(2082.9) 195:9.4 La
religión necesita nuevos líderes, hombres y mujeres espirituales que se atrevan
a depender solamente de Jesús y de sus enseñanzas incomparables. Si el
cristianismo persiste en desatender su misión espiritual, mientras sigue
ocupándose de los problemas sociales y materiales, el renacimiento espiritual
deberá esperar el advenimiento de estos nuevos maestros de la religión de
Jesús, que se dedicarán exclusivamente a la regeneración espiritual de los
hombres. Entonces, estas almas nacidas del espíritu proveerán rápidamente el
liderazgo y la inspiración que se requieren para una reorganización social,
moral, económica y política del mundo.
El mundo necesita
urgentemente líderes nacidos del espíritu. Nuestro modelo de liderazgo es Jesús.
El modelo de Jesús nos muestra que en principio el proceso es transformacional y
en segundo lugar es relacional, es decir que se manifiesta en nuestras vidas y
relaciones a través de etapas y en cada una ellas nosotros asumimos nuevos
niveles de responsabilidad y cambios.
Por lo tanto primero
tenemos que entender que es un proceso de cambio personal en primera instancia
(“nacer otra vez”) y segundo, que las etapas, se van desarrollando en una
secuencia, es decir una después de la otra, y que no es válido saltarse algunas
de ellas.
Liderar siguiendo el modelo
de Jesús es más que una declaración, es un compromiso de guiar nuestras vidas
en una forma diferente, es ser discípulo
y hacer discípulos, es un ciclo transformador que es lo que realmente comenzará
a arrancar al mundo de la oscuridad.
Durante los años de su
ministerio Jesús se dedicó principalmente a entrenar a sus discípulos en las
tres primeras áreas del liderazgo, liderazgo personal, liderazgo de uno a uno,
y liderazgo de equipo. Esto les dio las bases, para que cuando se hubiese ido,
ellos desarrollaran su actuación, con la asistencia del Espíritu Santo y la
interacción e interdependencia de unos con otros en los otros dos niveles de
acción Comunitarios/Organizacional y como Agentes de Cambio transformacional a
nivel de “discipular las naciones”.
Notamos que él
personalmente ya nacido del Espíritu lideró a los apóstoles. Luego los hizo liderarse entre ellos uno
a uno trabajando en equipos, después en comunidades más amplias afectando positivamente
el entorno y la sociedad de sus días.
Todo este proceso es otra
manera de decir y mostrar la estrategia más efectiva de hacer realidad el
Propósito de Dios que el Maestro explico muy claramente cuando en la oración
del “Padre nuestro” nos dice que oremos así: “venga tu reino y hágase tu
voluntad” (Mateo 6:10). Pero en sus enseñanzas notamos que él nos pide que nosotros hagamos la voluntad de Dios,
que seamos agentes activos y colaboradores de Dios en la Tierra. Pedir, por lo
tanto, no equivale a la contemplación pasiva, sino a la acción para que el
Reino se establezca en la Tierra.
Esta es la gran visión del
reino de Dios y nosotros debemos desarrollarnos como “lideres” para hacerlo
realidad. Los pasos del liderazgo transformador son los siguientes:
-
Liderazgo
personal.
-
Relaciones uno
a uno (Discipulado Personal).
-
Coordinación y Liderazgo de equipos.
-
Gestión
organizacional o comunitaria (Discipular Organizaciones).
-
Actuar como
Agentes de Cambios en la sociedad (Discipular Naciones).
Si bien deseamos penetrar inmediatamente en las naciones con el mensaje, muchas veces
notamos que nuestros esfuerzos son efímeros y nos podemos desanimar. Al parecer no podemos saltarnos
las etapas. Es menester que primero nazcamos otra vez, para luego iniciar el
discipulado en nuestro entorno con las personas que nos rodean. Luego pasaremos
a coordinar esos equipos para que ellos también hagan lo mismo. Posteriormente
pasaremos a discipular las organizaciones al proveerles inspiración para sus
cambios, y también como agentes que provocan cambios más grandes al discipular
naciones.
Si con disciplina y oración iniciamos estos pasos sin saltarnos las etapas provocaremos una marea contagiosa espiritual que comenzará un proceso transformador a nivel mundial.
Si con disciplina y oración iniciamos estos pasos sin saltarnos las etapas provocaremos una marea contagiosa espiritual que comenzará un proceso transformador a nivel mundial.