Lo anterior, como hemos
comentado antes en este blog, claramente alude a una ECM (experiencia cercana a
la muerte). En muchos casos los ángeles son visualizados en estas experiencias
pero también hay quienes afirman ver a Jesús, Mahoma, Buda o a algún familiar
fallecido que los acompaña en el túnel, etc, Como dicen los Documentos, la
mente humana "traduce"
"en términos del concepto habitual que de los ángeles tiene formada la
mente de ese individuo".
Pero claramente no solo
los conceptos de ángeles se presentan, sino que la mente llena esos “espacios”
con las imágenes grabadas que la persona desea que se manifieste en su interior (a nivel subconsciente). El serafín
no parece tener un rostro humano como el nuestro, y nuestro cerebro tiende a
llenar esos espacios faltantes con expresiones conocidas en la mente, sea el
rostro de un familiar, un profeta, Jesús, etc. Esto ocurre porque reaccionamos
a rostros conocidos y la mente (tal como lo muestra el fenómeno de la
pareidolia) intenta completar los datos
faltantes con conceptos previos en la memoria, sean éstos recuerdos e incluso
imaginados o pensados. Así, no solo podría aparecer el rostro de un familiar
fallecido, sino que otra personalidad asociada a nuestra mente y creencias.
Una prueba adicional
sorprendente de éste asunto es la Transfiguración. Notemos lo que dicen los
Documentos:
158:1.8 (1753.4) Los tres
dormían profundamente desde hacía una media hora, cuando fueron repentinamente
despertados por un cercano ruido chispeante, y ante su maravilla y
consternación, al mirar a su alrededor, contemplaron a Jesús en íntima
conversación con dos seres resplandecientes vestidos con los indumentos de luz
del mundo celestial. Y el rostro y la silueta de Jesús brillaban con la
luminosidad de una luz celestial. Estos tres conversaban en un extraño idioma,
pero por ciertas cosas dichas, Pedro
conjeturó erróneamente que los seres con Jesús eran Moisés y Elías; en
realidad, eran Gabriel y el Padre Melquisedek. Los controladores físicos
habían dispuesto, por solicitud de Jesús, que los apóstoles presenciaran esta
escena.
Así que la “creación de
rostros” o "personificación" de seres celestes en este caso fue obra de los pensamientos de Pedro. El pensó que eran
Moisés y Elías, porque Pedro sabía de las extrañas “desapariciones” de ambos
profetas en los relatos bíblicos, y como esos sucesos tenían una influencia muy honda en el pensamiento religioso de
los judíos. Moisés y Elías eran los profetas más respetados de los hebreos.
A Pedro le daba vueltas mucho el asunto de Elías, ya que uno de los
primeros temas con los que aborda a Jesús al descender de la Montaña era el “retorno
de Elías”.
Así que claramente notamos
como nuestras creencias, recuerdos, y patrones mentales previos, pueden “modificar”
incluso una manifestación de seres divinos y hacerla encajar con ideas
pre-establecidas, sean estos familiares muertos, profetas, etc.