Queridos amigos y hermanos:
La presente representa una opinión personal en base a mi lectura e investigación sobre los Documentos de Urantia, por lo tanto está sujeta a este momento particular sobre el trabajo presente de las traducciones de la Revelación.
En primer lugar, creo que todos agradecemos el arduo trabajo de traducción que involucran años e incluso décadas. Estamos conscientes del tiempo y recursos envueltos. Agradecemos a la Fundación Urantia el haber patrocinado a lo menos tres versiones del Libro de Urantia al español. Y somos conscientes de la última labor realizada (versión 2021).
El proceso de traducción de un texto siempre representa un desafío complejo y largo. No hay ninguna traducción que transmita fielmente un concepto exacto de un texto de un idioma a otro. En este proceso de traducción (a veces transcripción), siempre se pierde o agrega algún elemento que puede transformarse. Cómo anécdota, algunos musulmanes tienen la creencia que el Corán solo puede ser leído correctamente en su lengua original, pero esto universalmente no es posible por razones prácticas y realistas. Además, en nuestro caso, provocaría el efecto de volver la Revelación en un libro sagrado o fetiche, algo que los reveladores sin duda no desean.
Creo entender y percibir entonces, que los reveladores desean que comprendamos los conceptos, más que generar palabras precisas en nuestro idioma.
Traducir del inglés al español es muy complejo. Es un gran desafío. Cuántas veces hemos visto que las canciones en inglés no pueden ser traducidas literalmente al español, sacrificando el ritmo y la secuencia musical. Y cuantas veces hemos visto que las traducciones en el Cine no son las más fieles. Razones de tiempo y comerciales (para lanzar los estrenos de películas) han creado ejemplos históricos y algo cómicos: “Star Wars” se tradujo por años como “La guerra de las Galaxias” cuando la traducción más apropiada (siguiendo incluso la trama de la Saga, y contexto de un conflicto al interior de una sola galaxia) sería: “Guerras Estelares”. Estos ejemplos, muestran la dificultad de traducir del inglés al español.
En el caso del Libro de Urantia tenemos tres traducciones al español:
- La llamada traducción latinoamericana de 1993.
- La traducción europea de 2009.
- La traducción internacional (más reciente) de 2021.
En mi opinión, todas estas traducciones tienen elementos positivos, y algunos problemas. Además, circulan algunas traducciones no patrocinadas por la Fundación Urantia, que también hacen sus aportes, y que tienen algunos elementos discutibles.
Personalmente en mis trabajos de investigación y lectura, prefiero utilizar la traducción de 1993. Pero cuando noto alguna disonancia y falta de armonía coherente, incluso gramatical, acudo a las del 2009 y la del 2021 para consultar.
El gran aporte, y también lo Innecesario de Sánchez-Escobar
Sabemos que la traducción de 1993 tenía algunos problemas. Muchas expresiones eran transliteradas literalmente y eso generó los malentendidos graves y ataques al Libro sobre los polémicos asuntos de la “eliminación” de “los inferiores” y las llamadas “cuestiones eugenésicas”. Estos asuntos los aclaró oportunamente en su tiempo Ángel Francisco Sánchez Escobar. El hizo traducciones ajenas al patrocinio de la Fundación Urantia.
Haciendo un paréntesis, creo que el trabajo de este traductor es muy bueno, y ha ayudado mucho. Se agradece mucho su gran aporte.
Sin embargo, no estoy de acuerdo con él en la totalidad de su traducción al español, que publicó en varios tomos. Creo que también esa traducción tiene algunos problemas, algo parecido a las paráfrasis. Sucede que si nos vamos del extremo de evitar y alejarnos de la literalidad, también podemos generar derivadas conceptuales innecesarias.
Pondré el ejemplo del “Ajustador del Pensamiento”. Para Sánchez Escobar la expresión inglesa “Adjuster” debe traducirse “Modelador”. El insiste e interpreta, que puesto que el Padre “nos moldea”, debe traducirse “Modelador”, y que “Ajustar” (aunque la palabra literal en inglés es esa), puede transmitir la idea que somos una máquina, una maquina a la que hay que "ajustar las piezas". Como nosotros somos seres personales, razona, eso no sería lo más apropiado.
Pero no estoy de acuerdo con él. Cuando se analiza el contexto, se lee bien el Libro, y se percibe su esencia con el espíritu de la verdad y la guía del Padre, CAPTAMOS, lo que se quiere decir. Creo que ninguno de nosotros ha desarrollado una derivada conceptual de que somos “maquinas ajustables”. Más bien, el que se vincule al "ajustador" con el “pensamiento”, nos indica el quid del asunto. Cómo el lenguaje tiene vida propia, la mayoría de los lectores entienden perfectamente a que se refiere lo anterior. Incluso entre nosotros mismos al hablar solo de “ajustador”, captamos el universo propio creado en éste tema. Por supuesto, pueden existir quienes deseen llamarle “modelador”, y eso no debería ser un problema para nosotros. A veces en nuestros estudios podemos hablar o entender mentalmente que el Padre “ajusta y moldea” nuestros pensamientos.*
*Nota: En Gálatas 6:1 se habla de "reajustar a un hombre con espíritu de apacibilidad". La expresión griega "re ajustar" viene de un término que quiere decir "poner en debida alineación" como si fuera un hueso roto, etc. Pero es evidente, para los lectores de Pablo, que él no estaba intentando comparar a las personas con huesos, sino con el procedimiento que permite el reajuste mental de una persona. Algo parecido entendemos cuando se nos habla del Ajustador de nuestro Pensamiento. Es evidente que modela los pensamientos, pero eso no niega que eso lleva implícito un ajuste de los mismos, y por ende, tampoco es una ofensa que nos lleve a pensar en "máquinas humanas". Por lo tanto, no es un asunto urgente que requiera hacer una variante de una palabra al español, por suponer un mal entendimiento en otros. Más bien, a veces esto representa el temor, la aprehensión y criterio del traductor.
Volviendo a lo anterior, aún pese a los problemas gramaticales de la traducción de 1993, sí lográbamos entender muchos asuntos, y no había mayor problema (salvo los "asuntos eugenésicos" abordados correctamente por Sanchez-Escobar). Evidentemente, existía el anhelo de una traducción que corrigiera otros defectos gramaticales y algunas malas sintaxis, pero nada era tremendamente grave.
La traducción más reciente de 2021 puede ser de gran ayuda en lo anterior, pero paradojalmente también puede generar los problemas ejemplificados en el caso anterior “del Ajustador”. Esto quiere decir, que ciertas expresiones pueden ser tomadas como paráfrasis que podrían intentar mantener un significado, pero derivar en interpretaciones distintas, debido a características distintas.
LAS SERAFINAS
El caso más complicado y, que en mi opinión debe analizarse, es el asunto de las SERAFINAS.
Se puede argumentar que internamente en el Libro se llama a ciertos espíritus vástagos del Espíritu como “hijas de Dios”, pero eso no quiere decir que el resto de textos de la Revelación deban reflejar forzadamente esa comprensión interna de ellos (los Reveladores). Es como los nombres Lucifer o Caligastia, no necesariamente se llaman así en el ámbito celestial.
En otras palabras, para que se entienda. Una cosa es que ellos se traten así entre ellos en su lenguaje y comunicación no humana, que el que la Humanidad deba denominarlos de esa misma forma.
Entonces en este punto creo que la expresión literal del inglés es la más acertada, ya que popularmente LOS ANGELES son llamados así en español por la población terrestre. Se les suele llamar así (en esta generación). Esto armoniza con otras partes del Libro de Urantia que explica que los seres espirituales NO son criaturas sexuadas, y además se adapta naturalmente a la traducción natural del inglés, y popularmente comprendida por todos.
El lenguaje evoluciona, es viviente, pero no debe forzarse o adelantarse antes de tiempo. Cuando en la sociedad han mutado naturalmente muchas expresiones lingüísticas, y otras han quedado en desuso, entonces se puede proceder a realizar un cambio semejante. De lo contrario, puede confundirse con asuntos sociopolíticos que jamás deberían interferir en una traducción. No creo que éste sea el caso, pero debe analizarse con cuidado el hacer un cambio semejante aunque parezca innovador. Así se evitan malentendidos. En el pasado, una traducción excesivamente literal y mecánica trajo problemas con el asunto de la llamada “eugenesia”, y aquí podríamos tener el otro extremo del asunto, en la otra vereda. Creo, por lo tanto, que casos así en la última traducción, deben revisarse nuevamente.
Sobre todo porque una traducción forzada desenfoca el punto de la traducción a la "fisicalidad", en este caso del "ángel". El libro de Urantia tiene como objeto enseñarnos los conceptos y funciones sobre los seres espirituales, y no sobre la "fisicalidad" o polaridad de los mismos. Eso evidentemente desvía la lectura a esos elementos no naturales y forzados.
Esto es muy similar al asunto de "hombre" o "niños" en genérico. Durante siglos se ha aceptado naturalmente que representa (según el contexto de cada párrafo) a toda la humanidad (hombres y mujeres). Para la RAE es innecesario hablar de "niños y niñas", lo cual parece más bien una cuestión de ciertas ideologías políticas.
Si la palabra en contexto universal como "hombres" fuese reemplazada por "mujeres", habría una desviación forzosa del género humano, a la fisicalidad. Algo así ocurre con el problema de los Serafines y Serafinas.
Un ejemplo que nos sirve para entender lo anterior, es el caso de una traducción bíblica. He estudiado muchas, pero el caso de la Organización Watchtower (Casa Editorial de los Testigos de Jehová) me llama la atención. Ellos produjeron la llamada “Traducción del Nuevo Mundo” en la cual el “comité de traducción” puso un entendimiento personal para realizar algunos ajustes en la parte correspondiente al Nuevo Testamento. Resulta que en ninguna parte del texto griego del Nuevo Testamento aparece el Tetragramaton (YHWH). Sin embargo, los traductores interpretaron y se imaginaron, que Jesús y los apóstoles al citar de las Escrituras Hebreas sí utilizaron YHWH, pero lo cierto es que aunque las escrituras hebreas contenían dicho “nombre”, en ninguna parte del texto griego aparece, sino que se sustituye por “Señor”o “Dios”. Y esto está respaldado por las costumbres judías de esos días (siglo I), en donde las personas ya no utilizaban el Tetragrámaton. Así que creer que Jesús y los apóstoles usaban la palabra Yavé o Jehová es pura especulación basada en la creencia de los traductores.
Lo anterior es un ejemplo de cómo los comités de traducción pueden transformar algunas palabras, interpretando de buena fe elementos que ellos se imaginan que son así. Pero como comentamos antes, si las personas popularmente tienen una forma de referirse a una palabra, lo correcto sería mantener esa expresión, mientras que a la vez se mantiene la traducción más apegada al texto original, sin hacer una paráfrasis o interpretación personal. Los razonamientos deductivos no deberían interferir en las traducciones, a menos que lo que se esté transmitiendo sea algo evidentemente loco o esté ajeno a todo el contexto del párrafo y documento.
La traducción de 1993 IGUAL SIRVE...
Lo otro a tener en cuenta, es que aunque la traducción de 1993 tiene errores gramaticales, ha proporcionado andamiajes conceptuales que ya existen en muchos lectores y estudiosos (por décadas) del Libro de Urantia, grupos de estudios por el mundo, etc. Por supuesto, no los vemos como dogmas, pero creo que se cumplió el objetivo de los reveladores, incluso con la traducción de 1993, de que CAPTARAMOS los CONCEPTOS. La mayoría de esos conceptos parecen bien encauzados incluso con la traducción de 1993.
Una traducción mejorada, debe intentar mantener por lo tanto ese terreno ganado en muchas expresiones (por los conceptos asociados a las mismas), mejorar los problemas gramaticales y evitar asuntos que podrían trastocar la comprensión contextual de los Documentos.
La Historia nos demuestra cómo es bueno estar consciente de estos detalles. La versión de “los setenta” (una comisión de 70 traductores), tradujo en Egipto, la mayoría de libros de las Escrituras Hebreas (Antiguo Testamento) al Griego. No sabemos si voluntaria o involuntariamente se trastocó la expresión: “La doncella” por “Virgen” (Isaías 7:14; Mateo 1:23). Esto dio origen paulatinamente (en un proceso de varios siglos) al dogma de la Virginidad de María. Para algunos investigadores, la creencia mitológica en nacimientos milagrosos virginales influyó en los traductores para imaginar que María había sido, no solo una doncella, sino una mujer virgen (creo que Urantia también comenta esto). Y cómo el griego era la lengua matriz-dominante para traducir al mundo greco-romano, se impuso esa interpretación, y de ahí se tradujo a otras lenguas, basándose en la versión de “los setenta”. Pero eso llevo con los siglos a una deificación errónea de María.
Afortunadamente en este caso de Urantia, el español no es la lengua molde con la cual se generan otras traducciones, así que (con un poco de humor), es difícil (aunque no imposible) que LAS SERAFINAS, puedan establecerse como un dogma futuro, en que los ángeles sean llamados y adorados como “seres femeninos”, siendo tomadas hasta por ciertas banderas ideológicas que busquen "soportes sagrados" en algún texto revelado, en un futuro hipotético.
Por eso mismo, aún estamos a tiempo de que se puedan hacer algunas correcciones, tomando lo mejor de las tres traducciones al español.
Creo que el problema de la traducción de Urantia al español de 2021 no es algo excesivamente serio, y debe mirarse con altura de miras, pero tampoco eso evita que deba tenerse en cuenta que debe (aún) ser considerado un texto de constante refinación.
En mi opinión estrictamente personal, más que solicitar a la Fundación que detenga la distribución física de la última partida de Libros (ya impresos), creo que lo razonable es solicitar que se posterguen futuras otras impresiones. E insisto que deben ser las futuras tiradas de libros, no la actual, puesto que aquello implicaría un detrimento, y no es algo excesivamente grave.
En el intertanto, deben solicitarse nuevas revisiones, y contribuciones significativas para ayudar a ese proceso. Creo que ahí las comunidades de lectores de habla hispana pueden aportar.
Y por otra parte, me gusta que al ingresar en la página Web de la Fundación aparezcan en la portada las tres traducciones, y que incluso se diga que la última está bajo revisión. Creo que los miembros y fideicomisarios de la Fundación tienen una actitud razonable y sabia, así que no debería ser gran preocupación este asunto. Solo deberíamos velar para que se mantenga este estatus de que aparezcan las tres traducciones en el portal. Creo que es lo más sano y sabio.
De hecho, yo personalmente soy de la idea que la traducción del Libro de Urantia a otros idiomas (ajenos al inglés) siempre será una aventura progresiva, evolutiva y con cambios, adaptaciones y correcciones.
Y aunque parezca contra intuitivo NO soy partidario de dejar una sola traducción monolítica al español a perpetuidad. Tal como la existencia de muchas Obras Literarias y varias Biblias, esto nos permite una comparación para enriquecer el estudio, hacer análisis exegéticos, etc; el tener varias traducciones del Libro de Urantia nos permite sumar más que restar.
Además, dicho lo anterior, eso nos previene de crear una especia de tabla de la ley fetiche, y una especie de libro cuasi sagrado inamovible. Observemos que solo las agrupaciones religiosas se “enamoran” de su única traducción bíblica para enfatizar dogmas, más que tener un concepto amplio para un estudio más enriquecedor.
Debido a lo anterior, debemos preguntarnos, ¿acaso no habrán permitido los seres celestiales esta variedad de traducciones para evitar precisamente un fenómeno sectario en torno al Libro de Urantia?
Por lo tanto, finalmente debemos mantener el siempre presente proceso correctorio de traducción, pero a la vez debemos ser realistas en que nunca tendremos la equivalencia perfecta de todos los elementos del idioma inglés. Deberíamos haber nacido en Estados Unidos y haber adquirido el inglés desde la cuna para comprender mejor los Documentos. Tener la idiosincrasia y mentalidad de esas tierras, y aun así, eso NO sería lo más cercano a la perfección.
Un ejemplo de esto los narran los propios Seres Intermedios cuando nos cuentan sobre la vida de Jesús. La mayoría de las frases del Maestro están en fraseología moderna, porque sencillamente nuestra mentalidad tendría que haber sido educada (y nacido) en la vida, costumbres y cultura de un hombre judío de hace dos milenios, para saber EXACTAMENTE que dijo Jesús. Los Intermedios razonan (y bien), que solo nos basta con LOS CONCEPTOS.
Los mismos reveladores al traer los Documentos de un nivel superior de existencia, ya sacrificaron la integridad de muchos elementos del orden atemporal (celestial) para traerlos al lenguaje del tiempo. En otras palabras, el Libro de Urantia ya fue “traducido” y “transcrito” del “idioma cósmico” al “inglés”, y se hicieron sacrificios inevitables. Para los Reveladores ya fue difícil.
Por lo tanto, nosotros debemos intentar mejorar los elementos que tenemos, pero siempre con una perspectiva real y posible, en base a nuestras limitaciones y alcances. Reciban mi amor...