jueves, 25 de julio de 2019

Una prueba más sobre las adaptaciones de la mente

39:5.11 (438.4) Vuestra idea convencional de los ángeles se ha derivado de la siguiente manera: durante los momentos inmediatos antes de la muerte física a veces ocurre en la mente humana un fenómeno reflexivo, y esta conciencia que se va apagando parece visualizar algo de la forma del ángel guardián, la cual inmediatamente se traduce en términos del concepto habitual que de los ángeles tiene formada la mente de ese individuo.

Lo anterior, como hemos comentado antes en este blog, claramente alude a una ECM (experiencia cercana a la muerte). En muchos casos los ángeles son visualizados en estas experiencias pero también hay quienes afirman ver a Jesús, Mahoma, Buda o a algún familiar fallecido que los acompaña en el túnel, etc, Como dicen los Documentos, la mente humana "traduce" "en términos del concepto habitual que de los ángeles tiene formada la mente de ese individuo".

Pero claramente no solo los conceptos de ángeles se presentan, sino que la mente llena esos “espacios” con las imágenes grabadas que la persona desea que se manifieste en su interior (a nivel subconsciente). El serafín no parece tener un rostro humano como el nuestro, y nuestro cerebro tiende a llenar esos espacios faltantes con expresiones conocidas en la mente, sea el rostro de un familiar, un profeta, Jesús, etc. Esto ocurre porque reaccionamos a rostros conocidos y la mente (tal como lo muestra el fenómeno de la pareidolia) intenta completar los datos faltantes con conceptos previos en la memoria, sean éstos recuerdos e incluso imaginados o pensados. Así, no solo podría aparecer el rostro de un familiar fallecido, sino que otra personalidad asociada a nuestra mente y creencias.

Una prueba adicional sorprendente de éste asunto es la Transfiguración. Notemos lo que dicen los Documentos:

158:1.8 (1753.4) Los tres dormían profundamente desde hacía una media hora, cuando fueron repentinamente despertados por un cercano ruido chispeante, y ante su maravilla y consternación, al mirar a su alrededor, contemplaron a Jesús en íntima conversación con dos seres resplandecientes vestidos con los indumentos de luz del mundo celestial. Y el rostro y la silueta de Jesús brillaban con la luminosidad de una luz celestial. Estos tres conversaban en un extraño idioma, pero por ciertas cosas dichas, Pedro conjeturó erróneamente que los seres con Jesús eran Moisés y Elías; en realidad, eran Gabriel y el Padre Melquisedek. Los controladores físicos habían dispuesto, por solicitud de Jesús, que los apóstoles presenciaran esta escena.

Así que la “creación de rostros” o "personificación" de seres celestes en este caso fue obra de los pensamientos de Pedro. El pensó que eran Moisés y Elías, porque Pedro sabía de las extrañas “desapariciones” de ambos profetas en los relatos bíblicos, y como esos sucesos tenían una influencia muy honda en el pensamiento religioso de los judíos. Moisés y Elías eran los profetas más respetados de los hebreos.

A Pedro le daba vueltas mucho el asunto de Elías, ya que uno de los primeros temas con los que aborda a Jesús al descender de la Montaña era el “retorno de Elías”.

Así que claramente notamos como nuestras creencias, recuerdos, y patrones mentales previos, pueden “modificar” incluso una manifestación de seres divinos y hacerla encajar con ideas pre-establecidas, sean estos familiares muertos, profetas, etc.