Hoy la Ciencia ha comprobado que la expresión "universo material" es un simplismo. De todos los objetos celestes visibles conocidos hoy en día (estrellas, planetas y nubes de polvo) dan cuenta de sólo el 10% de la masa del universo. Es decir, del total de materia que forma el universo, sólo es materia conocida el 10% de ella, el resto es masa que falta y, dado que no la hemos podido detectar, los físicos la han llamado “materia oscura” (sea lo que sea). No es que sea “negra”, sino que es “desconocida” pero que convive de alguna forma en este universo.
Las galaxias en el universo normalmente se agrupan en cúmulos que para mantenerse unidos necesitan de la fuerza de atracción gravitacional producida por una gran cantidad de masa. La masa requerida no se observa. ¿Dónde está?
Por otro lado, la radiación existente en el universo interactúa con la materia y por lo tanto se ve afectada por fluctuaciones. La señal que queda en la radiación de fondo es como una fotografía del universo. El análisis de las fluctuaciones en la radiación de fondo indica que debe existir más materia en el universo de lo que observamos a simple vista. ¿Dónde está la materia que no observamos?
El término hebreo scha·má·yim (siempre en plural), que se traduce “cielo(s)”, parece designar en su sentido básico lo que es “alto” o “encumbrado”. (Sl 103:11; Pr 25:3; Isa 55:9.) La etimología de la palabra griega para cielo (ou·ra·nós) es incierta.
Los “cielos” físicos comprenden tanto la atmósfera terrestre como las regiones del espacio sideral con sus cuerpos estelares, “todo el ejército de los cielos”: el Sol, la Luna, las estrellas y las constelaciones. (Dt 4:19; Isa 13:10; 1Co 15:40, 41; Heb 11:12.)
Las mismas palabras del lenguaje original que se utilizan para referirse a los cielos físicos se aplican también a los cielos espirituales" - Perspicacia.
Como notamos es interesante que la división entre "cielos espirituales" y "cielos materiales" es una explicación arbitraria humana y no necesariamente bíblica, real o científica. Hoy observamos con nuestra comprensión progresiva de la Cosmología, que las palabras y "conceptos" que entendíamos de forma limitada ciertamente nos abren nuevas perspectivas y armonizan con la revelación del Universo.
Por lo tanto, tanto el llamado cielo "espiritual" no es parte de otro universo, como si estuviera "separado" del universo llamado "material". En realidad ámbos planos coexisten en una misma realidad cósmica. Diferentes "niveles" existen dentro de la misma realidad "material". Por esa razón, la verdadera "materia", la auténtica realidad es el componente del 90% desconocido del universo. Nuestra realidad cotidiana es una "anormalidad" pequeña dentro de la verdadera realidad "normal" que desconocemos. Cómo pueden notar, las palabras son mi enemigo. Es difícil transmitir estos conceptos en el lenguaje humano.
“Los hijos de este sistema de cosas se casan y se dan en matrimonio, pero los que han sido considerados dignos de ganar aquel sistema de cosas y la resurrección de entre los muertos ni se casan ni se dan en matrimonio. De hecho, tampoco pueden ya morir, porque son como los ángeles, y son hijos de Dios por ser hijos de la resurrección”.
R. C. Trench dice en cuanto al significado de “sistemas de cosas” o ai·ṓn: “Al igual que [kó·smos (mundo), ai·ṓn] tiene un sentido principal concreto”. Pablo dice en Hebreos 11:3: “Por fe percibimos que los sistemas de cosas [plural de ai·ṓn] fueron puestos en orden por la palabra de Dios, de modo que lo que se contempla ha llegado a ser de cosas que no aparecen”. La Obra Perspicacia comenta sobre una variante de ésta expresión:
“entender el uso del término ai·ṓn en Hebreos 1:2 y 11:3 es como equivalente del griego kó·smos, en su acepción de mundo o universo y con relación a todo lo creado, el Sol, la Luna, las estrellas y la propia Tierra. Esta interpretación tiene el respaldo del comentario de Hebreos 11:3, que dice: “Lo que se contempla ha llegado a ser de cosas que no aparecen”. También puede interpretarse el versículo como una alusión al relato de la creación de Génesis, lo que daría un contexto lógico a la referencia que Pablo hace inmediatamente después a hombres como Abel (vs. 4), Enoc (vss. 5 y 6) y Noé (vs. 7). Por consiguiente, es posible que Pablo estuviese ampliando su explicación de la fe, refiriéndose a la existencia del vasto universo, el Sol, la Luna y las estrellas como prueba manifiesta de la existencia de un Creador. (Compárese con Ro 1:20.)”.
Esto puede ser prueba de que “aquel sistema de cosas y la resurrección de entre los muertos” se refiere claramente a un “mundo”, “morada” o “esfera” celestial. Un “lugar de habitación” fuera de la Tierra.
“Pero en cuanto a los que sean dignos de tomar parte en el mundo venidero por la resurrección: ésos no se casarán ni serán dados en casamiento” – Lucas 20:35 Nueva Versión Internacional
“Pero los que fueren tenidos por dignos de aquel mundo y la resurrección de los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento” – Lucas 20:35 Reina Valera Gomez 2010
Esta sería la explicación más sensata y coherente. Los resucitados, incluidos Abrahán, Isaac y Jacob (mencionados por Jesús en el relato) no resucitarían en la Tierra, sino en otro mundo, una “morada” de las muchas que hay en la Casa del Padre (Juan 14:2).
Jesús mismo habló de éstas “moradas” cuando dijo:
”También, les digo a ustedes: Háganse amigos por medio de las riquezas injustas, para que, cuando las tales fallen, se los reciba en los lugares de habitación eternos.” – Lucas 16:9
La expresión es similar a “tiendas eternas” y tiene una relación interesante con nuestro universo. “y la constelación Kimá y los cuartos interiores del Sur” (Job 9:9). En Judas también se dice que los ángeles “abandonaron su propio y debido lugar de habitación” (Judas 6), lo cual muestra que los ángeles habitan en uno de los múltiples “lugares de habitación eternos” que están destinados a los fieles resucitados.
Nuestra comprensión de lo que es el “cielo” se ha incrementado mucho desde los días de Pablo. Está claro que los hombres no podían describir realidades superiores de otros planos y mundos superiores. Para ellos, esas esferas estaban “arriba”, en los “cielos”. Pero los “cielos” no significan estar en una nube recostado, sino que involucran muchas “moradas” y “lugares de habitación” para los ángeles y los humanos glorificados. Es posible que algunos de esos "cielos" sean mundos similares a la Tierra, con montañas y lagos, pero en estados hermosos paradisíacos. Fueron llamados "cielos" porque estaban arriba, fuera de la Tierra. Pablo mismo describe una experiencia relacionada con una vista de ésos “cielos”:
“Conozco a un hombre en unión con Cristo que, hace catorce años —si en el cuerpo, no lo sé, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe— fue arrebatado como tal hasta el tercer cielo. Sí, conozco a tal hombre —si en el cuerpo o aparte del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe— que fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inexpresables que no le es lícito al hombre hablar. De tal hombre me jactaré, pero no me jactaré de mí mismo, salvo en cuanto a [mis] debilidades” – 2 Corintios 12:2-5.
Pablo mismo tiene dudas sobre hasta que grado son totalmente inmateriales o no éstos cielos. Sin embargo, la experiencia es real y “tangible”. Pablo dice que fue “arrebatado” (la misma expresión relacionada con el arrebatamiento de los sobrevivientes) y que escuchó seguramente un idioma no humano. Es posible que éste “tercer cielo” sea uno de los “mundos” sucesivos o “cielos”, los cuales han sido puestos en orden ascendente, y a los cuales Enoc quizás fue “transferido” (Hebreos 11: 5). Por eso Hebreos 11 dice:
“Por fe percibimos que los sistemas de cosas (mundos) fueron puestos en orden por la palabra de Dios, de modo que lo que se contempla ha llegado a ser de cosas que no aparecen” – Hebreos 11:3
Cómo analizamos, esta cita debe referirse a mundos en el universo tal como sugiere Perspicacia. Por eso la expresión de la Traducción del Nuevo Mundo explica que la expresión “fueron puestos en orden” significa “fueron preparados; fueron ajustados”. Lit.: “haber sido ajustados hacia abajo”. Gr.: ka·ter·tí·sthai. Esto da a entender que hay un gradual peregrinaje de distintos mundos que parten desde lo más alto y llegan a lo más bajo en lo material. Hablamos de distintos niveles de materia y realidad que conviven en nuestro universo.
Por esa razón se dice que “de modo que lo que se contempla ha llegado a ser de cosas que no aparecen”. En otras palabras, las cosas que observamos de nuestro planeta material no son las únicas y son el último eslabón de otras moradas que son las creadoras de nuestro plano visible. Y esto perfectamente concuerda con la inmensa materia no conocida de nuestro universo.