La Atalaya del 15 de Enero de 2012 concluye con respecto a los movimientos de restauración del siglo XIX entre los que estaba Russell:
“Como vemos, al igual que los apóstoles y los ancianos del siglo primero, nuestros “antepasados espirituales” de fines del siglo XIX estaban decididos a basar sus creencias fielmente en la Palabra de Dios. Sin duda, tenemos sobradas razones para confiar en ellos” – La Atalaya 15 de enero de 2012.
Hagamos caso a la recomendación de la Atalaya y analicemos la comprensión de la verdad que había alcanzado el grupo de C.T Russell con respecto al asunto organizacional. En palabras de la revista, tenemos razones para confiar en ellos y su entendimiento:
“En un artículo titulado “La Ecclesia”, el hermano Russell indicó que la Iglesia verdadera, la congregación cristiana, no es una organización de miembros que hayan aprobado y den apoyo activo a credos de origen humano y que tengan sus nombres anotados en un registro eclesiástico. Más bien, explicó que se compone de personas que han “consagrado” (o dedicado) su tiempo, talentos y vida a Dios, y que esperan participar en el Reino celestial con Cristo. Dijo que estos son cristianos a quienes unen lazos de amor cristiano e interés común, que responden a la dirección del espíritu de Dios y se someten a la jefatura de Cristo. El hermano Russell no estaba interesado en establecer otro arreglo, y se oponía firmemente a contribuir de modo alguno al sectarismo que existía entre los que afirmaban ser cristianos.
El hermano Russell recalcó que no estaban tratando de establecer una “organización terrestre”. Más bien, dijo: “Nos adherimos únicamente a esa organización celestial, ‘cuyos nombres están escritos en el cielo’. (Heb. 12:23; Luc. 10:20.)”. A causa de la escandalosa historia de la cristiandad, cualquier referencia a una “organización eclesiástica” por lo general recordaba el sectarismo, la dominación del clero y miembros que se adherían a credos formulados por un concilio religioso. Eso hizo que el hermano Russell pensara que al referirse a sí mismos era más conveniente que los Estudiantes de la Biblia emplearan el término “asociación”.
Durante las primeras décadas de su historia moderna, con frecuencia se les llamaba simplemente Estudiantes de la Biblia. Cuando otras personas preguntaban cuál era el nombre de la organización a la que pertenecían, nuestros hermanos solían contestar: “Somos cristianos”. El hermano Russell, en la revista Watch Tower, respondió así a esa pregunta: “No nos distinguimos de otros cristianos mediante algún nombre distintivo o particular. Estamos satisfechos con el nombre de cristianos, por el cual se conocía a los santos de la antigüedad” (número de septiembre de 1888). – Los Testigos de Jehová Proclamadores del Reino de Dios.
“Pero tal como aquella obra de organizar a la iglesia de la nueva dispensación relacionada con el Evangelio no fue parte de la obra de la cosecha de la antigua dispensación judía, así la obra de la cosecha o siega actual de la dispensación del Evangelio también es separada y distinta de la obra de la nueva dispensación ahora cercana que se relaciona con el Milenio. [...] Está claro que la formación de una organización visible de aquellos que han sido reunidos no estaría en armonía con el espíritu del plan divino; y si se hiciera, parecería señalar por parte de la iglesia el deseo de amoldarse a la actual idea popular de organización o confederación. (Véase Isa. 8:12.) La obra ahora no es una de organización, sino de división, tal como lo fue en la cosecha judía misma. (Mat. 10:34-36.) [...]
”Por lo tanto, aunque no consideramos que una organización visible de los que han sido reunidos sea parte del plan del Señor en la obra de la cosecha, como si esperáramos que como organización permaneceríamos aquí por otra era, sí consideramos que su voluntad es que los que aman al Señor deben hablar a menudo entre sí acerca de las esperanzas y los gozos, o pruebas y perplejidades, que tienen en común, y así conversar juntos con relación a las cosas preciosas de Su Palabra”- Watch Tower 1 de diciembre de 1894.
“Así que en aquel entonces no se consideraba que la congregación cristiana era una organización. Pero se pensó que sería bueno poner en orden la congregación, o eclesia” – Atalaya 15 de marzo de 1985.
Creo que el punto de vista de los primeros Estudiantes de la Biblia de finales del siglo XIX era el correcto y concuerda con una investigación e imparcial tal como se ha comprobado en este blog. Russell no consideraba apropiado utilizar el término “Organización” por que sabía que llevaba implícito el germen futuro de “la actual idea popular de organización o confederación”. Se visualizaba el peligro de transformar la congregación en una Corporación o en un Concepto de una maquinaría impersonal gigantesca que involucrase el sometimiento de las congregaciones, y por ende, la anulación de la unidad, en beneficio de la uniformidad. Al respecto se escribió:
"El intentar obligar a todos a que piensen igual en todos las temas, culminó en la gran apostasía y el desarrollo del sistema papal, y por eso el evangelio, la única fe que Pablo y los otros apóstoles presentaron se perdió, enterrado debajo de una masa de decretos no inspirados de los papas y concilios. La unidad de la iglesia primitiva establecida en el evangelio sencillo y ligado solo por el amor, dio lugar a la esclavitud de la iglesia de Roma... cada movimiento hacia la reforma ha hecho el fracaso de tratar de establecer un credo solo bastante grande para sus fuerzas motricos." - La Atalaya, número en inglés de septiembre de 1893, página 1572.
Se reconoce que la expresión “Organización” no aparece en la Biblia, en cambio si aparece muchas veces la expresión “Congregación”. Sin embargo, el sentido de Ek·klē·sí·a o Congregación es muy distinto al concepto de Organización. Iglesia o Congregación se designa a un grupo de personas a las que se ha ‘llamado’ o se ha convocado, sea oficial o extraoficialmente para recibir la instrucción de Dios. La Biblia es categórica al decir que Cristo fundó una congregación. Esta congregación cristiana, fundada sobre Cristo, también lo tiene como cabeza. Por eso se dice: “Él [Dios] también sujetó todas las cosas debajo de sus pies, y lo hizo cabeza sobre todas las cosas en cuanto a la congregación, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que llena todas las cosas en todos”. (Ef 1:22, 23; véase también Col 1:18.)
En ninguna parte se habla de una relación tan directa y especial del Cristo sobre una organización. Esto no quiere decir que la congregación no deba estar organizada. Notemos con claridad, la Biblia dice que Dios es un Dios de orden. Los cristianos se esfuerzan por cumplir con los propósitos de Dios de manera ordenada. (1 Corintios 14:33). El apóstol Pablo indicó que los cristianos de su día también actuaban de manera ordenada. Comparó la hermandad de los cristianos ungidos al cuerpo humano, que aunque tiene muchas partes, cada una cumple su papel asignado para el debido funcionamiento del mismo (1 Corintios 12:12-26). No obstante, miremos con claridad: Se dice y transmite la idea que la organización y orden debe ser parte de las congregaciones: “Porque Dios no es [Dios] de desorden, sino de paz. Como en todas las congregaciones de los santos” (1 Corintios 14:33).
Ahora bien, no se dice que las congregaciones tengan que estar bajo una estructura más grande de autoridad. Aquí hay una sutil diferencia en el entendimiento.
La Biblia dice que las congregaciones deben estar organizadas y ordenadas, pero en ninguna parte dice que éstas tengan que estar bajo la autoridad de una Organización mayor. La existencia de una Entidad o un Concepto más grande que someta a las congregaciones se interpone entre el Cristo (cabeza) y su cuerpo (las congregaciones).
Esto lo comprendía Russell y por eso quiso mantener durante un buen tiempo lejos el Concepto de Organización (como super estructura mundial) y separado de las congregaciones. Él conocía que los asuntos con el paso de las décadas podían degenerar en un culto al Concepto. Incluso, en esos tiempos los Estudiantes de la Biblia publicaban su literatura en imprentas particulares externas y ajenas a las congregaciones.
Ahora bien, con los años, y debido a la adquisición de imprentas, propiedades y miles de trabajadores voluntarios en las fábricas, se hizo necesario justificar dicha actividad (desde comités ejecutivos, accionistas, y personal de las fábricas) para evitar darle un aspecto empresarial que se hacía evidente. De esa forma se adoptó la expresión ORGANIZACIÓN de una forma cada vez más repetitiva. Ya que la palabra no aparecía de forma explícita en la Biblia, se buscó apoyo en paralelismos y en ciertos pasajes como la referida Mujer analizada en entradas anteriores. Y al pasar el tiempo la expresión se realzó mucho y mucho más, hasta el caso que en promedio es más utilizada que “congregación” en la actualidad. Así la Organización fue revestida de un halo Maternal, con vida casi propia siendo un Concepto más o menos global que dirige las actividades del Pueblo de Dios. Incluso se ha llegado al punto de condenar a quienes cuestionan la existencia de una Organización de Dios en la Tierra. Pero el quid del asunto no es si Dios tiene una congregación o pueblo organizado, sino más bien crear una Entidad Conceptual que actúa sobre las congregaciones y las dirige.
Generalmente un testigo responderá que esto es lo que “enseña la Organización”. Rara vez dice “esto es lo que nos dice la Biblia”. Pero en el fondo, las directrices ni siquiera son creadas por una Organización Global, sino más bien por un grupo de una decena de hombres. Realmente ellos, en la práctica, serían la organización mundial de Dios. No obstante, ésta responsabilidad mentalmente es traspasada al CONCEPTO impersonal que obra en la práctica como una fuerza mundial.
Es difícil que las cosas cambien por sí solas. Solo Jehová llevará a su “condición correcta” los asuntos (Daniel 8:14). Recordemos que durante siglos la misma expresión “congregación” o “Iglesia” fue erróneamente asociada a un edificio material. En la actualidad, la Sociedad Watch Tower ha abandonado expresiones imprecisas por la fuerza de las palabras y el poder que éstas pueden hacer para bien o para mal. Es así como "Nuevo Orden", "Superintendente Presidente" y otras han sido desechadas por que transmiten conceptos popularmente asociados con el mundo. La expresión Organización sin duda también está muy ligada al sistema actual. La CIA por ejemplo es considerada una organización, y generalmente los sistemas de producción mundanos son llamados también “Organización”. Son claros los ejemplos como ONU, OTAN, OMS, etc. Todos empiezan con la expresión: “ORGANIZACIÓN”.
La expresión “Organización” es un término frío e impersonal. Nos recuerda que somos números y estadísticas globales. Jehová en cambio considera una “familia” a la agrupación de ángeles (Efesios 3:15). Y Cristo sin duda quiso que nos consideráramos una familia cuando nos exhortó a llamarnos “hermanos” (Mateo 23:8). Ésta expresión más fraternal y cariñosa, unida a “congregación”, sin duda comprometería más a los hermanos con la causa de las Buenas Nuevas. Sentirían una deuda más “personal” con Cristo, a quién verían como “cabeza” sobre su congregación. El compromiso sería mayor que sentirse miembros de una Organización Impersonal la cual es un Concepto más lejano, y en la cuál son números. Pero se ha optado por eso mismo, por temor a perder cierto control de los asuntos.
Cuando Jehová arregle los asuntos y coloque las cosas en su lugar, las congregaciones serán exaltadas como la parte superior del arreglo, y no como el último escalafón, tal como se les considera actualmente. Ese día, el trigo será soltado de la prisión de la mala hierba, las antiguas entidades y sistemas de pensamiento que ahogan a los cristianos verdaderos. Mientras llega ese venturoso día, resolvámonos a ayudar a nuestros hermanos en las congregaciones. Los ancianos deben preocuparse más del Pastoreo, que de los trámites organizacionales que los esclavizan, y cada miembro de la congregación debe sentir que su pertenencia es realmente a una congregación organizada, más que a una Organización impersonal conceptual que dirige a la congregación.