Al parecer el Ajustador
del Pensamiento mora en una ubicación “arriba de nuestra cabeza”, y no al
interior del cerebro. La misma mente que poseemos, incluso trasciende el área
de nuestro cerebro físico:
(1203.3) 110:1.1 No debe
pensarse que los Ajustadores viven en el cerebro material de los seres humanos.
No son parte orgánica de las criaturas físicas de los reinos. El Ajustador del
Pensamiento se puede visualizar en forma más apropiada como residiendo dentro
de la mente mortal del hombre más bien que como existiendo dentro de los
confines de un órgano físico específico. Y el Ajustador constantemente se
comunica, indirectamente, y sin reconocimiento con el sujeto humano,
especialmente durante aquellas experiencias sublimes de contacto adorador de la
mente con el espíritu en la superconciencia.
Lo anterior nos confirma
que la mente verdadera, tal como señalan los Documentos, está más allá de
nuestro mismo cerebro material. Es difícil dar una descripción precisa sobre esto,
pero intuimos en que está sobre nuestras cabezas. Lo podríamos comparar a la
nube virtual de Internet cada vez más presente. Sin embargo, la nube necesita
expresarse a través de la ejecución del computador u ordenador físico. El
cerebro material sería el hardware (computador) que ejecuta las indicaciones de la mente
supermaterial.
Es quizás por ésta razón
(el hecho que nuestro Ajustador este “arriba nuestro”) que tenemos la tendencia
de orar hacia arriba. Aunque no lo vemos, nuestra intuición nos lleva hacia él. Juan José Benítez en los Caballos de Troya muestra como
la posición favorita de Jesús para orar era mirar hacia arriba con los brazos
extendidos. Creo que es posible que el Maestro orara así. Yo recomiendo esa
posición para comunicaciones más profundas con el Ajustador (es una opinión
personal), aunque no hay una postura especial para orar.
Otra indicación de que el
Ajustador está “arriba” de nuestro cerebro es esta cita:
136:2.3 (1511.2) Mientras
Juan ponía sus manos sobre Jesús para bautizarlo, el Ajustador residente se
despidió para siempre del alma humana perfeccionada de Josué ben José. Pocos
momentos después, esta entidad divina regresó de Diviningtón como un Ajustador
Personalizado y jefe de su clase en todo el universo local de Nebadon. Así pues
pudo Jesús ver a su propio ex espíritu divino descendiendo sobre él de regreso en forma personalizada. Y oyó
ahora a este mismo espíritu de origen del Paraíso hablar y decir: «Éste es mi
Hijo amado en quien tengo complacencia». Juan, y los dos hermanos de Jesús,
también oyeron estas palabras. Los discípulos de Juan, que estaban a la orilla
del río, no oyeron estas palabras ni vieron la aparición del Ajustador
Personalizado. Sólo los ojos de Jesús contemplaron al Ajustador Personalizado.
Los Evangelios también
usan la expresión que el Espíritu (Ajustador) “descendió sobre Jesús”, no que penetró en el interior de Jesús (Mateo 3:16).
Es más, Juan 1:32 dice que el Espíritu “permaneció sobre él”. Esto armoniza con
éste párrafo:
136:2.5 (1512.1) Por el
resto de la vida terrenal de Jesús estuvo este Ajustador Personalizado asociado
con él en todas sus obras; Jesús estuvo en constante comunión con este
Ajustador exaltado.
Lo anterior nos da a
entender, junto a las citas anteriores, la ubicación posible de nuestro querido
Ajustador.