Jesús entregó algunas advertencias sobre el evitar "métodos indignos" para predicar su Evangelio:
159:3.2 (1765.4) Aunque no
se puede del todo eliminar la emoción como factor en las decisiones humanas,
los que quieran avanzar la causa del reino no deben apelar directamente a las
emociones en sus enseñanzas. Apelad directamente al espíritu divino que habita
en la mente de los hombres. No recurráis al temor, la piedad ni el mero
sentimiento.
159:3.5 (1766.1) No
cometáis el error de utilizar tácticas despreciables como por ejemplo, la de
intentar por medio del terror que los hombres y las mujeres entren al reino. Un
padre amante no aterroriza a sus hijos para conseguir que obedezcan sus
exigencias justas.
Lo anterior lamentablemente ha sido el lastre de muchas iglesias y organizaciones. El emocionalismo y el temor han sido los métodos y las armas preferidas. El terror de una destrucción inminente puede ser para algunos un método activador para los fieles, pero lamentablemente solo obra como un fuego artificial pasajero que excita la mente, pero que no llega al corazón y es auténticamente transformador. Este es el error más grande de las religiones, y es la causa de la gran crisis que se está generando en ellas.
159:3.8 (1766.4) El mundo
está lleno de almas que se mueren de hambre en la presencia misma del pan de la
vida; los hombres mueren buscando a Dios, sin ver que él mora en ellos. Los
hombres van en pos de los tesoros del reino con el corazón anhelante y los pies
cansados, sin ver que esos tesoros están al alcance inmediato de la fe
viviente. La fe es para la religión, lo que la vela es para la nave; es un
aumento de poder, no una carga adicional en la vida. Para los que entran al
reino, la lucha es una sola, o sea, trabar la buena lucha de la fe. El creyente
tiene que dar una sola batalla: la batalla contra la duda —la incredulidad.
159:3.10 (1766.6) No
describáis a vuestro Maestro como varón de dolores. Las futuras generaciones
deben conocer también nuestra felicidad radiante, el entusiasmo de nuestra
buena voluntad, y la inspiración de nuestro buen humor. Proclamamos un mensaje
de buenas noticias, contagioso en su poder transformador. Nuestra religión late
con nueva vida y nuevos significados. Los que aceptan esta enseñanza se llenan
de alegría y su corazón los impulsa a regocijarse para siempre. Una felicidad
en crecimiento constante es siempre la experiencia de todos los que están
seguros de Dios.
159:3.12 (1766.8) Cuando
mis hijos tengan autoconciencia de la seguridad de la presencia divina, esa fe
les expandirá la mente, les ennoblecerá el alma, les reforzará la personalidad,
les aumentará la felicidad, les profundizará la percepción espiritual, y
aumentará su capacidad para amar y ser amados.
¡Qué palabras más
poderosas de Jesús! Realmente los Predicadores del Futuro desarrollarán un
Ministerio basado exclusivamente en su mensaje dador de vida y transformador.
Este mensaje es el “arma” celestial verdadera que cambiará al mundo. Esta es la
verdadera “intervención” de Dios en la Humanidad.