martes, 24 de enero de 2012

Algunos vuelos que atravesaban el polo norte han sido desviados

La tormenta solar que hoy martes golpea la Tierra -su pico máximo ha llegado poco después de las tres de la tarde- ha comenzado a hacerse notar. Según informa la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera (NOAA) de EE.UU., algunos vuelos que atravesaban el polo norte han sido desviados de su ruta y otros aviones que volaban en altas latitudes han disminuido el número de pies para evitar los efectos de la potente llamarada, la más fuerte que recibe el planeta desde el año 2005. El «bombazo» enviado por el Sol, de clase M8,7 -muy cerca de la intensidad máxima- liberará una impresionante tormenta geomagnética que puede causar problemas en los satélites de comunicaciones de órbita polar y dañar las redes de comunicaciones. De hecho, algunos sensores del satélite ACE de la NOAA, que estudia el viento solar, han sido cegados por la ráfaga y, al menos durante un tiempo, han quedado inútiles.
La tormenta geomagnética ha crecido a lo largo del día. La eyección de masa coronal -la nube de partículas y radiación ardiente expulsada por el Sol- llegó sobre las 15.00 (hora peninsular española) y la actividad geomagnética continuará durante toda la jornada. La NOAA publicará nuevas informaciones a medida que pasen las horas.

Según los datos recogidos por el Centro de Clima Espacial Goddard, de la NASA, la eyección de masa coronal, provocada por la mancha solar 1402, se movía el lunes al menos a 2.253 km por segundo en dirección a la Tierra.

Radiación a los pasajeros

Sin embargo, su intensidad garantiza espectaculares auroras boreales y también existe el riesgo de que cause daños en satélites, comunicaciones de radio, comunicaciones de misiones científica en el Ártico y refinerías de crudo. La ruta de algunos vuelos ya tenido que ser modificada, ya que las tormentas solares proporcionan una pequeña dosis de radiación a los pasajeros en los vuelos de altas latitudes. Aunque también representan algunos riesgos para los astronautas, la NASA ha informado de que los astronautas en la Estación Espacial Internacional (ISS) no corren ningún peligro.

La tormenta es impresionante para los estándares recientes, pero todavía falta por llegar el apogeo del ciclo solar. «Veremos más tormentas como ésta o incluso mayores a medida que nos acerquemos al máximo solar», explica Michael Hesse, jefe de heliofísica de la NASA en el Centro Goddard para Vuelos Espaciales.

Los temblores de ayer y hoy serían por las llamaradas del domingo
Ocurrió el domingo, varias horas más tarde de lo esperado. Una llamarada solar de clase M3, entre las más potentes en la escala y provocada por la mancha solar 1401, impactó contra el campo magnético de la Tierra. Durante un corto espacio de tiempo, los satélites en órbita geoestacionaria quedaron expuestos al plasma del viento solar y, como un eco del fenómeno, impresionantes auroras llenaron de sábanas fantasmales los cielos de Rusia, Dinamarca, Escocia, Inglaterra y Noruega. Al parecer los seísmos de éstos días son producto de esa llamarada.

Pero ahora llegará otra. Hace tan solo unas horas (sobre las cinco de la madrugada en España), la gran mancha 1402 entró de nuevo en erupción, provocando una llamarada en extremo potente, de tipo M9, en el umbral de la clase X, la más poderosa. El momento de la explosión ha podido ser capturado por el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA.

Según Spaceweather, una inspección preliminar de las sondas SOHO (Solar and Heliosphere Observatory) y STEREO sugiere que la eyección embestirá el campo magnético de la Tierra el martes o el miércoles. 

Recordemos que las partículas solares estarán cebadas en el Tierra por varías horas y de aquí a 2 días puede ocurrir un gran terremoto. Tenga a mano sus artículos de necesidad.

Los científicos prestarán atención al fenómeno debido a la extrema potencia de la llamarada. Hace poco, la Comisión Europea (CE) presentó un informe en el que calificaba de «creciente» el riesgo de que se produzca un evento tecnológico de dimensiones «catastróficas».