. Los Reveladores nos dicen:
145:3.10
(1633.1) Un espectáculo semejante no se había visto en la tierra nunca antes de
este día, ni tampoco después. Y para todos nosotros que estuvimos presentes, el
contemplar esta oleada creadora de curaciones fue en verdad un espectáculo
estremecedor.
Hay muchos otros milagros similares en la vida de Jesús con esas características. En algunos casos los Documentos explican la participación de los agentes celestiales envueltos, el poder del pensamiento creador de Micael, y en otros casos hay una especie de misterio en donde los Reveladores no saben bien que acto creativo se realizó. Es un tema fascinante.
De alguna forma el pensamiento tan coordinado de Jesús con la voluntad del Padre provocaba un efecto en la materia, lo cual nos enseña que hasta cierto punto también es posible que ocurran cosas asombrosas en ocasiones puntuales en nuestra vida. De hecho, hay unos milagros algo misteriosos (incluso para los Reveladores) en donde las personas mismas causaban la curación con su Fe en conexión con la presencia de Jesús.
Es un tema fascinante y abre posibilidades que deben ser bien analizadas y estudiadas por los lectores de los Documentos.